La trastienda del ed¨¦n
En Diario de un poeta reci¨¦n casado, Juan Ram¨®n recurri¨® a diversos c¨®digos del locus amœnus, un tema arc¨¢dico y hasta rural, para erigir el mito de la megal¨®polis, all¨ª donde el contorno del skyline neoyorquino quedaba velado por los fogonazos epil¨¦pticos de los anuncios luminosos. Es s¨®lo un ejemplo de estos sistemas de inculturaci¨®n m¨¢s forzados por las circunstancias que deseados. En ning¨²n para¨ªso, tercer libro po¨¦tico del parsimonioso Diego Doncel (Malpartida, C¨¢ceres, 1964), tan poco amigo de repetirse como de columpiarse, me ha recordado al del moguere?o, y no por su concreta disposici¨®n urbana (El hombre de Nueva York, primer poema del volumen, constituye su demarcaci¨®n existencial), sino porque ambos autores est¨¢n formados en unas respectivas tradiciones de las que quieren escapar por imperativo est¨¦tico y por congruencia filos¨®fica. Pero si hace noventa a?os cab¨ªa so?ar que el nuevo ed¨¦n pod¨ªa construirse sobre las ruinas del para¨ªso perdido, ahora el progresismo futurista resulta tan est¨¦ril como el sentimentalismo arqueol¨®gico: el autom¨®vil de carreras y la Victoria de Samotracia se apilan en la misma necr¨®polis. Tras la impugnaci¨®n de la sacralidad de El ¨²nico umbral (Rialp, 1991) y la delimitaci¨®n de una realidad en que se deshace la conciencia de Una sombra que pasa (Tusquets, 1996), el poeta se sit¨²a, asumiendo osadamente el riesgo, en el mundo contempor¨¢neo en que sobrevive: desconcierto, locura, fungibilidad de los valores acordados socialmente, cercenamiento de expectativas. El libro relata la pesquisa de un sujeto en los callejones suburbiales, en la trasera de un para¨ªso dise?ado para ocultar las heridas bajo los untes bals¨¢micos, o en los rel¨¢mpagos que alumbran el sinsentido de la noche. Es posible que los dioses est¨¦n ah¨ª, pero, como los lucrecianos, se trata de "dioses que miraban desde lejos alucinados / por sus propias farmacolog¨ªas celestes / y que cambiaban de canal / cuando se aburr¨ªan". Todo ello se expresa en 12 composiciones dilatadas en su discurso versicular, cuyas fulguraciones no arrancan al poema de su logocentrismo meditativo, pero lo alivian de los grumos de pensamiento o de la pretenciosidad lapidaria. Sin tirantes acentuales y sin el soniquete de la rima (salvo algunas asonancias ocasionales y poco euf¨®nicas), el ritmo est¨¢ organizado seg¨²n los tramos sem¨¢nticos del proceso de indagaci¨®n. En las 12 facetas de esta obra fundacional, el yo, como un badajo insomne, pregunta por s¨ª mismo asediado por el ruido, la publicidad, los rascacielos, los laboratorios qu¨ªmicos de la felicidad, los cartones del mendigo fil¨®sofo. Ese yo, como Ulises, tambi¨¦n se llama Nadie.
EN NING?N PARA?SO
Diego Doncel
Visor. Madrid, 2005
64 p¨¢ginas. 8 euros
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