Canal Sur y el universo

"Mucha gente, y yo incluido, cre¨ªamos que pronto descubrir¨ªamos la teor¨ªa definitiva que nos permitir¨ªa predecir cualquier cosa del universo. Pero es posible que nunca lleguemos al final de nuestra b¨²squeda". Son palabras de Stephen Hawking en la Universidad de Cambridge. No s¨¦ cuando las dijo porque en el recorte de prensa del que las copio no apunt¨¦ la fecha. El titular era "Stephen Hawking admite que nunca llegar¨¢ a entender el universo". Ese recorte de prensa lleva al menos dos meses en la mesa en la que dejo las cosas que me asustan. Yo cre¨ªa que el enigma del universo era el misterio m¨¢s grande, Pero la realidad ha vuelto a humillarme.

D¨ªa dos de mayo de este a?o. Canal Sur TV retransmite desde Madrid una corrida de toros acompa?ada de comentarios que insisten en la dificultad que los toros ofrecen a los que quieren matarlos. En Canal 2 Andaluc¨ªa, a esa misma hora, se retransmite en directo el debate sobre la reforma del Estatuto de Andaluc¨ªa: fue una ronda de intervenciones tediosas en las que s¨®lo hubo un momento picante, cuando Sanz (PP) le dijo a los del PSOE que eran antiespa?oles y el del PSOE, Manuel Gracia, le contest¨® que eso me lo dice usted en la calle porque no se lo cree ni harto (Gracia dijo "jarto") de whisky. Despu¨¦s de los informativos de las dos cadenas de Canal Sur, en la primera dieron el interminable programa de magia que regenta Paz Padilla, y en la segunda pasaron la pel¨ªcula El exorcista II. Este andaluz se acost¨® con la angtustia que produce no entender algo que pensaba que no era tan complejo como el universo pero que parec¨ªa ser algo peor, una mezcla de magia y exorcismo de la que ya se cre¨ªa liberado desde la primera vez que pudo votar. Y cuando luego encendi¨® la radio y apag¨® la luz, ese tipo no pudo dormir: en la memoria que se adue?a de uno al cerrar los ojos luc¨ªa el esplendor de una argamasa de pringue y mentira que ten¨ªa que desalojar para poder descansar y dejar para ma?ana la tarea de ser un pobre hombre que forma parte, desde el mismo momento en el que est¨¢ desnudo bajo la ducha, de la reci¨¦n decretada realidad nacional andaluza.

No soy ni torero ni toro ni pariente de la duquesa de Alba. Tampoco sirvo para contar en Canal Sur chistes repugnantes. Es verdad que a veces soy grosero, desagradecido y soberbio. Pero precisamente por eso, porque no valgo ni un duro, albergo la confianza de que el mundo en el que vivo sea mejor que yo. Eso tendr¨ªa que ser la pol¨ªtica: la asamblea en la que nos d¨¦ verg¨¹enza ser como somos y nos ponga al alcance de todos la posibilidad de vivir sin magia ni pringue: m¨¢s pobres, s¨ª, menos identitarios, incluso m¨¢s tontos.

Confundimos la inteligencia con una ret¨®rica que hace que demos por buenos e inexcusables h¨¢bitos tan abominables como pol¨ªticamente correctos. Es mejor que cada cual sea lo que consiga ser. Es mejor que el cielo de la realidad nacional andaluza siga tan lejos como la posibilidad de entender a Canal Sur y al universo.