Dudosa paz en Darfur
Es muy poco probable que el acuerdo parcial sobre Darfur conseguido en Nigeria entre el Gobierno sudan¨¦s y el principal grupo rebelde de la devastada regi¨®n oriental sirva para detener esta guerra ¨¦tnica, en un remoto conf¨ªn africano donde en los tres ¨²ltimos a?os han muerto centenares de miles de personas y hasta dos millones han tenido que huir de sus chozas, sobre todo al tambaleante Chad, para evitar la misma suerte. Salvo espor¨¢dicos destellos, el conflicto de Darfur, que EE UU califica abiertamente de genocidio, ha pasado b¨¢sicamente inadvertido en su tr¨¢gica magnitud, perdida en el escenario de un gigantesco y fragmentado pa¨ªs subsahariano de guerras end¨¦micas entre su dominante norte ¨¢rabe y un sur negro.
Son varios los motivos del escepticismo que suscita el acuerdo de Abuja, obtenido con f¨®rceps por presi¨®n estadounidense y tras dos a?os de conversaciones. Pero pueden resumirse en un punto crucial: la dictadura sudanesa, garante final del compromiso, nunca ha cumplido sus pactos a prop¨®sito de Darfur. Ni siquiera ahora, tras la firma de este armisticio incompleto, Jartum se compromete a aceptar la presencia de una fuerza de paz de la ONU, ¨²nica forma de garantizar un alto el fuego real en un asolado territorio del tama?o de Francia y desde hace dos a?os al escu¨¢lido cuidado de 7.000 soldados de la Uni¨®n Africana, sin pertrechos ni voluntad pol¨ªtica para imponer la paz.
El Gobierno sudan¨¦s, dominado por clanes ¨¢rabes, tampoco ha garantizado que desarmar¨¢ a sus milicias vicarias -los despiadados Janjawid-, que, como aliadas de sus propias fuerzas, viene utilizando para sembrar el terror en Darfur mediante el saqueo, el incendio y las violaciones en masa de su mayor¨ªa no ¨¢rabe. Hacia el exterior, el papel de Sud¨¢n desde que estallara a comienzos de 2003 esta insurrecci¨®n de los desheredados ha sido b¨¢sicamente, ayudado por sus aliados ¨¢rabes, el de negar la realidad, intentar sacudirse la presi¨®n y las cr¨ªticas internacionales y poner impedimentos a observadores y organizaciones humanitarias para acceder a la zona.
Es ilusorio esperar una paz efectiva en Darfur sin la presencia de un fuerte contingente de la ONU con un mandato inequ¨ªvoco. El pacto parcial firmado en Nigeria este fin de semana podr¨ªa servir quiz¨¢ para mejorar la suerte de millones de refugiados, pero aun eso exige el libre acceso a la regi¨®n de las organizaciones humanitarias especializadas, algo solicitado hasta ahora sin ¨¦xito por Kofi Annan.
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