La violencia irrumpe en la campa?a mexicana
La escalada de cr¨ªmenes fuerza a los candidatos a la presidencia a abordar un problema que impregna a toda la sociedad
"Para que aprendan a respetar", dec¨ªa el mensaje que dejaron los asesinos junto a las cabezas de dos v¨ªctimas degolladas el pasado mi¨¦rcoles en Acapulco. Una pertenec¨ªa a Mario N¨²?ez Maga?a, ex comandante de polic¨ªa. El s¨¢bado, Fidel Arellano, director de Seguridad P¨²blica de Pungarabato, en el mismo Estado de Guerrero, era acribillado. En el puerto de L¨¢zaro C¨¢rdenas (Estado de Michoac¨¢n) dos mineros cayeron bajo las balas de los polic¨ªas que intentaban desalojar una f¨¢brica tomada por huelguistas. Los tres hechos ocurrieron durante la semana pasada, especialmente violenta, en una escalada que parece no tener fin a medida que avanza la campa?a electoral.
Los principales candidatos a las presidenciales del 2 de julio apenas hablan del problema. Salvo declaraciones de rigor en aquellos Estados m¨¢s golpeados por el crimen organizado, se dir¨ªa que la violencia no es tema de campa?a. El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, aludi¨® a la cuesti¨®n en un acto de campa?a en Baja California, uno de los Estados con mayor ¨ªndice de criminalidad. Le acompa?aba el alcalde de Tijuana, el pri¨ªsta Jorge Hank Rhon, a quien se vincula con el lavado de dinero. En su discurso se limit¨® a constatar que "aparecen decapitados los polic¨ªas de Guerrero y cad¨¢veres en diferentes partes del pa¨ªs", y advirti¨® de que la inseguridad pone a M¨¦xico al borde de la ingobernabilidad.
El fiscal general advierte de que el narcotr¨¢fico intenta interferir en los comicios de julio
"Los candidatos no abordan el tema del narcotr¨¢fico y no hacen propuestas concretas porque saben que es un problema estructural, que ha crecido mucho y ha infiltrado muchas instituciones", opina Jorge Carrasco, periodista de la revista Proceso y profesor de Medios de Comunicaci¨®n y Seguridad Nacional en la Universidad Iberoamericana.
El cartel "Para que aprendan a respetar", que los asesinos colgaron junto a la cabeza del jefe policial Mario N¨²?ez Maga?a, tiene que ver, seg¨²n los especialistas, con la connivencia de sectores de la Polic¨ªa Municipal de Acapulco con el narcotr¨¢fico. Hay evidencias de que el crimen organizado ha penetrado instituciones de Gobierno en todos los niveles. Un avi¨®n DC-9 de pasajeros propiedad de una empresa estadounidense fue detenido recientemente en el aeropuerto de Ciudad del Carmen (Estado de Campeche) con 5,5 toneladas de coca¨ªna de gran pureza. Proced¨ªa de Venezuela. Los dos pilotos eran ex militares mexicanos que trabajan para la Comisi¨®n Nacional del Agua y que tienen antecedentes delictivos. "El Estado mexicano est¨¢ infiltrado de tal manera que los narcotraficantes tienen hoy los cielos y las carreteras abiertas en M¨¦xico", comenta Carrasco.
El procurador general (fiscal) de la Rep¨²blica, Daniel Cabeza de Vaca, advirti¨® de que el narcotr¨¢fico trata de interferir en la campa?a electoral. Fue una declaraci¨®n sorprendente. No dio detalles y todos los partidos reaccionaron diciendo que no es verdad. Es muy dif¨ªcil demostrar lo que hoy son sospechas, m¨¢s o menos fundadas, sobre la implicaci¨®n del narcotr¨¢fico en la campa?a electoral, porque no hay fiscalizaci¨®n suficiente.
Durante los meses previos a la campa?a, los partidos pol¨ªticos gastaron ingentes sumas de dinero. Un gasto que no est¨¢ regulado o supervisado por la autoridad electoral. "Hay un hoyo negro que permite a los interesados en blanquear dinero acercarse a los partidos", asegura Carrasco.
Diversos observadores interpretan que casos como la muerte de dos mineros en Michoac¨¢n por disparos de la polic¨ªa han supuesto un hito tr¨¢gico en el nivel de descomposici¨®n del sistema sociopol¨ªtico mexicano. Esos incidentes, en concreto, se enmarcan en una lucha sorda que mantiene el Gobierno federal con determinados dirigentes sindicales. En un contexto como el actual, nada m¨¢s apetecible para algunos candidatos que aprovechar la muerte de los dos mineros para fines electorales.
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