D¨®lar, materias primas y mercado inmobiliario
En los ¨²ltimos d¨ªas los precios de las materias primas han alcanzado nuevos r¨¦cords. El oro, el nivel m¨¢s alto de los ¨²ltimos 25 a?os, y el petr¨®leo y el cobre, r¨¦cords absolutos. Mientras tanto, los tipos de inter¨¦s a largo plazo han aumentado mas de 50 puntos b¨¢sicos desde enero en los pa¨ªses desarrollados, el mercado inmobiliario estadounidense se ha empezado a enfriar -el stock de viviendas a la venta est¨¢ al nivel m¨¢s alto de la ultima d¨¦cada, la inflaci¨®n inmobiliaria se ha reducido del 17% anual hace seis meses al 7%, y los indicadores de confianza del sector est¨¢n bajo m¨ªnimos- y el d¨®lar se ha depreciado casi un 4% desde principios de a?o. ?Qu¨¦ nos indica este cuadro macroecon¨®mico?
Tradicionalmente los precios de las materias primas, y sobre todo el oro, han sido un buen indicador adelantado de la inflaci¨®n. Sin embargo, esta vez puede que sea diferente, a pesar del riesgo que implica dicha afirmaci¨®n. El r¨¢pido aumento del precio de las materias primas se debe a una fuerte demanda en pa¨ªses emergentes que se enfrenta a una oferta cada vez m¨¢s escasa (las empresas productoras de materias primas est¨¢n al limite de capacidad). Pero a esto hay que a?adir un r¨¢pido aumento de la demanda inversora, cada vez m¨¢s importante ya que son mercados peque?os y no excesivamente l¨ªquidos, y por tanto un aumento persistente de la demanda -generado no por exceso de liquidez, como argumentan algunos, sino por el influjo continuado de dinero a los fondos de inversi¨®n privados- puede generar movimientos acelerados y bruscos de precios. Por ejemplo, tras aumentar sus precios casi un 50% en 2005, en un solo d¨ªa, el 20 de abril, el oro perdi¨® casi un 5% y la plata un 18%. Adem¨¢s, el precio de las materias primas refleja en general la evoluci¨®n del d¨®lar y, expresada en euros, la inflaci¨®n de materias primas es mucho menor.
En el caso del petr¨®leo hay que a?adir el componente geopol¨ªtico. Es probable que el precio del petr¨®leo contin¨²e aumentando a medida que las tensiones con Ir¨¢n -y el conflicto en Nigeria, tan importante desde el punto de vista del desequilibrio oferta-demanda como el problema iran¨ª- se intensifiquen. Sin embargo, no hay que olvidar que lo contrario tambi¨¦n es posible: un atentado terrorista contra objetivos civiles podr¨ªa inducir una desaceleraci¨®n econ¨®mica que podr¨ªa provocar, en un contexto de alt¨ªsimos niveles de existencias, una brusca ca¨ªda del precio del petr¨®leo.
Adem¨¢s de estos factores especiales en la evoluci¨®n de los precios, hay que notar que el impacto inflacionista de este aumento de los precios de las materias primas es mucho menor que en episodios anteriores. Las empresas se enfrentan a unos mercados muy competitivos y, con unos beneficios boyantes, est¨¢n adoptando una estrategia de mantenimiento de cuota de mercado y absorbiendo el aumento de costes. Los trabajadores por su parte tampoco tienen capacidad de reclamar aumentos salariales, dada la fort¨ªsima competencia proveniente de los pa¨ªses emergentes, y por tanto el riesgo de efectos de segundo orden es m¨ªnimo. De hecho, el reciente aumento de los tipos de inter¨¦s a largo plazo se debe a un aumento del tipo de inter¨¦s real, no del componente de inflaci¨®n, y refleja la mejora de las perspectivas econ¨®micas mundiales y una normalizaci¨®n de la prima de riesgo, hasta ahora anormalmente baja (el famoso conundrum de Alan Greenspan).
El endeudado consumidor americano se enfrenta a un panorama de costes energ¨¦ticos y tipos de inter¨¦s crecientes y un mercado inmobiliario a la baja. Con la inflaci¨®n bajo control, la Reserva Federal terminar¨¢ pronto el proceso de aumento de tipos de inter¨¦s. El resto del mundo crece fuertemente, Estados Unidos se ralentiza y, con un d¨¦ficit por cuenta corriente todav¨ªa elevad¨ªsimo, el d¨®lar parece destinado al declive. Con un panorama de crecimiento global bastante positivo, el mundo se puede permitir la necesaria depreciaci¨®n del d¨®lar. Esto es lo que concluyeron el FMI y los ministros de finanzas del G7 en su reuni¨®n de la semana pasada, y los mercados parecen estar de acuerdo.
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