Benedicto XVI

Benedicto XVI cumple hoy su primer a?o de pontificado. Como todos los papas, Ratzinger lo est¨¢ orientando en dos vertientes: una exterior, m¨¢s pol¨ªtica, y otra interior, m¨¢s eclesi¨¢stica. En la primera, sigue a su predecesor, Juan Pablo II, con esfuerzos hacia la paz mundial, como acaba de hacer el Domingo de Pascua, al defender a la vez el derecho de Israel a existir y el de los palestinos a tener su propio Estado. Es justo su llamamiento de unidad contra el terrorismo y la petici¨®n de una salida honrosa al conflicto de Ir¨¢n. Preocupan, sin embargo, algunas voces de historiadores ligados al Vaticano, que han pedido una reivindicaci¨®n de las Cruzadas cristianas, algo que podr¨ªa levantar un avispero en el mundo ¨¢rabe.

Hacia dentro de la Iglesia, su pontificado no ofrece por ahora sobresaltos. Tambi¨¦n aqu¨ª hay continuidad con el conservadurismo de su antecesor, incluso m¨¢s marcado. Nada parece novedoso, a no ser que se considere como tal que los cat¨®licos divorciados puedan recibir los sacramentos si renuncian en su segundo matrimonio a tener relaciones sexuales. Las mujeres siguen sin acceder al sacerdocio, los sacerdotes sin poder optar por un celibato libre, los homosexuales sin poder contraer matrimonio can¨®nico y las conferencias episcopales, sin apenas contar con poder. Todo ello hace creer que la Iglesia cat¨®lica vive un papado de transici¨®n a la espera de algo nuevo, como la elecci¨®n pr¨®xima de un pont¨ªfice del Tercer Mundo, que es donde va a jugarse el futuro de su misma existencia.