China desaf¨ªa al Vaticano al nombrar a un tercer obispo 'comunista'

China lanz¨® ayer un nuevo desaf¨ªo al Vaticano con la entrega de una importante di¨®cesis local a un obispo que no fue ordenado por el Papa. Zhan Silu, llamado Vincent Silu en los registros vaticanos, recibi¨® el nombramiento de la Asociaci¨®n Patri¨®tica de los Cat¨®licos Chinos, una instituci¨®n controlada por el Partido Comunista. La enemistad personal entre Liu Bainian, dirigente patri¨®tico, y el cardenal Joseph Zen, de Hong Kong, podr¨ªa ser una de las causas de la crisis. ?ste es el tercer obispo nombrado unilateralmente por China y de espaldas al Vaticano.

El Gobierno de Pek¨ªn se niega a que los cat¨®licos chinos rindan obediencia a un pa¨ªs extranjero como el Vaticano; Benedicto XVI, por su parte, considera que la actitud de las autoridades chinas constituye "una grave violaci¨®n de la libertad religiosa" y amenaza con la excomuni¨®n a los obispos patri¨®ticos.

El Vaticano rompi¨® relaciones con China en 1951, despu¨¦s de que Mao Ze Dong expulsara del pa¨ªs al entonces nuncio vaticano. La nunciatura fue instalada en Taiwan y comenz¨® un complejo juego diplom¨¢tico que en los ¨²ltimos a?os parec¨ªa haber encontrado un equilibrio: los nombramientos de obispos eran efectuados formalmente por la Asociaci¨®n Patri¨®tica, pero antes se solicitaba la autorizaci¨®n papal. Ese acuerdo t¨¢cito se rompi¨® a finales de abril y principios de este mes con el nombramiento unilateral de dos obispos por parte de la iglesia patri¨®tica.

La crisis entre la Santa Sede y el gigante asi¨¢tico fue una sorpresa para todos los observadores, que predec¨ªan un paulatino acercamiento de las posturas entre el Vaticano y Pek¨ªn. La cooperaci¨®n oficiosa entre los patri¨®ticos y los clandestinos o no registrados (la gran mayor¨ªa de los 12 millones de cat¨®licos chinos) satisfac¨ªa a ambas partes, al menos por el momento, y permit¨ªa esperar para un futuro no muy lejano el restablecimiento de relaciones. La muerte de Juan Pablo II, al que el Gobierno de China estimaba muy poco por su conocido anticomunismo, y la elecci¨®n de Benedicto XVI como nuevo pont¨ªfice deber¨ªan haber contribuido a mejorar el di¨¢logo.

Est¨¢ sucediendo lo contrario, y resulta probable que el punto de inflexi¨®n se produjera en febrero pasado, cuando el Papa nombr¨® 15 nuevos cardenales. Uno de ellos fue Joseph Zen, de 70 a?os, obispo de Hong Kong y abierto enemigo del r¨¦gimen comunista. Zen era, se supone, el cardenal in p¨¦ctore que Juan Pablo II no se atrevi¨® a nombrar para no complicar las relaciones con Pek¨ªn. Benedicto XVI s¨ª lo hizo. En cuanto visti¨® el rojo cardenalicio, Zen lanz¨® duras cr¨ªticas contra el r¨¦gimen chino: dijo que constitu¨ªa "una anormalidad" y que no respetaba ning¨²n tipo de libertad.

'El papa chino'

Pek¨ªn se molest¨® de forma indudable, pero el m¨¢s ofendido result¨® Liu Bainian, secretario general de la Asociaci¨®n Patri¨®tica de los Cat¨®licos Chinos. Liu Bainian, llamado el papa chino, tiene, como Joseph Zen, 70 a?os. Ambos se conocen desde la infancia y frecuentaron el mismo seminario. Bainian, sin embargo, no logr¨® ordenarse sacerdote porque la Revoluci¨®n Cultural mao¨ªsta se lo impidi¨®. Mientras Bainian permanec¨ªa pol¨ªticamente cercano al Gobierno de Pek¨ªn, Zen endureci¨® sus posiciones contra el mismo. Los dos antiguos seminaristas se convirtieron en enemigos ac¨¦rrimos. Esa enemistad podr¨ªa ser una de las razones, si no la fundamental, de los desaf¨ªos del catolicismo patri¨®tico de Bainian frente al catolicismo vaticano de Zen. El nombramiento de Zen como cardenal fue definido por Bainian como "un acto hostil contra China".

En el Vaticano, Liu Bainian es considerado poco menos que diab¨®lico. El sacerdote belga Jeroom Heyndrickx, que visita China con frecuencia y ejerce como mediador oficioso entre Pek¨ªn y el Vaticano, piensa, por el contrario, que Bainian hace lo posible por limar asperezas entre la iglesia patri¨®tica y la Santa Sede. "Muchos piensan que Bainian es el diablo y el culpable de la actual situaci¨®n, pero a m¨ª me parece que se esfuerza por mejorar las cosas", declar¨® Heyndrickx a The New York Times hace unos d¨ªas. Seg¨²n el sacerdote belga, la causa de los problemas hab¨ªa de estar en la c¨²pula del Partido Comunista Chino.