"Los cambios en la pelota tienen mucho que ver con la televisi¨®n"
La antrop¨®loga Olatz Gonz¨¢lez Abrisketa (Bilbao, 1973) dedic¨® siete a?os a investigar el juego de la pelota vasca para elaborar su tesis doctoral, en la que ha basado el ensayo Pelota vasca: un ritual, una est¨¦tica (Editorial Muelle de Uribitarte).
Pregunta. ?Por qu¨¦ la pelota es un juego tan masculino?
Respuesta. La pelota ha sido ante todo un acontecimiento p¨²blico, central para el establecimiento de relaciones entre los hombres. Las mujeres han estado, y siguen estando todav¨ªa en muchos aspectos, confinadas a la esfera privada. Su visibilidad social ha sido pr¨¢cticamente nula. La pelota como acontecimiento otorga un protagonismo al que las mujeres no han tenido acceso.
P. ?C¨®mo explica que las mujeres se hayan ido abriendo hueco en casi todos los deportes y en pelota haya disminuido el n¨²mero de federadas?
"La afici¨®n por la pelota ha atravesado toda ideolog¨ªa y est¨¢ en su origen ser espacio de concurrencia"
R. Uno de los valores centrales de la pelota es la fuerza. Se puede decir que es la virtud m¨¢s idealizada, pese a que lo que define a alguien muy pelotari es la astucia. Es una cualidad tan importante como la fuerza, si no m¨¢s, para jugar bien. Sin embargo, es en la fuerza, el sufrimiento y la dureza donde se ha colocado la identidad de la pelota.
P. Sit¨²a el inicio de la pelota vasca en el siglo XVI. A lo largo de este tiempo se habr¨¢n dado muchos cambios, pero ?cu¨¢les han sido los m¨¢s importantes en los ¨²ltimos a?os?
R. Tienen que ver sobre todo con su adecuaci¨®n a la televisi¨®n, a sus tiempos y exigencias. La pelota tiene muchos tiempos muertos que la televisi¨®n necesita llenar de im¨¢genes espectaculares. Por ejemplo, el p¨²blico tradicional que espera tranquilamente sentado el inicio del tanto, charlando o apostando, no es atractivo para la televisi¨®n. Necesita mostrar el fervor del acontecimiento, sea o no un partido apasionante. Un espectador m¨¢s forofo, tipo hincha, se adecua mejor a la televisi¨®n. Es curioso c¨®mo este fen¨®meno, sin haber estado dirigido, se da en la pelota.
P. ?C¨®mo anda de salud la pelota?
R. Hay mucha gente que juega a pelota y que ni tiene licencia federativa, ni va al front¨®n como espectador. Es decir, no entra en estad¨ªsticas. En Euskadi la pelota no puede medirse como otros deportes, aunque se intente. Creo que cuanto menos se regule su pr¨¢ctica, mejor para ella, y cuanto m¨¢s se le obligue a equipararse con otros deportes, peor.
P. Se?ala en su ensayo que la pelota ha constituido un referente simb¨®lico central en la construcci¨®n de la identidad vasca.
R. La pelota forma parte de ese n¨²cleo ideol¨®gico que ha hecho que los vascos se sit¨²en de una determinada manera frente al mundo y que ha tenido que ver sobre todo con la idea de nobleza y con el respeto al principio de autoridad. Esto no quiere decir que todos los vascos vean el mundo de una manera. Cada uno lo ve y lo construye seg¨²n sus posibilidades y circunstancias, que pueden ser mucho m¨¢s cercanas a las de un malayo de hoy en d¨ªa que a las de un vasco de hace 50 a?os.
P. Dice tambi¨¦n que la pelota vasca forma parte del imaginario nacionalista.
R. Es parte del imaginario nacionalista en el sentido de que se ha pensado como componente de la diferencialidad de lo vasco, algo sustentado por su propia denominaci¨®n. Sin embargo, la afici¨®n por la pelota ha atravesado toda ideolog¨ªa y est¨¢ en su origen ser espacio de concurrencia de toda la comunidad. Otra cosa es que se te considere o no, te sientas o no, parte de esa comunidad, pero eso es algo que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la pelota. En principio, la pelota, como el resto de juegos ag¨®nicos, representa aquello que la sociedad quiere evitar: un conflicto entre dos partes.
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