"Los vascos saben que somos trabajadores y que no hay mafias"
Xiao Rong Zhu da la impresi¨®n de ser un hombre satisfecho y contento consigo mismo. Vestido impecablemente de traje, acude a su restaurante en el centro de Bilbao un poco antes de la hora de comer a supervisar su marcha. Le acompa?a su esposa, vietnamita, que comparte el trabajo en el local. Pese a la proliferaci¨®n de restaurantes chinos, Xiao ha logrado diferenciarse del resto de la oferta. Tanto el que regenta en Bilbao como el del Puerto Deportivo de Getxo ofrecen un buf¨¦ de precio cerrado donde el cliente puede servirse cuanto desee de las especialidades asi¨¢ticas.
Lleva algo m¨¢s de una d¨¦cada en la capital bilba¨ªna, donde lleg¨®, curiosamente, atra¨ªdo por el clima. "Primero estuve en Noruega y hac¨ªa demasiado fr¨ªo. Despu¨¦s, en Sevilla, y hac¨ªa mucho calor. Un amigo me habl¨® de Bilbao. Aqu¨ª es perfecto", relata.
"Estuve en Noruega, donde hac¨ªa mucho fr¨ªo, y en Sevilla, con mucho calor. Bilbao es perfecta para m¨ª"
Sali¨® de China con s¨®lo 18 a?os para acompa?ar a dos sobrinos suyos a reencontrarse con su madre, hermana de ¨¦l. Ella hab¨ªa dejado a sus hijos al cuidado de su familia y hab¨ªa emigrado tiempo atr¨¢s a Noruega. Una vez establecida en este pa¨ªs, quiso reunirse de nuevo con ambos. El joven Xiao fue el encargado de acompa?arles a Noruega, donde se qued¨® una temporada. Despu¨¦s viaj¨® a Espa?a "a visitar a un amigo". No regres¨®. "Me qued¨¦. Era muy distinto de Noruega, un pa¨ªs muy fr¨ªo y a mi modo de ver, triste. Espa?a es m¨¢s alegre y con un clima mejor", explica. Sus amigos y conocidos le aseguraron que en Espa?a se viv¨ªa bien, que se pod¨ªa prosperar, y ya no lo dud¨®.
Pas¨® un tiempo en Madrid y luego mont¨® un restaurante en Sevilla. En la capital andaluza encontr¨® tambi¨¦n a la que ahora es su esposa, una vietnamita "refugiada en Espa?a" que entr¨® a trabajar en su establecimiento. All¨ª naci¨® tambi¨¦n su primera hija, que hoy tiene 20 a?os.
"El clima de Sevilla no me iba muy bien. Demasiado calor. Algunos amigos me comentaron que en Bilbao se estaba bien y me traslad¨¦", indica. De eso hace casi 18 a?os. El Pa¨ªs Vasco ha visto nacer a dos hijas m¨¢s, de 11 y 12 a?os en la actualidad, que hablan castellano, euskera, chino y un poco de vietnamita. Aunque Xiao les ha ense?ado las tradiciones chinas y en su hogar mantiene una forma de vida china, admite que sus hijas son europeas, con gustos y sue?os europeos. "Viven en Europa. Cuando vamos a China, no les gusta".
A Xiao le parece normal. ?l tambi¨¦n se ha adaptado a muchos aspectos de la vida occidental en general y de la vasca en particular. "Lo que m¨¢s me gusta, aparte del clima, es la comida. Mi favorita es la sopa de pescado, que aqu¨ª hacen como en ning¨²n sitio. Tambi¨¦n me gusta mucho el chulet¨®n y el bacalao", comenta. A menudo, sale a comer o a cenar a los restaurantes aut¨®ctonos con sus amigos, "unos chinos y otros, vascos".
Afirma convencido que Euskadi es un lugar donde los inmigrantes encuentran "posibilidades para salir adelante". "Estoy muy bien aqu¨ª. Se vive mejor que en ning¨²n sitio de Espa?a", sentencia, pero advierte de que quien llegue a Euskadi debe procurar "integrarse" en la cultura local.
Aunque los primeros a?os de un emigrante "son muy duros", Xiao anima a "luchar y salir adelante". Para ello, considera que es fundamental aprender el idioma para relacionarse, como ¨¦l hizo.
Desde el pasado mes de enero, es el nuevo presidente de la Asociaci¨®n de Chinos de Euskadi, cargo en el que sucedi¨® a Pedro Lee, que llevaba ejerci¨¦ndolo desde la creaci¨®n de la entidad en 1995. Calcula que en Euskadi viven unas 5.000 personas de esa nacionalidad, de ellas casi la mitad en la capital vizca¨ªna, que se ha convertido en su punto de reuni¨®n. La mayor¨ªa de quienes residen en Bilbao proceden, adem¨¢s, de la zona del sur de China de donde es originario Xiao. "La gente de all¨ª emigra en busca de mejores oportunidades. Unos a otros nos contamos que aqu¨ª las hemos encontrado", se?ala. Aunque pas¨® a?os sin regresar a China, desde 2000 procura ir cada a?o. Su madre falleci¨®, pero all¨ª sigue su padre y una gran parte de su familia.
Desde su puesto en la asociaci¨®n, piensa impulsar la fiesta del A?o Nuevo chino. "Hac¨ªa cuatro a?os que no se celebraba y esta vez la hemos retomado. Intentar¨¦ que, desde ahora, se celebre todos los a?os para acercar el pueblo chino al pueblo vasco, para que conozcan nuestra cultura". Tambi¨¦n destaca como una prioridad las clases de chino que se imparten en la asociaci¨®n, "para ni?os y mayores, tanto chinos como espa?oles".
Afirma no haberse sentido discriminado. "Siempre hay alguno que te dice eso de chinito, chinito o cosas as¨ª, pero la mayor¨ªa de la gente es muy respetuosa. La comunidad china lleva aqu¨ª mucho tiempo y los vascos ya nos conocen. Saben que somos trabajadores y que no hay mafias", asegura. "Nos implicamos mucho en nuestros negocios", reconoce.
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