Montejurra 76, cuando la fiesta se ti?¨® de sangre
Se cumplen 30 a?os del asesinato de dos simpatizantes del Partido Carlista a manos de pistoleros de la ultraderecha
La menguada militancia del carlismo, un movimiento pol¨ªtico de masas que tuvo gran importancia hist¨®rica y predicamento en los siglos XIX y XX, celebr¨® el domingo con una emoci¨®n especial su peregrinaci¨®n anual a la cima de Montejurra, cerca de Estella (Navarra). El Partido Carlista (EKA son sus siglas en euskera) record¨® en su monta?a sagrada uno de los episodios negros de la Transici¨®n: el asesinato de dos de sus seguidores a manos de pistoleros ultraderechistas ocurrido el 9 de mayo de 1976, hace hoy 30 a?os.
De los sucesos de Montejurra 76 se ha contado casi todo. Fallecieron Aniano Jim¨¦nez Santos, militante carlista santanderino tiroteado a escasos metros del monasterio de Irache por Jos¨¦ Luis Mar¨ªn Garc¨ªa-Verde, denominado el hombre de la gabardina, y Ricardo Garc¨ªa Pellejero, ametrallado cerca de la cumbre de la monta?a por pistoleros no identificados escondidos entre la niebla.
La Audiencia Nacional reconoci¨® en 2003 a los dos muertos como v¨ªctimas del terrorismo
La Ley de Amnist¨ªa de 1977 impidi¨® que se juzgara a los escasos agresores procesados
Se cumplen 30 a?os del asesinato de dos simpatizantes del Partido Carlista a manos de pistoleros de la ultraderecha
Aquel d¨ªa, decenas de simpatizantes del Partido Carlista resultaron heridos de bala. Una muchedumbre de m¨¢s de 10.000 personas reunida en Ayegui, una peque?a localidad cercana a Estella, sufri¨® la salvaje agresi¨®n de grupos perfectamente organizados que hab¨ªan tomado la monta?a sagrada del carlismo el d¨ªa anterior y contaban con la connivencia, cuando menos, de la polic¨ªa y la Guardia Civil. Manuel Fraga era entonces ministro de la Gobernaci¨®n del Gobierno de Arias Navarro.
Treinta a?os despu¨¦s, Jos¨¦ ?ngel P¨¦rez Nievas, abogado tudelano y secretario general del partido en Navarra, considera que la historia les ha dado la raz¨®n. "Los cr¨ªmenes nunca castigados de Montejurra 76 obedecieron a una operaci¨®n de Estado perfectamente tramada con el objetivo de desmantelar las aspiraciones pol¨ªticas de un movimiento como el carlista, que ten¨ªa no s¨®lo una alternativa democr¨¢tica a la dictadura, sino su propio aspirante, leg¨ªtimo, al trono de Espa?a, Carlos Hugo de Borb¨®n-Parma".
Las explicaciones del tardofranquismo sobre los sucesos de Montejurra siempre se centraron en el "enfrentamiento armado" entre dos "facciones" carlistas, dado que frente a la muchedumbre que arropaba a Carlos Hugo en una l¨ªnea de socialismo autogestionario de inspiraci¨®n cristiana, se situ¨® otro hijo de Javier de Borb¨®n, su propio hermano Sixto Enrique, representante de opciones mucho m¨¢s tradicionalistas ligadas al franquismo. En otras palabras, des¨®rdenes p¨²blicos con consecuencia de muerte.
El Partido Carlista de Euskalerria nunca acept¨® tal explicaci¨®n. "No podemos negar la presencia de Sixto, pero es innegable que el franquismo utiliz¨® su figura y la de alg¨²n otro antiguo carlista rode¨¢ndolos de conocidos fascistas espa?oles e italianos". La finalidad de la operaci¨®n, subraya P¨¦rez Nievas, era "dar un golpe de gracia al carlismo real". Lo cierto es que el Partido Carlista no pudo concurrir a las primeras elecciones democr¨¢ticas del a?o anterior y a partir de entonces se fue diluyendo.
La ley de Amnist¨ªa de 1977 impidi¨® que los escasos agresores procesados fueran juzgados. Hubo de pasar mucho tiempo hasta que la Audiencia Nacional reconociera a Aniano Jim¨¦nez y Ricardo Garc¨ªa como v¨ªctimas del terrorismo. El fallo lleg¨® en noviembre de 2003, enmendando la tesis que durante los dos a?os previos hab¨ªa mantenido el Ministerio del Interior que dirig¨ªa ?ngel Acebes, y oblig¨® a indemnizar a los familiares de ambos j¨®venes con sendas indemnizaciones de 23 millones de pesetas, seg¨²n lo dispuesto en la Ley de Solidaridad con las V¨ªctimas del Terrorismo impulsada por el Gobierno de Aznar.
En la cima de Montejurra fue hallada munici¨®n del Ej¨¦rcito. Las reservas de las habitaciones del s¨¦quito sixtino en el hotel Irache se realizaron desde instancias oficiales y el fallecido general S¨¢enz de Santamar¨ªa, entonces jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, declar¨® en su d¨ªa que, con la intenci¨®n gen¨¦rica de "reconquistar Montejurra" y arrebatarla a los que calificaban como "rojos-marxistas", el Gobierno de Arias tom¨® en consideraci¨®n la operaci¨®n, bautizada como Reconquista, y coordin¨® los contactos con los dirigentes carlistas Sixto de Borb¨®n y Jos¨¦ Arturo M¨¢rquez de Prado bajo la coordinaci¨®n del Ministerio de la Gobernaci¨®n. Dinero ingresado en bancos de Santander, Vitoria, Logro?o, Pamplona y Burgos sirvi¨® para financiar el desplazamiento de mercenarios de los grupos ultraderechistas Guerrilleros de Cristo Rey, Batall¨®n Vasco Espa?ol, Internacional Fascista Italiana y la Triple A argentina.
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