"En Noruega no hay un solo millonario del petr¨®leo"
Haciendo gala de la proverbial democracia igualitaria de los pa¨ªses escandinavos, Jonas Gahr Stoere recibe al periodista en la calle, ante la puerta principal del Ministerio de Exteriores, en pleno centro de Oslo, para subir juntos hasta su despacho. Sin controles, sin tarjetas, sin edecanes.
El ministro, de 45 a?os, dirige desde hace ocho meses la diplomacia del Gobierno laborista noruego. Con el objetivo de reforzar el papel de su pa¨ªs como mediador en diversos procesos de paz, Stoere ha creado dentro de su departamento una secci¨®n especial llamada Paz y Reconciliaci¨®n. De todos ellos est¨¢ dispuesto hablar menos de uno, el que se refiere a los contactos que el Gobierno espa?ol mantuvo con ETA en Oslo hace unos meses.
"Este Gobierno, que acaba su mandato en 2009, no tiene en su agenda el solicitar ser miembro de la Uni¨®n Europea"
"Noruega debe contar con la confianza de las partes en conflicto, pero no puede hacer la paz; son las partes las que deben tomar esa decisi¨®n"
El ministro descarta que Noruega vaya a solicitar en los pr¨®ximos a?os su entrada en la Uni¨®n Europea, pero subraya la funci¨®n que cumple su pa¨ªs como garante de la seguridad energ¨¦tica europea. Noruega es el tercer exportador mundial de petr¨®leo.
Pregunta. Trece a?os despu¨¦s de los Acuerdos de Oslo, Oriente Pr¨®ximo vive una aut¨¦ntica constelaci¨®n de conflictos. ?Qu¨¦ puede hacer Noruega por la paz en este nuevo contexto?
Respuesta. Antes que nada ser¨ªa un error culpar de las dificultades de hoy a los Acuerdos de Oslo. Esos acuerdos fueron muy importantes, porque fue la primera vez que palestinos e israel¨ªes se sentaron en una mesa para hablar de temas sustantivos. Comenz¨® entonces el proceso hacia la soluci¨®n de los dos Estados. Luego ha habido retrocesos e incumplimientos de las obligaciones establecidas en Oslo, pero nadie pens¨® entonces que iba a ser f¨¢cil. Hist¨®ricamente, Oslo fue una alternativa al enfrentamiento. ?Qu¨¦ podemos hacer en 2006? La mayor cualidad que sigue teniendo Noruega es que tenemos acceso a las dos partes. No se puede copiar la experiencia de Oslo, porque la situaci¨®n es diferente, pero Noruega sigue comprometida en ayudar a los palestinos a construir su propio Estado.
P. ?Est¨¢ dispuesta Noruega a reconocer a Ham¨¢s?
R. Para que la comunidad internacional reconozca al Gobierno palestino de Ham¨¢s, ¨¦ste debe cumplir una serie de requisitos como son renunciar a la violencia y reconocer al Estado de Israel. ?sa es la posici¨®n de la Uni¨®n Europea, de EE UU, de Rusia, de Naciones Unidas, de muchos pa¨ªses ¨¢rabes y hasta del presidente palestino, Mahmud Abbas, y es tambi¨¦n la que Noruega ha decidido seguir.
P. ?No teme que la pol¨ªtica de aislar a Ham¨¢s acabe entregando al Gobierno palestino en manos de Ir¨¢n?
R. Es muy pronto y muy simplista verlo en esos t¨¦rminos. No creo que Ir¨¢n pueda sustituir al resto del mundo en la ayuda al pueblo palestino.
P. Los noruegos rechazaron en refer¨¦ndum entrar en la Uni¨®n Europea en 1972 y en 1994. ?Sigue Bruselas demasiado lejos de Oslo?
R. Este Gobierno, que acaba su mandato en el a?o 2009, no tiene en su agenda el solicitar ser miembro de la UE. Sin embargo, Bruselas est¨¢ muy cerca de Oslo porque parad¨®jicamente pocos pa¨ªses est¨¢n tan integrados econ¨®micamente como Noruega con Europa.
P. Noruega se ha convertido en un pa¨ªs especializado en negociaciones de paz. ?C¨®mo define ese papel?
R. Se tienen que dar una serie de circunstancias. Noruega debe contar con la confianza de las dos partes en conflicto y ¨¦stas deben aceptar que nuestro compromiso se extienda en el tiempo. Sri Lanka es un buen ejemplo de esto ¨²ltimo. Empezamos la mediaci¨®n en 1991 y el alto el fuego se alcanz¨® en 2002. Ahora bien, Noruega no puede hacer la paz, son las partes las que deben tomar esa decisi¨®n.
P. ?En qu¨¦ procesos de paz est¨¢n trabajando actualmente?
R. Adem¨¢s de los casos ya citados de Oriente Pr¨®ximo -donde mantenemos un di¨¢logo constante con el ministro Miguel ?ngel Moratinos- y Sri Lanka, estamos comprometidos en Hait¨ª, Colombia, Filipinas, Sud¨¢n y en otros que no son de conocimiento de la opini¨®n p¨²blica.
P. ?En el conflicto vasco?
R. Sin comentarios.
P. Desde hace meses crece la preocupaci¨®n en Europa por la dependencia de sus fuentes de energ¨ªa, especialmente de Rusia. ?Podr¨ªa convertirse Noruega en una alternativa?
R. La energ¨ªa se ha convertido en un elemento clave de la seguridad europea. Desde nuestro punto de vista, estamos asistiendo al m¨¢s importante cambio en las relaciones bilaterales entre Noruega y los pa¨ªses de la UE en muchos a?os. Vendemos gas a Espa?a y proporcionamos el 30% del gas que consumen pa¨ªses como Francia y Alemania. Nuestro objetivo es que los europeos vean que Noruega es un socio fiable y a largo plazo. Pronto habr¨¢ nuevas perspectivas con las reservas descubiertas recientemente en el mar de Barents.
P. Noruega es uno de los pocos pa¨ªses en los que la abundancia de petr¨®leo y gas ha sido una gran ventaja y no una maldici¨®n. ?C¨®mo se las ingeniaron para que fuese un ¨¦xito?
R. Bueno, creo que depende mucho de las caracter¨ªsticas de cada pa¨ªs. Cuando encontramos petr¨®leo en los a?os setenta, Noruega era una democracia muy s¨®lida, con instituciones s¨®lidas. No hab¨ªa corrupci¨®n y exist¨ªa un consenso pol¨ªtico en la redistribuci¨®n de los beneficios. Se ten¨ªa claro que los recursos pertenec¨ªan a la gente y que el Estado gestionaba esos recursos para beneficio del pueblo. Fue un punto de partida muy bueno. Hoy hay gente rica en Noruega, pero no hay ning¨²n individuo que se haya hecho multimillonario con el petr¨®leo. La propiedad del gas y del petr¨®leo es estatal, aunque operen compa?¨ªas extranjeras. Eso s¨ª, pagan un 80% de impuestos sobre sus beneficios.
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