Dulce tecnolog¨ªa

Ver la televisi¨®n de la zona en el ordenador es algo que puede hacerse desde hace tiempo y desde el pec¨¦ se pueden sintonizar las emisoras que cuelgan programas en Internet. Lo que resultaba imposible era ver, por ejemplo, desde Hong Kong las emisoras locales que hay sintonizadas en el televisor de un hogar norteamericano. Algunas soluciones, como Orb, permiten conectar remotamente con el ordenador dom¨¦stico y ver la televisi¨®n que capta ¨¦ste. Desde hace un a?o, en Norteam¨¦rica, se vende un nuevo aparato, Sling Media, que, conectado al televisor o v¨ªdeo digital dom¨¦stico, permite controlar desde un ordenador remoto o port¨¢til el televisor de casa y ver el programa preferido a kil¨®metros de distancia a trav¨¦s de Internet.

Esta nueva m¨¢quina rompe definitivamente con otro principio que parec¨ªa inamovible: para ver la televisi¨®n hay que estar delante del televisor

Cuando naci¨® la televisi¨®n, los programas se ve¨ªan s¨®lo en el momento de emitirse y hab¨ªa que estar delante del televisor. La llegada del v¨ªdeo dio la libertad a su propietario de ver un programa grabado cuando a ¨¦l le apeteciese. Esta nueva m¨¢quina rompe definitivamente con el otro principio que parec¨ªa inamovible: para ver la televisi¨®n hay que estar delante del televisor.

Sling Media es un aparato que parece una gruesa tableta de chocolate. Se trata de una dulce tecnolog¨ªa, dice la propia publicidad de la casa. Hay que conectarlo con el televisor y a Internet. En el ordenador se descarga un programa lector que incluye un telecomando virtual para manejar el lejano televisor (cambiar de canal, subir el volumen...). El tercer requisito es tener acceso a una conexi¨®n de banda ancha. Eso s¨ª, el programa come mucha bater¨ªa del port¨¢til, y si el aparato est¨¢ conectado al televisor y no al v¨ªdeo, el usuario remoto puede sintonizar una final deportiva cuando su hijo estaba la mar de contento en casa viendo Los Simpsons. Uno de los dos se queda sin programa, salvo que pap¨¢ apague su Sling o el ni?o emigre a otro televisor.

Sling Media lleva un a?o en el mercado y la compa?¨ªa asegura haber vendido cientos de miles. Algo de cierto debe haber en la cifra porque el pasado mes, el m¨¢ximo responsable de la compa?¨ªa, Blake Krikorian, compareci¨® ante la comisi¨®n de Comercio del Congreso norteamericano para afirmar que su nueva m¨¢quina no supon¨ªa un perjuicio para las emisoras de televisi¨®n y operadores de cable.

Los productores de cine y televisi¨®n est¨¢n preocupados porque una difusi¨®n masiva de esta tecnolog¨ªa romper¨ªa con el control por zonas de los derechos. En Hong Kong se puede ver una pel¨ªcula o una serie conect¨¢ndose a Estados Unidos y esquivando a quien tiene los derechos locales de explotaci¨®n. Otra preocupaci¨®n es la de la pirater¨ªa. Krikorian despej¨® con m¨¢s contundencia esta duda que la otra: su Sling Media no permite grabar los programas. E insisti¨® en que ahora, a diferencia de lo que pasaba hace cinco a?os, los inversores no se meten en proyectos cuando advierten la m¨ªnima sombra de dudas legales sobre los mismos.

Este mes, Sling ha lanzado una versi¨®n para telefon¨ªa m¨®vil (s¨®lo para tel¨¦fonos con pantalla t¨¢ctil, por ahora). El invento tambi¨¦n incomoda a las operadoras de telefon¨ªa m¨®vil que sue?an con engordar la factura de servicios con su propia oferta de televisi¨®n y no con la de otros.

Las tres grandes compa?¨ªas norteamericanas de telefon¨ªa 3G han dicho, seg¨²n Forbes, que no transportar¨¢n este servicio.