El rugido de las viejas Sanglas
Los amantes de la desaparecida motocicleta Sanglas, caracterizadas por un peculiar y sonoro petardeo, se concentraron ayer en Sant Climent para pasearse por el Baix Llobregat, Garraf y Alt Pened¨¨s en un encuentro en el que se exhibieron m¨¢s de 60 ejemplares, procedentes algunos de Alemania, Francia y Holanda.
El Club Sanglas de Catalu?a nombr¨® ayer a Javier Sanglas, fabricante de las motos, miembro honor¨ªfico junto con Jos¨¦ Antonio Macenas, que fue piloto oficial de la marca. A sus 83 a?os, el creador de esta m¨ªtica motocicleta record¨® ayer c¨®mo inici¨® su aventura empresarial.
Los hermanos Javier y Mart¨ª Sanglas, este ¨²ltimo fallecido hace cinco a?os, empezaron a producir la Sanglas en su factor¨ªa de la calle de la Selva de Mar de Barcelona en 1944. M¨¢s tarde se traslad¨® a la Rambla Just Oliveras de L'Hospitalet, donde continu¨® la actividad hasta 1981. La nave se mantiene a¨²n en pie, si bien est¨¢ afectada por un plan urban¨ªstico. "Contribuimos a ofrecer a la poblaci¨®n la posibilidad de desplazarse cuando no hab¨ªa medios de transporte", explicaba Javier Sanglas. En su ¨¦poca de esplendor, la motocicleta convivi¨® con otras marcas como las Montesa, Bultaco, Ossa o Derbi, todas ellas fabricadas en los alredores de Barcelona.
Sanglas lleg¨® a tener 200 trabajadores y fabric¨® el ¨²nico modelo con motor de cuatro tiempos. Seg¨²n Javier Sanglas se llegaron a vender unas 50.000 unidades. Casi 9.000 se distribuyeron entre las polic¨ªas de tr¨¢fico -fue la imagen de la Guardia Civil de Tr¨¢fico- y los ayuntamientos. Con la apertura del mercado espa?ol y el desembarco japon¨¦s, los hermanos Sanglas fueron conscientes de la dificultad de competir y se asociaron con Yamaha, que absorbi¨® su producci¨®n.
La Sanglas no era barata. "En 1960, en el que un Seat 600 costaba 60.000 pesetas, la moto se vend¨ªa a 45.000, mientras la Impala de Montesa costaba 25.000", recuerda el presidente del Club de Sanglas, Manel Tinoco.
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