El Gobierno palestino busca financiaci¨®n sin el apoyo de Abbas

El Gobierno palestino, encabezado por el movimiento integrista Ham¨¢s, no da abasto ante tanto frente abierto. Ante unas arcas cada vez m¨¢s vac¨ªas, una crisis galopante y 140.000 funcionarios cada vez m¨¢s impacientes por cobrar sus sueldos, el primer ministro, Ismail Haniya, sigue su campa?a en b¨²squeda de donaciones en los pa¨ªses ¨¢rabes, despu¨¦s de que EE UU y la UE cortaran las ayudas a su Gobierno mientras no reconozca a Israel y renuncie a la violencia.

Haniya presidi¨® ayer en Gaza una reuni¨®n de urgencia con los dirigentes de todas las organizaciones para tratar lo que llam¨® "terrible cat¨¢strofe humanitaria" que se vive en la franja de Gaza. Un encuentro que tuvo una ausencia destacada, el movimiento Al Fatah, que lidera el presidente palestino, Mahmud Abbas, y que es un reflejo de la dif¨ªcil coexistencia entre presidencia y Gobierno.

De hecho, ayer se vivi¨® un nuevo cap¨ªtulo en la lucha interna palestina. Tras las feroces cr¨ªticas de Haniya, el rais ha rectificado la decisi¨®n de transferir a su poder todos los pasos fronterizos, incluido el de Rafah (entre Egipto y franja de Gaza). De esta forma, este estrat¨¦gico punto seguir¨¢ bajo la autoridad del Ministerio del Interior y no de las fuerzas de seguridad presidenciales. Ham¨¢s hab¨ªa acusado a Abbas de "vaciar de poder y autoridad al Gobierno electo y de colaborar con elementos extranjeros para provocar nuestra ca¨ªda".

Mientras tanto, la 17? legislatura del Parlamento israel¨ª (Kneset) inicia hoy su camino en medio de la primera crisis en las negociaciones para la formaci¨®n de Gobierno. Un total de 120 diputados juran sus cargos y ser¨¢n los encargados de aprobar el nuevo Ejecutivo que intenta hilvanar Ehud Olmert, actual primer ministro y l¨ªder de Kadima, que con 29 esca?os es la primera fuerza pol¨ªtica.

Olmert desea solventar r¨¢pidamente las divergencias con el que ser¨¢ su principal socio, el Partido Laborista. Su dirigente, el sindicalista Amir Peretz, reiter¨® ayer que mantendr¨¢ su exigencia de subir el salario m¨ªnimo a 1.000 d¨®lares. Esta petici¨®n, el reparto de ministerios y las dudas sobre el plan de retirada de Cisjordania retrasar¨¢n la formaci¨®n del Gobierno, pero no impedir¨¢n la alianza.