El "uomo incredibile"

Terminado el partido, a Rafa Nadal, convenientemente rebozado en tierra roja, su uniforme tras toda victoria, le tendieron un rotulador para que estampara su aut¨®grafo en un cristal ante el objetivo de una c¨¢mara televisiva. Y llenando el televisor se vio su cara de felicidad, su sonrisa p¨ªcara, su deleite, su orgullo, al a?adir, debajo de su r¨²brica, dos cifras, una junto a otra, un n¨²mero hermoso: 53. Despu¨¦s, como si de repente se diera cuenta de lo que significaba ese n¨²mero, fuera consciente de lo que acababa de conseguir a los 19 a?os, se sent¨® en su silla. Y se derrumb¨®. Se tap¨® la cara p¨¤ra esconder su emoci¨®n, la l¨¢grimas que luchaban por empaparle el rostro, por mezclarse con su sudor, con su alegr¨ªa.

53, el n¨²mero de victorias consecutivas sobre pista lenta que Guillermo Vilas, un mito que puso a Argentina en el mapa del tenis mundial, hab¨ªa logrado en un m¨¢gico verano de 1977. 53, un n¨²mero que se cre¨ªa inalcanzable, imposible, un n¨²mero que ayer rafa Nadal igual¨® con su segundo t¨ªtulo consecutivo en el Internacional de Italia, el torneo de Roma.

"Todo es incredibile", dijo Nadal en el centro de la pista, simpatizando con los espectadores, gan¨¢ndose sus aplausos con sus t¨ªmidos intentos de hablar en italiano. "Incredibile ganar a Federer, que ha jugado incredibile. Incredibile, igualar a Vilas".

Guillermo Vilas comenz¨® su serie el 23 de mayo de 1977 derrotando en la primera ronda de Roland Garros al yugoslavo Zaljko Franulovic. Gan¨® el torneo de Par¨ªs derrotando al checo Jan Kodes en la final y, despu¨¦s de perder en las primeras rondas sobre la hierba de Queens y Wimbledon, a?adi¨® a la lista en julio los torneos de Washington, Louisville y South Orange; en agosto, Columbus y el Open de Estados Unidos, el ¨²ltimo que se jug¨® sobre la tierra verde de Forest Hills, venciendo al joven Jimmy Connors en la final; en septiembre llegaron dos triunfos en Copa Davis contra Australia en Buenos Aires y la Copa Por¨¦e en Par¨ªs; en septiembre tambi¨¦n lleg¨® la derrota en el partido 54?, la final del torneo de Aix en Provence. Un partido contra el rumano Illie Nastase que no acab¨®. Aquel verano, aparte de Vilas, en tenis se hablaba del ¨²ltimo invento, una raqueta de doble cordaje que confer¨ªa efectos impredecibles al bote de la pelota sobre tierra. En semifinales, Vilas hab¨ªa necesitado los cinco sets para deshacerse del desconocido franc¨¦s Eric Deblicker, quien, armado del artilugio, le sac¨® de quicio. En la final, se encontr¨® con que Nastase tambi¨¦n recurri¨® al doble cordaje. Perdi¨® los dos primeros sets,6-1, 7-5, y decidi¨® abandonar. Pocas semanas despu¨¦s, la Federaci¨®n Internacional de Tenis prohibi¨® la herramienta y Vilas continu¨® su racha vencedora encadenando 21 triunfos hasta marzo del 78.

La racha de Nadal, m¨¢s extendida en el tiempo, comenz¨® el 11 de abril de 2005 en la p¨¬sta de Montecarlo ante el franc¨¦s Ga?l Monfils, y 13 meses y nueve torneos en su casa despu¨¦s, a¨²n no ha concluido. Esta semana podr¨¢ seguirla en el torneo de Hamburgo de tierra batida, en el que tambi¨¦n participar¨¢ Roger Federer y en el que le espera en primera ronda el alem¨¢n Tommy Haas, n¨²mero 25 del mundo, quien saldr¨¢ a la pista motivado no s¨®lo por jugar en casa sino por pasar a la historia como el tenista que rompi¨® la serie del uomo incredibile.