Nueva luz para pupilas ciegas
Ciertos cr¨ªticos que han pretendido dar resumen de la escritura de Jos¨¦ ?ngel Valente (Ourense, 1929-Ginebra, 2000) no han hecho sino repetir clasificaciones que reducen su verdadera dimensi¨®n: la leyenda de lo herm¨¦tico, la mitolog¨ªa del silencio, la m¨ªstica o lo sagrado, son algunas de las referencias esgrimidas frente al inventario de una obra que es, exactamente, una de las m¨¢s radicales aventuras de la creaci¨®n po¨¦tica del siglo XX. Las opiniones de Valente sobre poes¨ªa y cr¨ªtica, as¨ª como su concepci¨®n del fen¨®meno po¨¦tico, siempre fueron esencialmente las mismas desde sus tempranas reflexiones de los a?os cincuenta. Sin embargo, por encima de conjeturas extratextuales que no acaban de aceptar las opiniones de quien se sab¨ªa seguro de su compromiso con la poes¨ªa, y m¨¢s all¨¢ de tercas muletillas, la unanimidad se hace patente a la hora de destacar su condici¨®n de poeta estrictamente singular, singularidad que, como demuestra la lectura de estas Obras completas, viene subrayada por su lealtad con la palabra. La verdad est¨¢ en el interior de esta obra y no en la biograf¨ªa o las opiniones del poeta.
La obra entera de Valente mantiene una unidad esencial que no tiene m¨¢s designio que alcanzar el centro de su objeto, asedi¨¢ndolo, alcanzando su apertura definitiva con el p¨®stumo Fragmentos de un libro futuro (2000). Toda su obra es demostraci¨®n de esa unidad de trazo y de trayecto, de un camino que en su progreso moldea las formas de una ¨²nica pieza. Ejemplo de ello es esa disoluci¨®n del yo expresada tempranamente en Poemas a L¨¢zaro (1960): "mi historia debe ser olvidada / mezclada en la suma total / que la har¨¢ verdadera". Hasta tal punto se diluye el sujeto en la materia que, como se declara en Fragmentos de un libro futuro, "S¨®lo queda la f¨¢bula. // Lo que se narra y al narrarse crea / la sola narraci¨®n para ninguno". Perderse a s¨ª mismo hasta llegar a la definitiva desposesi¨®n que se abre al anonimato. ?se es su sitio, su "lugar", all¨ª donde no hay esbozos interrumpidos, sino fragmentos abiertos. Lo importante es la obra, no el autor o el sujeto, sino el origen y el principio creador de la materia del mundo: "la palabra es principio de toda creaci¨®n".
Valente desciende al fondo
de la materia, y su escritura se hace entonces relaci¨®n carnal y densidad humana. Despojado de apoyaturas y de excrecencias, fiado en la palabra y la intuici¨®n m¨¢s pura, la lleva hasta el l¨ªmite, a esa frontera que conserva la "fascinaci¨®n del enigma". De ah¨ª su apuesta por la retracci¨®n, por la brevedad extrema, por los l¨ªmites del decir, en la certeza de que la condensaci¨®n da lugar a la extensi¨®n del significado. 'Ser¨¢n ceniza
...' es el t¨ªtulo del primer poema de su primer libro, A modo de esperanza, y a ella vuelve porque sabe que es cuanto se tiene, pues la creaci¨®n sigue siendo cruzar "un desierto y su secreta desolaci¨®n sin nombre". Esa decidida y nueva sensibilidad es la que articula toda la escritura de Valente, que en sus ¨²ltimos libros expone una carnalidad m¨¢s extrema y manifiesta, quiz¨¢ tambi¨¦n m¨¢s s¨²bita y repentina, m¨¢s elegiaca: "El fin es el comienzo. / Nadie / me dice adi¨®s. Nadie me espera". Su insistencia es s¨®lo una: entablar un di¨¢logo con el cuerpo, que el verbo se haga carne y habite entre nosotros, y que esa carne sea la palabra. Una escucha que sit¨²a por encima de los g¨¦neros el aliento de lo po¨¦tico, que busca un alcance distinto, que ausculta un futuro que se mira en el pasado, un instinto especial para distinguir entre lo permanente y lo circunstancial.
Nadie mejor que Andr¨¦s S¨¢nchez Robayna, que como demuestra su indispensable introducci¨®n es un inmejorable conocedor de las claves de la po¨¦tica de Valente, para dirigir la precisa edici¨®n de estas Obras completas, cuyo primer volumen Poes¨ªa y prosa, al que seguir¨¢ un segundo dedicado a sus ensayos, re¨²ne los libros de poemas publicados a lo largo de su vida, sus traducciones po¨¦ticas (versiones personales integradas en el corpus de su escritura), sus prosas, y un amplio ap¨¦ndice con textos que hab¨ªan permanecido in¨¦ditos o publicados de forma dispersa, y s¨®lo aquellos que a?aden algo nuevo y destacado a su obra final. Entre los in¨¦ditos destacan los fragmentos conocidos de Palais de Justice, prosas unidas indefectiblemente a su biograf¨ªa, y que no ser¨¢n publicadas en su totalidad, seg¨²n deseo del poeta, hasta que se den las necesarias condiciones familiares. Valente se hace uno, todo en ¨¦l se compagina y entrecruza, se re¨²ne en la misma ra¨ªz de su centro, persiguiendo la exactitud hasta la angustia: "?sta es la verdadera canci¨®n, pensaste, y luego te fuiste diluyendo, despacio, muy despacio, en lo no descifrable". Eso que no se puede nombrar, un ardiente nadie, una audible nada; eso a lo que el lenguaje no llega, pero que pretende y cuyo movimiento dibuja.
Hay un profundo sentido pro-
f¨¦tico y germinal en toda su obra, pues ante la indigencia del mundo y la palabra, es capaz de prever y de enunciar un camino para el proceso creativo. Un conjunto hermoso, cifra del dolor de lo indecible, que pervive en las sombras como un negativo de lo visible, de la nada abierta sin figura que todav¨ªa nos queda por comprender y por vivir. Fiel a s¨ª mismo Valente escribe para el poeta futuro. En el poema dedicado "A Luis Cernuda, con unas siemprevivas", su final se hace augural, casi un seguro destino: "Otros han desaparecido entre las sombras. / T¨² no. Tu luz escueta permanece, / lo mismo que estas flores para siempre". S¨®lo as¨ª, en esa versi¨®n del an¨®nimo haiku que es el ¨²ltimo fragmento del ¨²ltimo libro, llega la ra¨ªz a existir: "Cima del canto. / El ruise?or y t¨² / ya sois lo mismo". La radical suspensi¨®n de todo lenguaje y de toda una vida dedicada al canto.
Acompa?a a esta s¨ªntesis de vida e irrevocable escritura la publicaci¨®n de Palabra y materia, en sus dos versiones en libro y en CD, que recoge la ¨²ltima lectura po¨¦tica que Valente realiz¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes en 1999, y que adem¨¢s ofrece una introducci¨®n a cargo de Amalia Iglesias Serna, autora tambi¨¦n de la entrevista que completa el volumen. Releer y escuchar su palabra es verificar la integridad de un discurso po¨¦tico donde futuro y memoria se dan sustento, y que ofrece "la clave del enigma / en la pregunta misma sin respuesta / que hace nacer la luz de mis pupilas ciegas". La poes¨ªa, as¨ª, un g¨¦nero de existencia, luz bajo la piel de las palabras.
Jose ?ngel Valente.Obras completas I. Poes¨ªa y prosa. Edici¨®n de Andr¨¦s S¨¢nchez Robayna. Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores. Barcelona, 2006. 991 p¨¢ginas. 46 euros. Palabra y materia. Pr¨®logo y ep¨ªlogo de Amalia Iglesias Serna. C¨ªrculo de Bellas Artes. Madrid, 2006. 62 p¨¢ginas + CD. 12,48 euros.
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