No en mi nombre
Despu¨¦s del susto que le oblig¨® a tomarse unos d¨ªas de descanso, Josep Llu¨ªs Carod Rovira ha vuelto con el entusiasmo de siempre. Ayer anunci¨® las intenciones de su partido respecto al refer¨¦ndum de aprobaci¨®n del Estatut. El voto de ERC, hab¨ªa dicho hace unos d¨ªas, no ser¨¢ positivo ni negativo y a?adi¨® que el partido independentista tampoco ten¨ªa previsto defender la abstenci¨®n. Les quedaban, pues, dos alternativas de voto: nulo y en blanco. Que los republicanos sean coautores del Estatut por el que no piensan votar afirmativamente s¨®lo es uno de los muchos gags de un proceso que empez¨® con el pacto de la tortilla y que esta semana ha culminado con unas no menos c¨®micas sesiones en el Senado madrile?o. All¨ª los contribuyentes han podido saborear el lirismo de Manuela de Madre, portavoz del PSC, que propuso conducir la discusi¨®n por el camino del amor y de la comprensi¨®n: "El amor verdadero, el afecto verdadero, nace cuando quien dice que quiere, quiere por lo que se es, no por lo que quiera que se sea". Es un trabalenguas que, al mismo tiempo que aporta calidez a un g¨¦nero tradicionalmente ¨¢rido, a?ade perplejidad a un territorio ya perplejo de por s¨ª. La decisi¨®n final de ERC se certificar¨¢ en asambleas y reuniones y no se descarta que, al final, los republicanos organicen un refer¨¦ndum interno para decidir su voto en el ref¨¦rendum externo, aunque ignoro si el interno incluye la posibilidad de votar en blanco o nulo. Por ahora, y a juzgar por el comunicado de ayer, recomiendan preferentemente el voto nulo pol¨ªtico.
Como suele ocurrir cuando conviene crear el ambiente apropiado para colar una media verdad gigantesca, ya se ha hecho p¨²blico el oportuno estudio gubernamental seg¨²n el cual la participaci¨®n en el refer¨¦ndum ser¨¢ del 57,3%. Es el truco del almendruco: marcas un list¨®n bajo y as¨ª te preparas para resistir cualquier bofetada. La cifra anunciada, sin embargo, no est¨¢ lejos de la que certificaron las elecciones al Parlament de 2003. En aquella ocasi¨®n la participaci¨®n fue del 62,54%, y yo me decant¨¦ por el voto en blanco (que, por si alguien no lo sabe, consiste en introducir un sobre vac¨ªo dentro de la urna). El voto nulo, en cambio, se basa en someter la papeleta a un proceso de tunning que la invalida como tal: caricaturas de candidatos, esl¨®ganes reivindicativos, anotaciones de tel¨¦fono m¨®vil, papiroflexias varias, listas de la compra recicladas, pegatinas del gara?¨®n catal¨¢n o de servicios permanentes de cerrajer¨ªa, filtros para porro desconstruidos o cualquier elemento que altere la estructura del documento electoral. ERC, en cambio, habla de voto nulo pol¨ªtico, una estrategia de maquillaje conceptual que intenta darle una dignidad que ya veremos si cuela.
En 2003 fuimos 30.212 los que votamos en blanco, mientras que los nulos fueron 8.793. Por lo que se est¨¢ cociendo, es probable que estas dos alternativas, que perdieron las pasadas elecciones, obtengan un resultado bastante espectacular. La Plataforma del Dret a Decidir, por ejemplo, tambi¨¦n piensa defender el voto nulo y a?adir¨¢ un mensaje de reivindicaci¨®n nacionalista para dejar clara su decepci¨®n respecto al texto. Si, despu¨¦s de sus consultas internas, ERC opta por el voto nulo, estar¨¢ rizando el rizo: defender la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum y, al mismo tiempo, propiciar la masiva anulaci¨®n de miles de votos. Los que opten por el voto en blanco siendo de ERC se sumar¨¢n a los que ya llevamos unos a?os resign¨¢ndonos a esta p¨¢lida causa. No opinar¨¦ sobre el voto nulo porque nunca lo he practicado pero s¨ª sobre esta posible OPA hostil a los que sufrimos la fascinaci¨®n ante la p¨¢gina, perd¨®n, la papeleta en blanco. Si un partido pol¨ªtico convencional, que ha sido responsable de buena parte de toda esta movida deja entreabierta la puerta a favor del voto blanco, invadir¨¢ la pl¨¢cida zona de pataleo protest¨®n de los que dejan constancia de su desacuerdo con las formas y el fondo de este y de otros procesos leg¨ªtimos y democr¨¢ticos. ?En qu¨¦ nos diferenciaremos los unos de los otros?
De entrada, la organizaci¨®n que recomiende el voto en blanco se apropiar¨¢ de 30.000 votos que no les corresponden y har¨¢ que se interpreten con criterios colectivos una opci¨®n que, por su propia naturaleza, resulta menos interpretable y m¨¢s individualista. A los que votamos en blanco siempre se nos critica por no implicarnos, por no mojarnos, y, en el mejor de los casos, se nos perdona la vida diciendo: bueno, por lo menos participa y vota en blanco. Pero si participar supone mezclarse con colectivos de personalidad m¨²ltiple que no tienen inconveniente en desmentir con la mano derecha lo que hace su mano izquierda, ?para qu¨¦ ejercer la discrepancia transversal y testimonial? Por eso mismo, y asumiendo que por mucho que proteste no podr¨¦ evitar que el Gobierno se gaste 1,8 millones de euros en favor de la participaci¨®n en un mecanismo leg¨ªtimo de la democracia en la que parte del gobierno recomienda el voto nulo, en esta ocasi¨®n me sumar¨¦ a la mayor¨ªa silenciosa de la abstenci¨®n, una abstenci¨®n que, seg¨²n fuentes gubernamentales, rondar¨¢ el 42,7 %.
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