Tr¨¢nsitos

Resulta de dif¨ªcil explicaci¨®n que una compa?¨ªa como ¨¦sta, que hab¨ªa conseguido vislumbrar un estilo en su revisi¨®n del folclor desde la ¨®ptica contempor¨¢nea, haya perdido el norte hasta el punto de presentarnos ahora un producto dif¨ªcilmente aceptable, y donde ha perdido todo norte est¨¦tico en aras de un ambicioso proyecto de seudomodernizaci¨®n.

Iberia m¨¢gica comienza con la proyecci¨®n de un documental digno de un folleto tur¨ªstico, y contin¨²a con una sucesi¨®n de bailes donde hay que destacar b¨¢sicamente dos cosas: por una parte, la entrega y calidad de los artistas y, por otra, el acierto parcial de algunas coreograf¨ªas en cuanto a veh¨ªculos de fusi¨®n.

Tambi¨¦n es rese?able la participaci¨®n excepcional de Mayte Bajo, sin duda la mejor bailarina de su generaci¨®n y las mejores casta?uelas en a?os. El vestuario de Ib¨¦rica de Danza siempre se ha caracterizado por su rigor e inventiva; sin embargo, esta vez, al parecer con m¨¢s recursos en la mano que antes, el resultado se vuelve confuso y ecl¨¦ctico, mezclando tendencias, ¨¦pocas y regiones de manera aleatoria y poco consecuente.