Un hombre que amaba la vida
Cuando llegaba a Par¨ªs, Mario Vargas Llosa llamaba, antes que a nadie, a su amigo Jean-Fran?ois Revel, y ahora ya no va a tener ese nombre en su agenda. Para el escritor peruano, que se sent¨ªa muy cerca de los postulados del fil¨®sofo fallecido, no s¨®lo hab¨ªa afecto ideol¨®gico, "sino un sentimiento profundamente humano".
"Jean-Fran?ois Revel", dec¨ªa ayer Vargas Llosa desde Par¨ªs, precisamente, "era un vitalista; amaba el vino y las comidas; hizo un divertid¨ªsimo libro de gastronom¨ªa, Un fest¨ªn de palabras, que le retrat¨® como un gran gourmet y como un hombre que amaba tambi¨¦n la compa?¨ªa que se produce cuando uno se sienta a la mesa".
Adem¨¢s, explic¨®, hab¨ªa muchos otros motivos "para que un latinoamericano como yo se sintiera feliz con Revel". "Hablaba un excelente espa?ol, que hab¨ªa perfeccionado en Am¨¦rica Latina, as¨ª que no se dejaba llevar por los t¨®picos que circulan, interesadamente, sobre nuestros pa¨ªses". Revel conoci¨® muy bien la transici¨®n espa?ola; visit¨® frecuentemente Espa?a, particip¨® con periodistas e intelectuales espa?oles en debates sobre lo que signific¨® la experiencia que ha hecho a la Espa?a de hoy, y no le import¨® dejar a un lado los prejuicios "para atender a lo que aqu¨ª estaba sucediendo como un verdadero periodista, interes¨¢ndose por todo" con una curiosidad que siempre le rejuvenec¨ªa.
Vargas Llosa estaba ayer verdaderamente apenado. "Era un amigo, y no s¨®lo lo llamaba por tel¨¦fono cuando llegaba a Par¨ªs para saber qu¨¦ pensaba del mundo que nos rodeaba, y que ¨¦l conoc¨ªa tan bien, sino por el puro placer de sentirlo cerca". Fue "compa?ero en mil batallas ideol¨®gicas, atacamos las mismas cosas, nos enfrentamos con ideas similares a los grandes problemas contempor¨¢neos, y ante todo ¨¦l fue coherente con la herencia que hab¨ªa recibido".
Era el ¨²ltimo heredero de Raymond Aron, en el otro lado de lo que propon¨ªa Jean-Paul Sartre; tuvo detr¨¢s una experiencia similar a la de los grandes intelectuales franceses, la ?cole Normale Sup¨¦rieure, ocup¨® una agregadur¨ªa de Filosof¨ªa, pero eso no llev¨® a renunciar "a ejercer con rigor el periodismo", que le sirvi¨®, dec¨ªa ayer Vargas Llosa, "para llevar al p¨²blico los asuntos que ¨¦l quiso desenmascarar".
Era, como escribi¨® Javier Tusell, "un iconoclasta instalado". El periodismo le sirvi¨® "para desenmascarar trampas, imposturas, y para manifestarse contra la desvalorizaci¨®n de la cultura de la democracia propuesta por los neomarxismos y otras posturas mistificadoras, enajenantes".
Equipado con todas las armas de los acad¨¦micos, revel¨® una gran inteligencia para describir las costumbres y las ideas del siglo XX con una luz que, en el ¨¢mbito de su equipaje ideol¨®gico, no envidia nada a lo que hizo su propio maestro y antecesor, Raymond Aron.
En febrero de 2004, el Gobierno espa?ol, presidido entonces por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, premi¨® a Revel con la Gran Cruz de Isabel la Cat¨®lica.
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