Los barceloneses toman la calle
La elevada afluencia de veh¨ªculos hacia la Feria del Comercio y la F¨®rmula 1 del Aire caus¨® colapsos y retenciones
Los barceloneses tomaron ayer las calles de la ciudad. Decenas de miles de personas ocuparon calles y plazas de la capital catalana para acudir a los actos que estaban programados. Al mediod¨ªa, llenaron las calles del barrio de Sants, donde se celebraba la Feria del Comercio, y el recinto F¨®rum para asistir al concierto de la emisora Radiol¨¦ en la Feria de Abril. Por la tarde, en la playa de la Mar Bella se agolparon de nuevo miles de ciudadanos para contemplar las acrobacias de la F¨®rmula 1 del Aire. El gran volumen de p¨²blico que asisti¨® en coche a estos actos colaps¨® varias salidas de la Ronda Litoral y numerosas calles de la ciudad.
Quienes se desplazaron ayer hasta el barrio de Sants sufrieron las primeras retenciones. El tr¨¢fico fue muy denso en varias v¨ªas, como la calle de Sants, la avenida de Madrid y las zonas m¨¢s cercanas a la estaci¨®n de tren. Algunas calles, como la de Galileu o el paseo de Sant Antoni, tuvieron que ser cortadas.
Desde Bogatell hasta la Mar Bella, el litoral barcelon¨¦s apareci¨® ayer repleto de gente
Por la tarde, el caos circulatorio se desplaz¨® al frente litoral, donde la elevada afluencia de veh¨ªculos que se dirig¨ªan a la F¨®rmula 1 del Aire oblig¨® a cortar varias salidas de la Ronda Litoral. Los accesos a las playas estaban colapsados y el transporte p¨²blico, repleto de gente. Un portavoz de la empresa Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) reconoci¨® a Europa Press que el metro, en especial la l¨ªnea 4, estuvo "desbordado" entre las 16.00 y las 18.00, cuando lo usaron unas 70.000 personas. Algunos conductores llegaron a dejar sus coches aparcados en la Ronda Litoral, a pesar del peligro que ello supon¨ªa para el resto de conductores.
La fiesta en la calle seguir¨¢ hoy. A las 9.30 empezar¨¢ la Cursa de El Corte Ingl¨¦s, en la que se prev¨¦ que participen 60.000 personas. Y por la tarde, los jugadores del Bar?a se desplazar¨¢n en un autob¨²s abierto por la ciudad para celebrar su triunfo en la Liga.
Pero el evento del d¨ªa de ayer fue sin duda la Red Bull Air Race, a la que acudieron un mill¨®n de personas, seg¨²n el Ayuntamiento de Barcelona y la organizaci¨®n. "?Mam¨¢, mam¨¢, vamos a ver los aviones!", insist¨ªa un ni?o mientras jugaba en la playa y su madre, cansada, se hac¨ªa la despistada. Los 11 aviones se encontraban unos metros m¨¢s all¨¢, en los hangares levantados para la ocasi¨®n, dispuestos en hilera, con sus colores chillones. Los respectivos pilotos estaban al lado, firmando aut¨®grafos y posando para la multitud de c¨¢maras. El m¨¢s solicitado era Alejandro MacLean, el ¨²nico piloto espa?ol (de 36 a?os). "Alejandro, por favor, f¨ªrmame la gorra del ni?o", le suplic¨® Jos¨¦ Antonio, que, junto a su hijo Abraham y su hermano Luis, hab¨ªa recorrido m¨¢s de 1.000 kil¨®metros para presenciar la prueba. "Somos de Viveiro y hace un a?o que seguimos la competici¨®n. Nos encanta y, como es la primera vez que se celebra en Espa?a, hab¨ªa que verlo", explicaba Jos¨¦ Antonio, mientras su hijo apenas pod¨ªa disimular la emoci¨®n.
Alejandro MacLean le firm¨® la gorra y continu¨® con la larga hilera de gente que a¨²n le aguardaba. "No tengo ni idea de cu¨¢ntos aut¨®grafos he firmado hoy", dijo agotado, "pero creo que todas las fotos que ten¨ªa se han acabado...". "Ha sido una ma?ana muy animada, con much¨ªsimo p¨²blico, como no pod¨ªa ser de otra manera en Barcelona". No le faltaba raz¨®n. Desde Bogatell hasta la Mar Bella, el litoral barcelon¨¦s apareci¨® ayer repleto de gente. Algunos, en busca de los primeros rayos con sabor a verano. Muchos otros, con ganas de saciar la curiosidad que despierta una competici¨®n capaz de convertir un trozo de playa en aer¨®dromo provisional.
Grupos de j¨®venes, familias con ni?os peque?os y abuelos con nietos paseaban, asombrados, al lado de los aviones. Preguntaban al personal de seguridad, se paraban ante las pantallas gigantes y se maravillaban cada vez que el helic¨®ptero levantaba una polvareda de tierra al intentar aterrizar. "Hay que fomentar la acrobacia", reivindicaba Montse, integrante de la Federaci¨®n A¨¦rea Catalana y "miembro del club de fans de Alejandro".
Todos esperaban el plato fuerte, el de la tarde. Piruetas, requiebros, ¨¢ngulos inveros¨ªmiles, a 400 kil¨®metros por hora. S¨®lo algunos manifestaban su protesta: "No m¨¢s cemento en esta playa", se pod¨ªa leer en una gran pancarta, colgada de un edificio muy cercano a la competici¨®n.
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