Iron¨ªas de la vida

Ir¨®nicamente, estos d¨ªas coincidieron dos eventos: los 75 a?os de la promulgaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica y los fastos de la Pascua. Y en vez de reflexionar sobre el importante legado de la primera (que alcanz¨® cotas bastante m¨¢s modernas que la actual Constituci¨®n por lo que se refiere a la separaci¨®n Iglesia/Estado y a los asuntos educativos, con la Instituci¨®n Libre de Ense?anza a la cabeza), nos vimos obligados a dejar libres las calles para que, en un pa¨ªs aconfesional, una confesi¨®n pueda pasear sus se?as de identidad y sus t¨®tems; hemos de soportar un mont¨®n de ritos religiosos en las televisiones p¨²blicas; hemos de aguantar que alg¨²n infiltrado de los legionarios de Cristo (o similar) nos env¨ªe los borradores del IRPF con la casilla de donativos a la Iglesia marcada... No ha de extra?arnos, pues, que las homil¨ªas de los obispos parezcan a veces cap¨ªtulos del programa del PP (recordemos, por ejemplo, que en el Pa¨ªs Valenciano su m¨¢xima autoridad jur¨® el cargo sobre la Biblia y dedica el 85% del presupuesto destinado a recuperar patrimonio a los bienes eclesi¨¢sticos... En fin, iron¨ªas de la vida).