Uruguay extradita a tres de sus coroneles acusados de asesinato

En un avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea Uruguaya llegaron ayer a Santiago los tres oficiales de ese pa¨ªs acusados de participar en los a?os noventa, junto con militares chilenos, en el secuestro y asesinato de Eugenio Berr¨ªos, qu¨ªmico y ex agente de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA, el aparato represivo de la dictadura de Pinochet). Los oficiales uruguayos, dos de ellos en servicio activo y todos con grado de coronel, quedaron detenidos y ser¨¢n puestos a disposici¨®n del juez Alejandro Madrid, que los interrogar¨¢ y notificar¨¢ su procesamiento por secuestro y asociaci¨®n il¨ªcita.

La extradici¨®n de los tres oficiales por delitos cometidos bajo gobiernos democr¨¢ticos [uruguayos] -seg¨²n los querellantes, fueron perpetrados para acallar a un testigo y protagonista de violaciones de los derechos humanos durante la dictadura chilena-, supone una colaboraci¨®n judicial transnacional in¨¦dita entre ambos pa¨ªses, con presidentes de izquierda.

Este es el primer caso de militares en servicio activo extraditados entre pa¨ªses del Cono Sur desde la recuperaci¨®n de la democracia, sostienen fuentes de derechos humanos. Al aterrizar el vuelo en un aeropuerto militar de la capital chilena, los tres militares quedaron bajo la custodia de agentes de Interpol y fueron trasladados al Hospital Penitenciario. Se espera que el presidente de la Corte Suprema chilena, Enrique Tapia, los ponga a disposici¨®n del juez Madrid, quien los hab¨ªa procesado en ausencia y solicitado su extradici¨®n.

Los extraditados -el coronel retirado Tom¨¢s Casella, el coronel Wellington Sarli y el teniente coronel Eduardo Radaelli- viajaron bajo la custodia de funcionarios de Interpol, acompa?ados por funcionarios de la canciller¨ªa uruguaya y el general Luis P¨¦rez, enviado por el comandante en jefe del Ej¨¦rcito uruguayo para supervisar el alojamiento y defensa en Chile de los acusados. El coste de la defensa de los militares ser¨¢ pagado por el Ej¨¦rcito de Uruguay.

Hasta ¨²ltimo momento, los tres coroneles intentaron dilatar o impedir la extradici¨®n, con apoyo de organizaciones de oficiales retirados y de partidos de oposici¨®n. En la v¨ªspera, despu¨¦s de que el Gobierno del presidente Tabar¨¦ V¨¢zquez resolviera anticipar el viaje de los militares, inicialmente previsto para este viernes, la defensa present¨® un habeas corpus con apoyo de 88 firmas, pero no fue aceptado.

"Sab¨ªa demasiado"

El abogado defensor de los militares critic¨® el adelanto del traslado, porque le impidi¨® hacer sus preparativos, mientras que un diputado del Partido Colorado pidi¨® en Montevideo la comparecencia en el Parlamento de la ministra de Defensa, Azucena Berrutti, para explicar la actitud del Gobierno del Frente Amplio.

Desde que la Corte Suprema de Uruguay aprob¨® la extradici¨®n, los militares permanecieron detenidos en la Escuela Militar de Armas y Servicios. Los tres han estado vinculados al espionaje uruguayo. Uno de ellos, Casella, fue edec¨¢n del ex dictador chileno Augusto Pinochet cuando ¨¦ste viaj¨® a Uruguay en 1993 siendo comandante en jefe del Ej¨¦rcito chileno.

El ex agente y qu¨ªmico Berr¨ªos fue sacado clandestinamente de Chile por oficiales de la Direcci¨®n de Inteligencia Militar a principios de los a?os noventa, para evitar que compareciera ante un juez que quer¨ªa interrogarlo por el asesinato del ex ministro Orlando Letelier. Despu¨¦s de una temporada en Argentina, el qu¨ªmico termin¨® en Uruguay bajo la custodia de oficiales chilenos y uruguayos. Estuvo oculto hasta que logr¨® fugarse y pidi¨® ayuda a la polic¨ªa uruguaya diciendo que estaba secuestrado, pero ¨¦sta lo entreg¨® a sus captores. En 1995, el cuerpo de Berr¨ªos fue encontrado en una playa cercana a Montevideo. Durante la dictadura chilena, Berr¨ªos estuvo implicado en varios de los cr¨ªmenes m¨¢s emblem¨¢ticos de opositores de Pinochet. Era, sostienen los querellantes, un hombre que "sab¨ªa demasiado".