La Universitat ofrece una salida estable a sus investigadores
Los Ram¨®n y Cajal de otros campus valencianos carecen de perspectivas
La noticia fue recibida con alivio. La Universitat de Val¨¨ncia aprob¨® la semana pasada un plan para estabilizar a sus cient¨ªficos del programa Ram¨®n y Cajal. Una iniciativa puesta en marcha en 2001 por el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar para fomentar la integraci¨®n de investigadores en el sistema espa?ol de ciencia y tecnolog¨ªa y para evitar la fuga de cerebros. El programa ofrec¨ªa cinco a?os de contrato -para los primeros contratados vence en noviembre- y no contemplaba expresamente la estabilizaci¨®n, aunque esta pareciera desprenderse de su finalidad. Los cient¨ªficos comenzaron a movilizarse el a?o pasado ante la impresi¨®n generalizada de que se hallaban en un callej¨®n sin salida profesional.
La oferta de la Polit¨¦cnica, plazas de Personal de Administraci¨®n de Servicios como t¨¦cnicos de laboratorio, es "degradante", afirma un cient¨ªfico En Alicante existe un compromiso verbal de integrarlos en el profesorado; en la Jaume I, un contrato de tres a?os y en Elche guardan silencio
La Universitat de Val¨¨ncia, la instituci¨®n valenciana con mayor n¨²mero de cajales (84), ha sido la primera en presentar por escrito una soluci¨®n que los cient¨ªficos consideran, sino ideal, razonable. Mejor, en todo caso, que las que se barajan para sus colegas del resto de universidades, con la posible excepci¨®n de Alicante.
La oferta de la Universitat de Val¨¨ncia consiste en incorporar a un peque?o n¨²mero a trav¨¦s de los departamentos y los institutos de investigaci¨®n, con plazas de profesor contratado doctor o de profesor titular de universidad. Al resto de los que acaban contrato entre noviembre y mayo (unos 23) se les ofrece integrarse en la fundaci¨®n general de la universidad con plazas de investigador.
El papel de la fundaci¨®n -integrada por entidades tan dispares como el observatorio de inserci¨®n laboral, la tienda universitaria y el Patronato Mart¨ªnez Guerricabeitia- es instrumental; los cient¨ªficos continuar¨¢n trabajando en departamentos e institutos. La contrataci¨®n a trav¨¦s de la fundaci¨®n, que tiene reconocida capacidad investigadora, permitir¨¢ a los cajales liderar proyectos y solicitar financiaci¨®n a todas las administraciones, incluida la UE, explica la vicerrectora Maria Josep Cuenca.
La f¨®rmula sirve para sortear el mayor obst¨¢culo para la estabilizaci¨®n de los cient¨ªficos; el hecho de que la v¨ªa de acceso natural a la plantilla de la universidad es la docente. Los cajales, en cambio, tienen un perfil investigador; el 90% de ellos, en el caso de la Universitat, se concentran en tres ¨¢reas (Qu¨ªmica, F¨ªsica y Biolog¨ªa), lo que dificulta su contrataci¨®n como profesores, porque no se necesitan tantos; y aunque su reparto fuera m¨¢s homog¨¦neo, la entrada masiva de docentes por una v¨ªa extra?a a los usos acad¨¦micos remover¨ªa el equilibrio de los departamentos, lo que pondr¨ªa en dificultades a cualquier rector.
La apuesta de la Universitat de Val¨¨ncia es arriesgada. Cuenta a su favor con el programa I3, por el que el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia financia durante tres a?os la contrataci¨®n de investigadores a cambio de que esta sea indefinida. Y con el compromiso de la Consejer¨ªa de Empresa, Universidad y Ciencia de hacerse cargo durante seis a?os con el 50% del sueldo de los cient¨ªficos, y de crear una fundaci¨®n p¨²blica -similar a la que gestiona el programa Icrea en Catalu?a- para aportar fondos a la investigaci¨®n. Si estas promesas no se cumplieran, la universidad tendr¨ªa problemas para asumir los gastos. La futura fundaci¨®n del parque cient¨ªfico de la Universitat podr¨ªa servir para encontrarles un acomodo m¨¢s apropiado.
La situaci¨®n de sus colegas de otros campus es peor. Los cajales de la Polit¨¦cnica de Valencia tienen sobre la mesa una oferta que prev¨¦ la incorporaci¨®n por la v¨ªa docente -que s¨®lo alcanzar¨¢ a un pu?ado de los 13 que acaban en los pr¨®ximos meses- o por la de convertirse en Personal de Administraci¨®n y Servicios. Una posibilidad con la que perder¨ªan la condici¨®n de investigadores -no podr¨ªan dirigir proyectos-; se convertir¨ªa en t¨¦cnicos de laboratorio -subordinados, en teor¨ªa, a los estudiantes de doctorado-; y que uno de los afectados considera "degradante": "Es como si te labras una carrera de neurocirujano y luego te ofrecen ser enfermero".
En Alicante, donde siete de los 21 investigadores del Ram¨®n y Cajal acaban entre noviembre y junio, existe el compromiso verbal de absorber a los cajales con plazas de profesor contratado doctor, cuyo sueldo habr¨ªa de ser equiparado al de profesor de titular de universidad para que la instituci¨®n pudiera acogerse al plan I3. Una propuesta que fue bien recibida cuando se realiz¨® y que hoy, tres meses despu¨¦s, genera nerviosismo por haberse concretado.
La Jaume I s¨®lo tiene un cajal a punto de acabar contrato y a¨²n as¨ª la oferta de contrataci¨®n se limita a tres a?os. A la espera, igual que los dem¨¢s rectorados, de que el compromiso de la consejer¨ªa de crear una fundaci¨®n se materialice. La Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche, por ¨²ltimo, no ha hecho ninguna oferta.
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