La historia desde detr¨¢s de la c¨¢mara
Manuel Tena plasm¨® en sus fotograf¨ªas el horror de la Guerra Civil en el frente de Teruel
La Guerra Civil espa?ola, librada entre 1936 y 1939, se caracteriz¨® por atraer a los autores con m¨¢s talento de esa ¨¦poca: Hemingway, Malraux, Orwell..., y su mejor aliado para reflejar ese horror fueron los fot¨®grafos. Testigos de excepci¨®n en la contienda, forjaron o afianzaron una nueva forma de contar la realidad: el fotoperiodismo. Llegaron de todo el mundo, enviados por sus diarios o por iniciativa propia, con sus c¨¢maras al hombro. Y algunos se hicieron c¨¦lebres, como Robert Capa, con cada disparo.
Pero los primeros en salir al frente con el tr¨ªpode fueron los fot¨®grafos locales. Algunos hicieron historia y otros tuvieron su momento de gloria y luego desaparecieron en el anonimato. ?se fue el caso de Manuel Tena Edo. La guerra le pill¨® en Teruel, donde ten¨ªa una relojer¨ªa, "aunque lo que de verdad le gustaba era la fotograf¨ªa", explica su nieto, Leo. "Por eso le reclutaron los nacionales para que fuese al frente con ellos". Nunca llevaba fusil. Disparaba con su c¨¢mara y plasmaba el delirio de esa guerra fratricida.
Manuel vivi¨® todo tipo de historias. Desde "jugarse la vida por cazar un pollo bajo una lluvia de tiros [la comida escaseaba y hab¨ªa que jugarse el tipo por el pan de cada d¨ªa], hasta salvar de la metralla de un fascista a unos republicanos que ven¨ªan de Castell¨®n, por si hab¨ªa alg¨²n amigo [¨¦l era castellon¨¦s]". Su nieto recuerda que a su abuelo le robaban los muelles de los relojes de pared que ten¨ªa en la tienda. "Como eran muy grandes y de acero, los combatientes los enderezaban y les serv¨ªan de cuchillos para pelar patatas, o como armas".
Tena contaba las historias que la guerra le pon¨ªa delante, pero a menudo la historia de esas fotograf¨ªas trascend¨ªa al objetivo hasta ponerse detr¨¢s de la c¨¢mara. Al fin y al cabo, ¨¦l tambi¨¦n estaba en el frente. Es el caso de una foto en la que aparece un republicano muerto, encadenado a una metralleta que Manuel hizo en 1938. Hubo historia delante: la m¨¢s rom¨¢ntica dice que pidi¨® a sus compa?eros que le encadenaran para combatir hasta la muerte al enemigo, como dec¨ªa el pie cuando la instant¨¢nea apareci¨® en el tomo 4, La Guerra Civil II, de la colecci¨®n La Mirada del Tiempo de EL PA?S. "La otra versi¨®n dice que fue el castigo que le impusieron sus propios compa?eros cuando intent¨® desertar del frente", explica Leo. Y hubo historia detr¨¢s. Un joven fot¨®grafo disparaba hacia el cuerpo acribillado por los tiros. Una imagen que no era en blanco y negro, como la instant¨¢nea que tambi¨¦n la revista Life public¨® en aquella ¨¦poca. Cuando el fot¨®grafo apartaba la mirada del visor, la imagen era en color. Del color hediondo de las tripas reventadas, del sudor, de la sangre, del polvo y del odio mezclados ante el objetivo.
"Mi abuelo nunca hablaba de la guerra, pero mi abuela nos cont¨® que aquella noche tuvo que tomar dos co?acs porque era incapaz de conciliar el sue?o".
Una imagen puede mostrar el dramatismo de una guerra, ¨¦se que nos entra por cada poro cuando la miramos e intentamos imaginar lo que pasaron quienes vivieron ese instante, o quienes desaparecieron mientras su ¨²ltimo aliento quedaba congelado para siempre en el negativo. Historias como la de Manuel Tena, que ten¨ªa que beber el agua de la nieve derretida mientras estaba en el frente "y, como la ¨²ltima en derretirse era la que estaba en la sombra -explica su nieto-, ten¨ªa que beber la que quedaba alrededor de los cad¨¢veres de los combatientes ca¨ªdos".
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