Sentencia estrafalaria
LA SENTENCIA DICTADA por la Secci¨®n XVI de la Audiencia Provincial el pasado 8 de mayo (no ser¨¢ firme mientras el Supremo, y eventualmente el Constitucional, no se pronuncien sobre los recursos de los condenados) responsabiliza a varios polic¨ªas de la detenci¨®n ilegal de dos militantes del PP, as¨ª como de otros delitos conexos de coacciones y falsificaci¨®n en documento p¨²blico. No ser¨¢ f¨¢cil encontrar en el registro de las resoluciones judiciales disparatadas -cuya cr¨ªtica es leg¨ªtima en la Espa?a constitucional- un ejemplo mejor de sentencia estrafalaria; sesgados los hechos probados y ruinosos los fundamentos jur¨ªdicos, se asemeja a un tosco dictamen de parte al servicio de un cliente.
El presunto secuestro policial de dos militantes populares citados a declarar acerca de la agresi¨®n sufrida por Bono en una marcha convocada por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo y el PP
Los art¨ªculos invocados por la sentencia forman parte del cap¨ªtulo del C¨®digo Penal sobre detenciones ilegales y secuestros. El autor por antonomasia de ese tipo delictivo es el particular que priva de la libertad a otra persona. Las autoridades y funcionarios p¨²blicos tambi¨¦n pueden incurrir de manera excepcional en esa responsabilidad penal -as¨ª ocurri¨® en el caso Marey- cuando practican detenciones "fuera de los casos permitidos por la ley y sin mediar causa por delito". El episodio torticeramente descrito por la sentencia no encaja en ese tipo delictivo ni siquiera con calzador.
Todo empez¨® con la agria manifestaci¨®n celebrada en Madrid el 22 de enero de 2005; convocada por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, el PP se sumar¨ªa a la iniciativa: el secretario de ¨¢rea de distritos de los populares madrile?os -presididos por Esperanza Aguirre- envi¨® el 19 de enero una circular a todos los afiliados para que salieran a la calle y expresaran su rechazo a las acciones del Gobierno socialista. Seg¨²n el relato de hechos probados, los dos militantes del PP supuestamente secuestrados por la polic¨ªa fueron citados telef¨®nicamente a las 10.15 del 25 de mayo para que prestaran declaraci¨®n -como imputados -acerca de las agresiones verbales y f¨ªsicas sufridas por el ministro Bono durante la manifestaci¨®n. Recogidos por un veh¨ªculo policial para facilitar su desplazamiento voluntario y con abogado, llegaron a la comisar¨ªa en torno a las 13.00 horas y fueron dejados en libertad a las 16.00 horas: la salida -en un coche camuflado- se demor¨® hasta las 17.45 para eludir la presencia de los periodistas.
Durante su estancia en la Brigada de Informaci¨®n, los dos comparecientes no fueron esposados ni encerrados en un calabozo: tampoco se les tomaron las huellas dactilares. Tras o¨ªr sus derechos procesales, prestaron declaraci¨®n con asistencia letrada acerca de la tumultuosa, bronca y tensa marcha en la que el ministro Bono se vio zarandeado y fue objeto -seg¨²n sus palabras- de "amenazas, empujones y pu?etazos, uno de ellos en las costillas", adem¨¢s de ser injuriado en la doble calidad de "ap¨®stata de la Iglesia" y "defensor de los maricones". Una vez concluidas las comparecencias, los dos militantes populares regresaron a sus casas.
Con una insolente y pasmosa ignorancia hist¨®rica acerca de la represi¨®n de la Alemania nazi y la instrucci¨®n penal brit¨¢nica, la presidenta de la Comunidad de Madrid estableci¨® un paralelismo entre la polic¨ªa espa?ola y la Gestapo a prop¨®sito de ese episodio: ahora sostiene que un caso semejante habr¨ªa acabado con Tony Blair. Despu¨¦s de entregarse a una disquisici¨®n sobre las diferencias metaf¨ªsicas entre "la detenci¨®n" y "la imputaci¨®n como no detenido" en las comparecencias ante la polic¨ªa judicial, la sentencia concluye que las detenciones fueron no s¨®lo "inmotivadas, arbitrarias, abusivas y antijur¨ªdicas", sino tambi¨¦n -en ins¨®litos t¨¦rminos taurinos- "de complacencia" y "mirando al tendido". Ahora bien, la condena de unos polic¨ªas por detenci¨®n ilegal s¨®lo es posible si no hay indicio alguno de delito, tal y como establece el art¨ªculo 167 del C¨®digo Penal. ?Dan tal vez por supuesto los magistrados que Bono minti¨® como un bellaco al asegurar a los medios de comunicaci¨®n que fue amenazado y golpeado -tambi¨¦n su hijo- en la manifestaci¨®n del 22 de enero? ?O sucede simplemente que los autores de esos hechos delictivos recibieron la protecci¨®n de sus compa?eros de marcha y no han llegado a ser localizados?
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