Arom¨¢tico y prohibido
L o que hoy est¨¢ bien visto, ma?ana puede quedar prohibido. El opio se distribuy¨® libremente en Gran Breta?a antes de 1868, la Coca-Cola llev¨® coca¨ªna en su f¨®rmula durante muchos a?os y el consumo de alcohol fue criminalizado en Estados Unidos durante la d¨¦cada de los veinte. En la Rusia zarista, el tr¨¢fico y consumo de caf¨¦ fue castigado con mutilaci¨®n de orejas. No por eso dej¨® de beberse. Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa vuelva a estar prohibido. Javier Garc¨ªa Yag¨¹e, Susana S¨¢nchez y Luis Garc¨ªa-Araus especulan con esta posibilidad en Caf¨¦, espect¨¢culo cuya acci¨®n sit¨²an en un futuro inmediato. Amanda, su protagonista, friega suelos para mantener a un marido depresivo y para comprar un piso a su hija, que no ha trabajado nunca. Amanda vuelve a casa hecha polvo y todav¨ªa le queda preparar la comida: lo sobrelleva a base de cafe¨ªna, hasta que el Gobierno, apoy¨¢ndose en estudios m¨¦dicos, ilegaliza el caf¨¦. Desde entonces, est¨¢ en tratamiento de deshabituaci¨®n.
Lo mejor de Caf¨¦, farsa estrenada en febrero de 2005, es su paisaje de fondo. El Estado casi ha desaparecido y la gente est¨¢ a merced del libre mercado. Las personas valen lo que rinden en el trabajo, y nada m¨¢s. Son t¨ªteres. Garc¨ªa-Araus y S¨¢nchez los han dibujado as¨ª y Garc¨ªa Yag¨¹e, el director, los mueve como tales. Se salvan Amanda, humanizada por la actriz Esperanza Elipe, y Rosario, la cubana (Asu Rivero), que sabe vivir y gozar con poco. Rosario es una isla, una hoguerita en medio del hielo. El contraste entre estas dos mujeres y el resto de los personajes tensa la farsa. Los dem¨¢s van a favor de corriente, o son arrastrados. Nati, la hija de Amanda, no sale de casa. Busca novios en los chats. Seve, el primero que pica, tiene un autob¨²s. Como no gana para pagarse el alquiler de un piso, vive en su veh¨ªculo.
Garc¨ªa Yag¨¹e, director de la Sala Cuarta Pared, ha reproducido en Caf¨¦ el sistema de trabajo de su celebrada Trilog¨ªa de la juventud, escrita con Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez y Yolanda Pall¨ªn. ?l propuso el tema, Luis Garc¨ªa-Araus y Susana S¨¢nchez lo desarrollaron y dialogaron. El propio director y los actores le dieron forma definitiva. El espect¨¢culo se desarrolla en un escenario central, con el p¨²blico a tres bandas, y mesitas con cafeteras, cucharillas y vasos. Los actores doblan y triplican papeles, salvo Esperanza Elipe, que la temporada pasada, cuando vi la funci¨®n, hac¨ªa un trabajo redondo. El de los dem¨¢s tiene altibajos. Amalia y Rosario son los ¨²nicos personajes con carne. El resto son clich¨¦s: engranajes que mueven el mecanismo de la comedia.
Caf¨¦. Sala Cuarta Pared. Ercilla, 17. Madrid. Hasta el 30 junio.
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