Marineros en tierra
Est¨¢ escogiendo con tino el teatro de la Zarzuela los t¨ªtulos con los que festejar el 150? aniversario de su puesta en marcha. Despu¨¦s de La verbena de la paloma y El barberillo de Lavapi¨¦s le toca el turno ahora a La tabernera del puerto, de Soroz¨¢bal, "la ¨²ltima gran zarzuela de la historia", en afirmaci¨®n llena de sentido de Javier Su¨¢rez Pajares en su ilustrativo art¨ªculo del programa de mano. Ninguna de las tres zarzuelas citadas ha tenido una interpretaci¨®n redonda, lo que da idea de las dificultades de salir airoso en un g¨¦nero aparentemente sencillo, pero conceptualmente muy complicado. Lo dec¨ªa Alfredo Kraus y pocos le hac¨ªan caso. "La zarzuela es tan dif¨ªcil o m¨¢s que la ¨®pera", afirmaba el tenor canario.
La tabernera del puerto
De Pablo Soroz¨¢bal. Con Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno, Enrique Baquerizo, Albert Montserrat, Iv¨¢n Garc¨ªa y otros. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del teatro de La Zarzuela. Director musical: Manuel Galduf. Director de escena: Luis Olmos. Teatro de La Zarzuela, Madrid, 28 de abril.
Y es que la zarzuela requiere un equilibrio muy sutil de teatro y canto. Su esp¨ªritu popular no debe llevar al esquematismo o la demagogia, y su extendida imagen de ¨®pera de segunda, o a lo sumo de opereta, no tiene por qu¨¦ propiciar repartos inferiores a los de la ¨®pera de primera. Lo curioso es que a la hora de grabar discos las primeras figuras los acaparan. Sobre el papel, esta tabernera promet¨ªa. La primera sorpresa ha sido que el tenor Jos¨¦ Bros se haya quedado relegado al segundo o tercer reparto. Dif¨ªcil de comprender.
La m¨²sica de esta zarzuela de Soroz¨¢bal tiene momentos tan atractivos que acaba por aflorar por encima de todo, a pesar de las limitaciones interpretativas. Las tuvo de todo tipo la representaci¨®n de anteayer, aunque Mar¨ªa Jos¨¦ Moreno, entre los personajes principales, e Iv¨¢n Garc¨ªa, entre los secundarios, alcanzaron momentos art¨ªsticamente muy notables en alguna de sus intervenciones. La tabernera es, en cualquier caso, una zarzuela de atm¨®sferas, y necesita una ambientaci¨®n teatral y una direcci¨®n musical que no se queden atr¨¢s respecto a las prestaciones vocales. La direcci¨®n de actores fue bastante esquem¨¢tica, dentro de una escenograf¨ªa recargada y, en l¨ªneas generales, poco sugerente est¨¦ticamente. El primer acto roz¨® el sopor y los dos restantes no acabaron de plasmar la tensi¨®n dram¨¢tica y el retrato po¨¦tico-ambiental que esta ¨®pera demanda. En cuanto a la direcci¨®n musical, fue bastante plana, ramplona y a veces excesiva en los vol¨²menes, sin un grado adecuado de matizaciones.
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