El C¨¢diz regresa a Segunda

De nada le sirvi¨® al C¨¢diz disponer una caravana de autobuses para que el aliento de su hinchada facilitase el milagro. El cuadro de V¨ªctor Esp¨¢rrago certific¨® en Getafe, ante 3.000 seguidores, su vuelta a Segunda. A un paso estuvieron los gaditanos, que no depend¨ªan de s¨ª mismos, de mantener el suspense sobre su futuro. Porque, durante 49 minutos, hasta que se desinfl¨® el globo, el gol de Lobos hizo so?ar con la proeza a los 3.000 aficionados llegados desde C¨¢diz que se agolpaban en uno de los fondos. El mediapunta argentino baj¨® con exquisitez t¨¦cnica un bal¨®n lejano que proced¨ªa del campo gaditano, y pese a la persistencia de Pulido, se invent¨® un disparo que pill¨® a Luis Garc¨ªa en falso. El portero se las promet¨ªa felices, tanto que estaba ligeramente adelantado y no se imaginaba que el cuero iba a dibujar por encima suya una par¨¢bola que le sacar¨ªa de su ensimismamiento. El s¨¦ptimo acierto de Lobos hac¨ªa viable la quinta victoria del C¨¢diz lejos de su estadio. Por el momento.

Al Getafe ni le iba ni le ven¨ªa el partido, pero nunca dio esa impresi¨®n. Incluso los cambios le salieron bien a Schuster, que dio sus ¨²ltimos minutos en Liga a Craioveanu. Tambi¨¦n Pern¨ªa, la temporada que viene en el Atl¨¦tico, dec¨ªa adi¨®s al coso. Su ausencia de la lista de Luis quiz¨¢s influy¨® en sus excesos atacantes, que deb¨ªa esperar Enrique, porque durante un rato largo lleg¨® a la l¨ªnea de fondo y centr¨® una decena de veces.

A cuatro puntos de la salvaci¨®n, el C¨¢diz salt¨® algo alocado a por los tres puntos. La estrategia kamikaze le vali¨® para adelantarse en el electr¨®nico. Entretanto, el Getafe segu¨ªa imperturbable, amenazando el arco de Limia m¨¢s que nada por la enormidad de espacios que dejaban las ansias goleadoras de la marea amarilla. Vivar Dorado y Diego Rivas lograron lanzar varios contragolpes peligros¨ªsimos. Paunovic desaprovech¨® la mayor¨ªa, en una jugada que se repiti¨® hasta el infinito; pase en largo desde la l¨ªnea de tres cuartos, zancada poderosa del serbio y chut raso y demasiado cruzado. La mitad de los tiros de los madrile?os fueron del balc¨¢nico, que aun as¨ª es el hombre gol del Getafe -junto con Pern¨ªa- con diez tantos. Limia y mil encomendaciones a los santos manten¨ªan con vida a los gaditanos.

Hasta que Pulido empat¨®, claro. El chico para todo de Schuster, lateral, central o lo que haga falta, anot¨® su segundo gol de la campa?a despu¨¦s de una retah¨ªla de fallos, en una escena propia de los hermanos Marx. A la salida de un c¨®rner, el bal¨®n vol¨® al segundo palo pero, como Tena golpe¨® al aire y mand¨® a Riki a la hierba, pues le lleg¨® botando a Pulido. Para darle emoci¨®n al asunto, la pelota entr¨® en la porter¨ªa entre una mara?a de piernas.

Fue el principio del fin, en el que G¨¹iza fue determinante. Schuster le hab¨ªa castigado con el banquillo hasta que, vistas las cosas, decidi¨® que le sacar¨ªa mejor rendimiento en el campo. As¨ª que G¨¹iza sustituy¨® a Redondo y el Getafe atac¨® con m¨¢s criterio. El andaluz es letal con muchos metros por delante y, si en las defensas el orden da paso a la anarqu¨ªa, resulta fulminante. Resulta curioso que un futbolista tan individualista asista que da gusto. En el carril del ocho, levant¨® la cabeza y se la centr¨® a Pach¨®n, que cabece¨® a la red. 2-1 y adi¨®s a las chirigotas. La conexi¨®n se repiti¨® a los pocos minutos, s¨®lo que esta vez Pach¨®n, regate¨® a Bezares, el ¨²nico defensor, y se la regal¨® a Riki. Y ¨¦ste no fall¨®. El Getafe se dio a la fiesta y mante¨® a Craioveanu. La afici¨®n del C¨¢diz no fue menos y despidi¨® a sus muchachos entre abrazos y aplausos.