El juicio contra la m¨¦dica que mat¨® a tres personas a cuchilladas empieza ma?ana
El fiscal pide 66 a?os de prisi¨®n por los tres asesinatos y otros siete en tentativa
En la Audiencia Provincial de Madrid arranca ma?ana, martes, el juicio contra Noelia de Mingo, la m¨¦dica residente del hospital de la Concepci¨®n (Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz) afectada de esquizofrenia paranoide y que en abril de 2003 supuestamente acab¨® con la vida de tres personas a cuchilladas e intent¨® matar a siete m¨¢s. El fiscal pide 65 a?os y 11 de meses de prisi¨®n para De Mingo o su ingreso en un centro cerrado, al considerarla autora de tres delitos de asesinato, siete en grado de tentativa, uno de lesiones graves y una falta de lesiones.
El mediod¨ªa del 3 de abril de 2003, la doctora Noelia de Mingo sufri¨® un brote esquizoide y sac¨® un cuchillo de cocina de su bolso, con el que empez¨® a agredir por la espalda a varios compa?eros y pacientes del hospital.
La primera agredida fue su compa?era Leila El Ouamaari, una m¨¦dica residente de 27 a?os, de nacionalidad francesa, a la que asest¨® cinco pu?aladas en zonas vitales, provoc¨¢ndole heridas que le causaron la muerte. Lleg¨® al quir¨®fano en parada cardiorrespiratoria y no pudieron salvarla.
Despu¨¦s, la acusada se dirigi¨® a la tambi¨¦n m¨¦dica residente Mar¨ªa A. V., a la que cogi¨® por la espalda y comenz¨® a clavarle el cuchillo con la intenci¨®n de matarla, dej¨¢ndola finalmente malherida.La acusada prosigui¨® su furia homicida y apu?al¨® a Bel¨¦n A. S., que sufri¨® un corte en la espalda; a Carmen F. C., que recibi¨® tres cuchilladas, y a Mar¨ªa Pilar P. M., que result¨® policontusionada.
Acto seguido, la doctora De Mingo abandon¨® la habitaci¨®n de la tercera planta de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz en la que se encontraba y sali¨® al pasillo, donde choc¨® con Jacinta G¨®mez de la Llave, de 73 a?os, quien se hallaba hablando con su hijo por tel¨¦fono desde una cabina p¨²blica. De Mingo, sin mediar palabra, apu?al¨® a la mujer hasta en nueve ocasiones, provocando su inmediato fallecimiento.
Despu¨¦s de coser a cuchilladas a Jacinta G¨®mez, De Mingo se encontr¨® con el paciente F¨¦lix Vall¨¦s, que, ajeno a lo que se le ven¨ªa encima, se acerc¨® a hablar con ella, "recibiendo la acometida criminal de ¨¦sta, que continu¨® con su actividad, propinando multitud de pu?aladas que le afectaron a la arteria aorta, al t¨®rax, al p¨¢ncreas y al est¨®mago, entre otros ¨®rganos", seg¨²n el escrito del fiscal. El herido fue trasladado de inmediato a los quir¨®fanos que se encuentran en la misma planta. All¨ª fue intervenido de urgencia. Pero muri¨® varios d¨ªas despu¨¦s.
Posteriormente, apareci¨® en el lugar de los hechos Carmen L. F., quien recibi¨® un corte en el antebrazo derecho por parte de la acusada, y la enfermera Cristina T. C. que result¨® gravemente apu?alada.
El ministerio p¨²blico solicita para la procesada 65 a?os y 11 meses de prisi¨®n o, alternativamente, su ingreso en un centro cerrado por el mismo periodo de tiempo, al considerarla autora de tres delitos de asesinato, cuatro de asesinato en grado de tentativa, un delito de lesiones graves y una falta de lesiones, todo ello con la eximente incompleta de enajenaci¨®n mental y con la agravante de alevos¨ªa. Por su parte, la acusaci¨®n particular, ejercida por el letrado Carlos Sardinero, y la acusaci¨®n popular, en representaci¨®n de la Asociaci¨®n del Defensor del Paciente (Adepa), piden que Noelia de Mingo cumpla una pena de prisi¨®n de 85 a?os y 5 meses.
Un arma entre la ropa
El d¨ªa de los hechos, Noelia acudi¨® al hospital con un cuchillo, que hab¨ªa comprado en una ferreter¨ªa de la calle de Bravo Murillo, cerca de Alvarado, que le cost¨® 10 euros. Se cambi¨® y se puso la bata m¨¦dica e introdujo el arma blanca en un bolsillo. A veces se met¨ªa la mano y se tentaba para tocarlo y cerciorarse de que el arma segu¨ªa ah¨ª.
En su declaraci¨®n judicial, Noelia dice acordarse perfectamente de c¨®mo empezaron las agresiones y con qui¨¦nes se top¨® en su fiero recorrido por la cl¨ªnica de la Concepci¨®n.
La excusa estaba en el control de enfermer¨ªa, donde varias sanitarias colegas suyas hablaban distendidamente. "Est¨¢n murmurando, seguro que es sobre m¨ª", se dijo. No le hizo falta nada m¨¢s: extrajo el cuchillo y se abalanz¨® sobre ellas.
Despu¨¦s del mortal recorrido por el hospital, al llegar al final de un pasillo Noelia se volvi¨® sobre sus pasos y entonces se top¨® con tres celadores que le bloqueaban la salida. Uno de ellos portaba en sus manos un barra met¨¢lica de las que se utilizan para sujetar en alto las bolsas de suero. "?O tiras al suelo el cuchillo o te abro la cabeza!", le grit¨® uno de los celadores a Noelia de Mingo. Al cabo de unos segundos, la supuesta asesina se vio acorralada y solt¨® el cuchillo con el que hab¨ªa dado muerte a dos personas y herido a siete (una de las cuales falleci¨® al cabo de dos d¨ªas).
Los psic¨®logos que examinaron a De Mingo a instancia del juzgado revelan en su informe que la acusada padece una esquizofrenia paranoide con ideas delirantes y persecutorias. La enfermedad que sufre Noelia convirti¨® su estancia en el hospital, rodeada de colegas y pacientes, en una bomba de relojer¨ªa. Seg¨²n el informe, Noelia sufri¨® el 3 de abril un brote esquizoide que le hizo pensar que tanto sus pacientes como sus colegas "eran actores" de una trama cuyo objetivo era matarla a ella y a su familia.
Los psic¨®logos advirtieron un hecho muy inquietante: ella no ve¨ªa a sus pacientes como tales, los consideraba actores compinchados en la trama. Adem¨¢s, sol¨ªa re¨ªrse de algunos y utilizar la iron¨ªa en sus encuentros con ellos. No se cre¨ªa las dolencias que le contaban. Tras su detenci¨®n, ya internada en un hospital psiqui¨¢trico, su madre fue a visitarla y le pregunt¨®: "Hija, ?pero qu¨¦ has hecho?". "Si t¨² supieras, mam¨¢... Ven¨ªan a por nosotros".
Los jefes de Noelia de Mingo conoc¨ªan perfectamente que la doctora sufr¨ªa problemas psiqui¨¢tricos. As¨ª se desprende de la declaraci¨®n que prest¨® en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 33 Mar¨ªa A., una facultativa que lleva como residente cuatro a?os. Seg¨²n ¨¦sta, el jefe de Reumatolog¨ªa y los dos responsables de residentes se reunieron tres d¨ªas antes del triple homicidio. All¨ª decidieron mantener la situaci¨®n y dejar que De Mingo siguiera atendiendo a pacientes, seg¨²n explic¨® el abogado de la acusaci¨®n particular, Carlos Sardinero, a la salida de la declaraci¨®n.
La doctora encausada se halla recluida en la enfermer¨ªa de la prisi¨®n de Soto del Real desde su detenci¨®n.
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