La Dama, a la sombra de las palmeras

Ha sido, como todas las pasiones, una relaci¨®n tormentosa, llena de encuentros y desencuentros. La historia empez¨® hace 109 a?os... o hace 2.400, seg¨²n se mire. La Dama de Elche, del siglo IV antes de Cristo, es la escultura m¨¢s representativa del arte ibero y uno de los iconos espa?oles m¨¢s identificables. Fue hallada en el yacimiento de La Alcudia, a dos kil¨®metros de Elche, el 4 de agosto de 1897.

Aunque desde 1941 permanece en el Museo Arqueol¨®gico Nacional, en Madrid, el pr¨®ximo jueves, 18 de mayo, la Dama vuelve -temporalmente: hasta el 1 de noviembre- a una casa de la que muchos piensan que nunca debi¨® salir. Los ilicitanos se han preparado durante meses para darle la bienvenida y acompa?arla, cuidadosa y amorosamente, en su retorno al hogar.

Lo primero que han hecho es disponer el alojamiento: la torre del Homenaje del reci¨¦n restaurado palacio de Altamira, tambi¨¦n llamado Alc¨¤sser de la Senyoria. Esta monumental f¨¢brica, en pleno centro urbano, envuelta -como todo en Elche- entre palmeras, ha tenido una historia llena de avatares. De origen almohade (se levant¨® en el siglo XI), basti¨®n defensivo durante la reconquista, entre los siglos XV y XVIII se le incorporaron elementos se?oriales, aunque sin perder su imponencia guerrera. El siglo XX la vio convertida en f¨¢brica textil, e incluso, hasta 1959, en c¨¢rcel. Sus s¨®lidos muros contemplaron una de tantas hermosas historias de la Festa: hasta aqu¨ª fue Pascual Tormo, Mestre de Capella del Misteri, a sacar a los cantores -Elche permaneci¨® del lado republicano- encarcelados en la posguerra: "Els meus cantors ser¨¤n rojos, per¨° son meus" ("mis cantores ser¨¢n rojos, pero son m¨ªos"). Tras las representaciones del 14 y el 15 de agosto, un argumento definitivo: "?C¨®mo van a volver a la c¨¢rcel, si le acaban de cantar a la Mared¨¦u?".

El palacio de Altamira acaba de convertirse, junto al s¨®tano de la contigua plaza, en el flamante MAHE (Museo Arqueol¨®gico y de Historia de Elche). Una rehabilitaci¨®n anterior hab¨ªa permitido ubicar en ¨¦l, desde 1982, el Museo Arqueol¨®gico Alejandro Ramos Folqu¨¦s, en homenaje a uno de los nombres se?eros de la arqueolog¨ªa ilicitana. Ahora, el nuevo espacio subterr¨¢neo exhibe las importantes piezas arqueol¨®gicas (desde los or¨ªgenes hasta los visigodos, con especial incidencia en los periodos ibero y romano), mientras que la renovada fortaleza recoge desde la fundaci¨®n de la nueva ciudad musulmana hasta la actualidad.

Quienes acudan a contemplar a la Dama podr¨¢n ver tambi¨¦n una exposici¨®n que sit¨²a la pieza ibera en su contexto. Porque la Dama, con ser la m¨¢s representativa, no es ni mucho menos la ¨²nica muestra de una civilizaci¨®n que dej¨® por estas tierras parte de lo mejor de s¨ª misma. El car¨¢cter did¨¢ctico del MAHE viene reforzado por proyecciones audiovisuales y una bater¨ªa de pantallas t¨¢ctiles.

Ciudad y palmeras

Elche es una de las pocas ciudades espa?olas que cuenta con dos declaraciones de patrimonio de la humanidad: el Palmeral y el Misteri. El Palmeral (con m¨¢s de 200.000 ejemplares) forma parte de la vida cotidiana, y es precisamente esa incardinaci¨®n, ese ensamblaje entre la ciudad y las palmeras lo que, junto al mantenimiento de las formas tradicionales de riego y explotaci¨®n, le vali¨® el t¨ªtulo otorgado por la Unesco.

La creaci¨®n en 2005 del Museo del Palmeral y de una ruta hace que ahora se pueda saborear m¨¢s a fondo, con mayor conocimiento de causa, complementando los emblem¨¢ticos Huerto del Cura (con su palmera Imperial, la imagen viajera m¨¢s difundida de la ciudad) y Parque Municipal.

El museo es un s¨®lido centro de interpretaci¨®n, ubicado en la restaurada vivienda de un antiguo huerto, tambi¨¦n en pleno centro urbano. Los paneles informativos y la exhibici¨®n de las diferentes piezas relacionadas con el complejo trabajo de la palmera y la vida de sus protagonistas, se enriquecen con el propio Hort de Sant Pl¨¤cid, donde se pueden ver los sistemas de riego implantados por los ¨¢rabes y los cultivos asociados: n¨ªsperos, naranjos, olivos, granados, almendros, limoneros... Un oasis al que se asoman, en uno de sus flancos elevados, edificios de modernas urbanizaciones, pero en el que se disfruta de olores, sonidos, rumores diferentes, seg¨²n la ¨¦poca del a?o en que se visite.

La misma sensaci¨®n de oasis, pero mucho m¨¢s pronunciada, se tiene durante los dos kil¨®metros y medio de recorrido por la ruta del Palmeral: en muchos de sus puntos, y a pesar de desarrollarse en plena ciudad, no se ven m¨¢s que palmeras. Un paisaje que a los ilicitanos se les hace tan imprescindible como respirar, y a los forasteros, tan sugerente como un cuento de las Mil y una noches.

El Misteri, proclamado por la Unesco obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, cuenta desde 1997 con un Museo de la Festa, que ofrece ahora una nueva versi¨®n, envolvente y sensorial, en el audiovisual de 20 minutos que sumerge en la fiesta a quienes visitan la ciudad fuera de las fechas de representaci¨®n.

Mosaicos y edificios

El yacimiento arqueol¨®gico de La Alcudia es un venero de testimonios sobre el pasado ilicitano. Piezas iberas como la Dama entronizada, el torso del guerrero o la cabeza de grifo; vasos cer¨¢micos de la misma ¨¦poca; mosaicos y edificaciones romanas son algunas de las muestras que permanecen all¨ª (otras muchas han sido trasladadas al MAHE). Un centro de interpretaci¨®n, previsto para finales de este a?o, y un itinerario de casi dos kil¨®metros, permiten evocar una historia subyugante y cada vez m¨¢s conocida.

Aqu¨ª naci¨® la Dama. Ahora ha vuelto a casa y la ciudad se vuelca para recibirla c¨¢lidamente.