Las competencias de Andaluc¨ªa

Resulta normal, y hasta previsible, que los representantes pol¨ªticos hegem¨®nicos de Andaluc¨ªa defiendan el m¨¢ximo de competencias y, por tanto, de poder para las instituciones de autogobierno andaluzas. En ese sentido, el ex ministro Pimentel se apunta en su art¨ªculo La no discriminaci¨®n, ¨¦sa es la cuesti¨®n a dicha corriente, y casi est¨¢ a punto de pedir la independencia, puesto a emular a los pol¨ªticos.

En el art¨ªculo citado, como suced¨ªa con otros dos trabajos publicados el domingo 30 de abril en EL PA?S, se deja de lado lo que podr¨ªa ser una argumentaci¨®n mucho m¨¢s potente que la simple carrera por no quedarse atr¨¢s en materia de competencias. Y es que lo que deber¨ªa debatirse es si la nueva reestructuraci¨®n de competencias, desde los ¨®rganos de la Administraci¨®n central hasta los de la Junta de Andaluc¨ªa, va a producir o no una mayor eficiencia en el ejercicio de tales nuevas competencias y, por tanto, si va a dar lugar o no a una mejor¨ªa en las condiciones de vida de los andaluces.

No es cierto que toda descentralizaci¨®n sea buena per se. Hay ejemplos de competencias transferidas respecto de las cuales poco se sabe acerca de la calidad de la gesti¨®n. No resulta necesariamente positivo para Andaluc¨ªa un debilitamiento del Estado como el que puede provocar la generalizaci¨®n a todas las autonom¨ªas del modelo competencial recogido en el Estatuto catal¨¢n.