Los cristianos se van de Palestina
La victoria de Ham¨¢s, la crisis econ¨®mica y la obstrucci¨®n del proceso de paz alientan un fen¨®meno arraigado desde el siglo XIX
"Siendo minor¨ªa no tienen porvenir", afirma Justo Artaraz, custodio de la Iglesia de la Natividad de Bel¨¦n. La di¨¢spora de los cristianos palestinos es un fen¨®meno arraigado desde mediados del siglo XIX, bajo el Gobierno del sult¨¢n otomano, y ha sufrido altibajos. Ahora cunde el pesimismo. Desde 2000, la obstrucci¨®n del proceso de paz y el muro ilegal que Israel levanta a ritmo fren¨¦tico ahogan las perspectivas de los palestinos, y para los cristianos de diverso rito el triunfo de Ham¨¢s en las elecciones alienta m¨¢s la incertidumbre. Es una comunidad sin incentivos, asfixiada econ¨®micamente.
La masiva colonizaci¨®n jud¨ªa antes y despu¨¦s de la fundaci¨®n de Israel, en 1948, y el elevado ¨ªndice de natalidad de los musulmanes han convertido en minor¨ªa a los cristianos de ciudades en las que eran inmensa mayor¨ªa. La destrucci¨®n total de pueblos ¨¢rabes por las fuerzas israel¨ªes forz¨® el traslado de musulmanes a ciudades eminentemente cristianas, como Nazaret. Su naturaleza ha cambiado dr¨¢sticamente. Y la m¨¢s reciente edificaci¨®n de asentamientos jud¨ªos hizo el resto. Aproximadamente, 230.000 cristianos han abandonado la llamada Tierra Santa desde 1948. A partir de 1967, engrosaron las filas de la emigraci¨®n a pa¨ªses centroamericanos, a Chile, a Europa o a ciudades como Detroit (EE UU), donde residen m¨¢s cristianos palestinos originarios de Ramala que en la propia capital de Cisjordania. Hace seis d¨¦cadas alcanzaban el 20% en Cisjordania y Gaza, y en Bel¨¦n llegaban al 90% -ahora el 25%-. En la Nazaret hoy israel¨ª superaban el 50% y en 2005 han ca¨ªdo hasta el 10%.
Hace seis decadas los cristianos eran el 90% de la poblaci¨®n de Bel¨¦n. Hoy, el 25%
Los cristianos conforman en la actualidad el 2% de los 10 millones de personas que viven en Israel y los territorios ocupados, cuando a comienzos del siglo XX representaban el 25%. Unos 145.000, casi todos ¨¢rabes, residen en el Estado hebreo, y 45.000 en los territorios palestinos. Son cifras muy similares a las de los a?os cincuenta. Mientras, la poblaci¨®n musulmana de Cisjordania y Gaza se ha duplicado y el censo de jud¨ªos se ha multiplicado por 10, hasta los seis millones que habitan Israel.
Nada juega a su favor. En 2000 explot¨® la segunda Intifada y la edificaci¨®n del muro de hormig¨®n alrededor de la ciudad cristiana por excelencia, Bel¨¦n, ha provocado efectos dram¨¢ticos. Su econom¨ªa est¨¢ devastada. Parte de los campos de olivos han sido expoliados en el lado israel¨ª del muro; la gran mayor¨ªa de los comercios de la ciudad han cerrado; miles de trabajadores no ingresan sueldos desde hace cinco a?os; los peregrinos ya no pernoctan en una localidad que vive del turismo religioso. Unos 3.000 cristianos han marchado en cinco a?os de los pueblos de Beit Zahur y Beit Jala, cerca de Bel¨¦n. "La p¨¦sima situaci¨®n econ¨®mica ha supuesto un nuevo repunte de emigrantes, que ya cuentan con familiares en otros pa¨ªses. El muro hace de esta ciudad una gran prisi¨®n. El turismo es hoy el 15% del que ten¨ªamos en 2000", comenta V¨ªctor Batarseh, alcalde de Bel¨¦n, cristiano y socialista. La ocupaci¨®n israel¨ª, coincide todo palestino, sin importar su confesi¨®n, es la causa primordial del desastre econ¨®mico. Sobre los planes de Ham¨¢s, tras su triunfo electoral en enero, aparecen las dudas.
Abundan los cristianos -muchos votaron a los islamistas- que apuestan a que Ham¨¢s no tratar¨¢ de imponer la sharia como fuente de legislaci¨®n. Otros desconf¨ªan. "Hay un comp¨¢s de espera. Las declaraciones de sus l¨ªderes son contradictorias", explica Fayez Saqqa, dirigente de Al Fatah partidario de un r¨¦gimen laico.
Las tradiciones y costumbres que perjudican el crecimiento de greco-ortodoxos, cat¨®licos, coptos, sirios o armenios son, no obstante, muy anteriores al advenimiento de Ham¨¢s. Ni en Israel ni en los territorios palestinos existe el matrimonio civil. Las uniones entre musulmanes y cristianos son testimoniales y exigen la conversi¨®n del "infiel". Y los denominados cr¨ªmenes de honor perduran. Dair Jarir, de 23 a?os, qued¨® embarazada de Medi Juriye, un ¨¢rabe del pueblo cristiano de Taybeh, en Cisjordania, tras a?os de romance clandestino. La propia familia asesin¨® a la mujer cuando, en septiembre pasado, descubri¨® su estado.
El Vaticano remiti¨® en marzo una carta a los obispos de todo el mundo reclamando ayuda para los cristianos de Israel y Palestina: "La situaci¨®n econ¨®mica hace aumentar el constante ¨¦xodo de cristianos, especialmente de familias j¨®venes sin perspectivas de un futuro digno". Artemio V¨ªtores, vicario custodio de los Santos Lugares, apunta otra circunstancia que abona la coyuntura "cr¨ªtica" que padece su comunidad. "?Qui¨¦n ayuda a los cristianos? Los pa¨ªses del Golfo respaldan a los musulmanes; EE UU, a Israel, y la respuesta que nos dan los europeos es: 'Nosotros ayudamos a los palestinos, no a los cristianos".
Ministros europeos regresan p¨¢lidos tras sus conversaciones, por separado, con el gran rabino y el muft¨ª de Jerusal¨¦n. "Se difunde odio en las escuelas musulmanas y en las jud¨ªas, en las mezquitas y en las sinagogas", opina un cl¨¦rigo implicado en labores de mediaci¨®n. Cogidas entre dos fuegos, las instituciones cat¨®licas tratan de mantener estatus y propiedades. "Nosotros no vendemos, y estamos construyendo 72 viviendas en Bel¨¦n", afirma V¨ªtores. Es notorio que a los gobernantes hebreos les desagrada que las iglesias cristianas extiendan sus dominios. Ya en 1187, Saladino, tras poner fin a las barbaridades perpetradas por los cruzados, tapi¨® una de las dos puertas del Santo Sepulcro de Jerusal¨¦n. As¨ª sigue. "Los p¨¢rrocos cristianos desaconsejamos la conversi¨®n por temor a que consideren que hacemos proselitismo y por miedo a lo que pueda suceder a quienes se convierten", se?ala V¨ªtores. "Para los que van a quedar, es suficiente con una puerta", dijo el pr¨®cer ¨¢rabe en el siglo XII.
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