Fracasa la primera votaci¨®n para elegir presidente en Italia
Romano Prodi y Silvio Berlusconi buscan un candidato de consenso
El gran c¨®nclave laico del parlamentarismo italiano comenz¨® ayer con una fumata negra. La primera votaci¨®n para elegir al jefe del Estado concluy¨® en nada, porque Romano Prodi y Silvio Berlusconi optaron por darse una jornada adicional de reflexi¨®n para seguir buscando un candidato procedente del centro-izquierda que resultara aceptable para el centro-derecha. Para demostrar su no beligerancia, Prodi y los suyos votaron en blanco.
Los grandes electores (senadores, diputados y representantes de las regiones) se tomaron la jornada relajadamente. En las tres primeras votaciones, la Constituci¨®n exig¨ªa una mayor¨ªa de dos tercios, es decir, 673 papeletas favorables, para que la elecci¨®n tuviera validez. Era un l¨ªmite demasiado alto, y se hizo del todo imposible en cuanto Prodi anunci¨® que el centro-izquierda votar¨ªa en blanco para dar tiempo a proseguir las negociaciones.
El resultado final fue de 438 papeletas blancas, 369 para Gianni Letta (mano derecha de Berlusconi), 27 para Massimo d'Alema (el dirigente poscomunista que para algunos segu¨ªa siendo el aut¨¦ntico tapado) y un centenar para personajes variopintos: desde la mujer de D'Alema y la senadora Franca Rame, esposa de Dario Fo, hasta un elenco de cronistas parlamentarios. Giorgio Napolitano, el candidato m¨¢s o menos oficial de la coalici¨®n prodiana, qued¨® por detr¨¢s de D'Alema.
Hacia el final de la jornada, cuando las urnas parlamentarias estaban ya cerradas y la sesi¨®n hab¨ªa quedado aplazada hasta esta ma?ana a las 11.30, la opci¨®n de Napolitano volvi¨® a tomar fuerza. Las reuniones paralelas mantenidas por los m¨¢ximos dirigentes de las dos grandes coaliciones parecieron concluir en un mismo sentido: Giorgio Napolitano era lo bastante anciano (81 a?os), ten¨ªa la suficiente experiencia institucional (fue presidente de la C¨¢mara de Diputados, ministro del Interior, europarlamentario y ahora ocupa un esca?o senatorial vitalicio) y ofrec¨ªa, pese a toda una vida de militancia comunista y poscomunista, el perfil de moderaci¨®n necesario para ocupar el puesto m¨¢s alto de la Rep¨²blica Italiana.
El principal informativo de Mediaset, el grupo televisivo de Silvio Berlusconi, abri¨® su edici¨®n nocturna con la noticia de que el centro-derecha estaba dispuesto a volcarse a favor de Napolitano y, por tanto, su elecci¨®n podr¨ªa realizarse hoy con una ampl¨ªsima mayor¨ªa, por encima de los 673 votos necesarios. Ese sistema de consenso fue utilizado con el presidente saliente, el prestigioso Carlo Azeglio Ciampi, y dio ¨®ptimos resultados.
En la elecci¨®n presidencial italiana, sin embargo, nunca pudo darse nada por seguro. Pol¨ªticos tan influyentes como Giulio Andreotti creyeron que su camino estaba allanado y acabaron en la cuneta. Aunque Giorgio Napolitano suscitaba una opini¨®n favorable casi un¨¢nime entre los grandes electores, faltaba que se concretara el giro a su favor de los berlusconianos. Si se produjera hoy, el proceso habr¨ªa terminado antes de lo previsto. Si el giro no se concretara y hubiera que prolongar las votaciones (con una exigencia limitada ya a la mitad m¨¢s uno) al mi¨¦rcoles y m¨¢s all¨¢, se multiplicar¨ªan las posibilidades de que surgieran imprevistos y de que rebrotara la opci¨®n de Massimo d'Alema.
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