Prodi propone como presidente de Italia al poscomunista Napolitano

Romano Prodi anunci¨® anoche su candidato a la jefatura del Estado: el elegido, al menos como primera opci¨®n en un proceso hasta cierto punto imprevisible, fue Giorgio Napolitano, un poscomunista de 80 a?os con larga experiencia institucional. Las votaciones para encontrar al sucesor de Carlo Azeglio Ciampi deb¨ªan comenzar esta tarde y obtener un resultado, con suerte, el mi¨¦rcoles o el jueves.

Silvio Berlusconi hab¨ªa amenazado con "la huelga fiscal" y el "obstruccionismo parlamentario" en el caso de que el centro-izquierda impulsara la candidatura del tambi¨¦n poscomunista Massimo d'Alema, presidente de los Dem¨®cratas de Izquierda.

La elecci¨®n presidencial constituye, tradicionalmente, el momento supremo del parlamentarismo italiano. Diputados (630), senadores (315 electos y siete vitalicios) y delegados de las regiones (58) se erigen en "grandes electores" y, amparados en el voto secreto, tienden a liberarse de la disciplina de partido. Los l¨ªderes pol¨ªticos despliegan su acreditada astucia para lanzar candidatos falsos, "quemar" a los candidatos rivales y ocultar sus aut¨¦nticas cartas hasta el ¨²ltimo momento. El desenlace del proceso suele ser sorprendente.

El juego resulta complejo hasta el retorcimiento. ?Una prueba? Las dur¨ªsimas palabras lanzadas por Berlusconi para vetar a D'Alema ("una propuesta indecente del centroizquierda") fueron interpretadas por Daniele Capezzone, uno de los dirigentes de la Rosa en el Pu?o (minicoalici¨®n de socialdem¨®cratas y radicales dentro de las filas de Romano Prodi) como prueba definitiva de la alianza entre Berlusconi y D'Alema. "Ha llegado el momento de desvelar el juego opaco que est¨¢ desarroll¨¢ndose", dijo. "Berlusconi enga?a a sus electores porque trabaja a favor de la elecci¨®n de D'Alema".

La candidatura de D'Alema, actual presidente de los Dem¨®cratas de Izquierda, fue formalmente rechazada por el centro-derecha por su perfil partidista. Berlusconi puso sobre la mesa la candidatura de su mano derecha, Gianni Letta, y se lleg¨® a una situaci¨®n de bloqueo. Los principales dirigentes de ambas coaliciones, con la excepci¨®n de Berlusconi y Prodi, se reunieron ayer tarde en la sede de la Presidencia del Gobierno y la delegaci¨®n prodiana sac¨® una nueva carta, la de Giorgio Napolitano, que, seg¨²n un comunicado, contaba con la aprobaci¨®n del propio D'Alema. Forza Italia y Alianza Nacional se apresuraron a rechazar tambi¨¦n a Napolitano, quien, sin embargo, podr¨ªa captar votos en el centro-derecha por su talante moderado y el rigor demostrado en sus anteriores posiciones como presidente de la C¨¢mara, ministro del Interior y eurodiputado.

Napolitano irrumpi¨® en la carrera como un candidato con serias posibilidades. Pero quedaban por delante jornadas muy densas y potencialmente sorprendentes. No pod¨ªa descartarse que Napolitano fuera una pantalla para proteger a D'Alema hasta el momento de las votaciones decisivas, porque no pocos berlusconianos propugnaban, pese a la virulencia verbal de su jefe de filas, el nombramiento del l¨ªder de los DS como presidente.

El mecanismo de las votaciones dejaba un amplio margen de tiempo hasta el momento decisivo. En la primera votaci¨®n, hoy, se exig¨ªa una mayor¨ªa cualificada de dos tercios, igual que en las dos votaciones previstas ma?ana martes. Como resulta muy improbable que nadie alcance esa mayor¨ªa, hab¨ªa que esperar al menos hasta el mi¨¦rcoles, cuando la exigencia desciende hasta la mayor¨ªa absoluta.