Si bebes, no conduzcas ni en dos ruedas

Tres de la madrugada de un lunes de febrero en un c¨¦ntrico cruce de la avenida Diagonal de Barcelona. Pr¨¢cticamente ni un alma en la calle. Isabel S. R., de 36 a?os, cruza la avenida conduciendo su bicicleta. Unos metros por delante va una amiga suya, Mayte, de 34, en una moto. Una patrulla de la Guardia Urbana les da el alto. Un control de alcoholemia. "Yo me re¨ªa porque la situaci¨®n me parec¨ªa absurda", explica Isabel. Las dos amigas -dos atractivas fot¨®grafas de dise?o de interiores y arquitectura- sal¨ªan de celebrar el cierre de un contrato. "Reconozco que hab¨ªa bebido algo pero iba bien en la bicicleta", sostiene la joven, nacida en Francia y residente en Barcelona desde hace 14 a?os. Le hicieron soplar el alcohol¨ªmetro. Dos veces con un cuarto de hora de diferencia y dio positivo: 0,70 y 0,69 miligramos de tasa por aire en las dos tomas. La que conduc¨ªa la moto, tambi¨¦n.

Los agentes, al principio una patrulla a la que se sumaron dos m¨¢s, avisaron al cami¨®n gr¨²a. "Yo les dije que ataba la bici y me iba a casa caminando pero me contestaron que no, que la pod¨ªa coger en cuanto se marcharan", recuerda Isabel que mir¨® con asombro como met¨ªan en el cami¨®n su bici, junto con la motocicleta de su amiga, camino del dep¨®sito municipal.

Desde noviembre de 2003 la normativa general de las alcoholemias tambi¨¦n rige para las bicicletas y la tasa m¨¢xima es de 0,25 miligramos de tasa por aire. Isabel no lo discute pero cree que los agentes actuaron con extremado celo.

El intendente de la Guardia Urbana de Barcelona replica que se act¨²a de ese modo cuando se aprecia una conducta temeraria y admite que realizar el test a un ciclista es "algo extraordinario", salvo cuando se produce un accidente. Aquella noche no hubo ning¨²n accidente en ese punto y la sanci¨®n no hace referencia alguna a conducci¨®n temeraria o a infracci¨®n de tr¨¢fico. S¨®lo la alcoholemia superior a los 0,25 miligramos.

El intendente insiste en que si se actu¨® de esa forma no fue porque s¨ª y que la palabra de los agentes tiene valor de prueba ?Y lo que diga yo, qu¨¦?, se interroga Isabel. Parece que no cuenta. La versi¨®n de las dos mujeres es que los agentes parec¨ªan "estar de guasa".

La historia no acab¨® ah¨ª. Al d¨ªa siguiente, Isabel acudi¨® al dep¨®sito de la gr¨²a municipal para recoger su bicicleta. ?Tiene una foto?, le pregunt¨® el del dep¨®sito. "Pues no", contest¨® Isabel que no sab¨ªa como demostrar que la bici era suya porque se la hab¨ªan regalado y no ten¨ªa factura. Al final lo pudo demostrar con la llave del candado.

Recuperar la bici le cost¨® 58,45 euros, la misma tasa que pag¨® su amiga por recuperar la motocicleta. "Para empezar no es lo mismo una bici que una moto y no veo por qu¨¦ la tasa de la gr¨²a tiene que ser la misma. Como ocurre cuando se trata de un coche", razona Isabel.

Dos semanas despu¨¦s recibi¨® en su domicilio la notificaci¨®n de una multa de 310 euros por conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida. La bicicleta tiene la misma consideraci¨®n de veh¨ªculo que los que son a motor, argumenta el intendente de la Guardia Urbana. Ser¨¢ por eso que el formulario es el mismo y por ello se apercibe de que al infractor se le puede retirar el carn¨¦ si la sanci¨®n es superior a 300 euros, como es el caso.

"?Pero de qu¨¦ carn¨¦ me hablan? Para conducir una bicicleta no hace falta carn¨¦ y yo no tengo el de conducir", se pregunta Isabel. Ya ha recurrido la multa y est¨¢ a la espera de poderse defender: "No creo que la sanci¨®n sea justa porque no provocaba ninguna situaci¨®n de peligro. Quiero que me la retiren o, cuando menos, que la rebajen por desproporcionada".