La pasi¨®n por la sidra

All¨¢ donde va, Jos¨¦ Etxebarria se para a estudiar los modos agr¨ªcolas del lugar. Ya sea en Sicilia o en Saboya, en L¨¦rida o en Extremadura, desde que estuviese en Pamplona con 20 a?os no ha dejado de preguntar a los agricultores y de observar sus campos y cultivos. Y ello sin olvidar su inter¨¦s por cultivar en sus terrenos de Gatika cualquier variedad de manzano del mundo. Ahora est¨¢ intent¨¢ndolo con una de Venezuela. "Es dif¨ªcil, porque saca el fruto cuando el resto florece, as¨ª que estas ¨²ltimas heladas le han afectado, pero conserva media docena de manzanas, afortunadamente", afirma.

En su b¨²squeda de aquellos frutos de su infancia, ha rastreado los montes de Vizcaya y entre los pinares ha ido recogiendo esquejes de manzanos medio muertos que, gracias a su pericia, han salido adelante. Y, claro, recuper¨® la tradici¨®n sidrera vizca¨ªna, perdida despu¨¦s de la guerra. "S¨ª hab¨ªa costumbre por hacer sidra en esta zona, En todos los caser¨ªos se elaboraba, al igual que el txakoli. Vizcaya ten¨ªa unos manzanales inmensos, pero, en la posguerra, como la manzana val¨ªa poco, se arrancaron los manzanos y se comenz¨® a plantar pino porque daba dinero y a sembrar alubia y maiz, porque hab¨ªa necesidad", aclara.

Etxebarria se fue a Guip¨²zcoa y al Centro Pomol¨®gico de Villaviciosa (Asturias) para adquirir las variedades adecuadas. Ahora elabora 20.000 litros de sabrosa sidra, a los que hay que sumar los 15.000 de txakoli, que ha recibido los mejores reconocimientos.

Y una recomendaci¨®n para terminar. ?Cu¨¢l es la mejor variedad para el que quiera plantar un par de manzanos? "Aconsejo la reina de las reinetas, un ¨¢rbol que es como una despensa, porque madura poco a poco, desde mediados de agosto hasta ¨²ltimos de septiembre".