Memoria y telepat¨ªa
Profesor de La Sapienza de Roma, autor de magn¨ªficas monograf¨ªas sobre Boccaccio, Leopardi, Verga y Calvino -entre otros-; de una Storia della letteratura italiana, muy reeditada; de numerosos estudios que abordan tanto la cultura de la Contrarreforma como el "lugar com¨²n" de la narrativa italiana contempor¨¢nea, Alberto Asor Rosa (Roma, 1933), despu¨¦s de alcanzar un un¨¢nime prestigio como cr¨ªtico, se ha revelado tambi¨¦n, en el umbral de la ancianidad, como un excelente y muy perspicaz narrador, de cl¨¢sica potencialidad y rigor.
El paso a la narrativa, tras una larga carrera profesoral y ensay¨ªstica, suele deparar, con demasiada frecuencia, obras que apenas van m¨¢s all¨¢ de un m¨¦rito previsible, carentes de radiaci¨®n art¨ªstica. No es el caso de Asor Rosa, ni ¨¦ste el lugar para lamentar que no se haya implicado antes en la creaci¨®n. Lo indudable es que, gracias al buen criterio de Ediciones Barataria, el lector espa?ol dispone de sus dos obras creativas, ambas muy diferentes, con la cualidad com¨²n de suscitar el acceso a una serena maestr¨ªa.
EL ALBA DE UN NUEVO MUNDO / HISTORIAS DE ANIMALES Y OTRAS VIDAS
Alberto Asor Rosa
Traducci¨®n de Jos¨¦ Antonio Bravo
Barataria. Barcelona, 2006
312 y 208 p¨¢ginas
15 euros cada uno
En El alba de un mundo nuevo, Asor Rosa recrea y vivifica, con un estilo cadencioso y sutil, su infancia en el ¨¢mbito dom¨¦stico, reconstruye al ni?o que fue y su proceso de crecimiento, contrasta la realidad urbana y el mundo rural -hoy vagamente m¨ªtico-, el descubrimiento del asombro, la maravilla y el horror de participar de una experiencia colectiva, hist¨®rica, que marc¨® su existencia, pero que no determin¨® fatalmente su individualidad. Pues ah¨ª reside la radiante solvencia de estas memorias de infancia, en las que el sujeto narrador, que emite un "yo", "en s¨ª mismo insignificante", se propone ordenar sus recuerdos, "aunque su historia no ofrezca nada singular", con el fin de "hacer menos inexplicable y m¨¢s tolerable el presente". El tiempo aqu¨ª rememorado es una ¨¦poca de calamidad, incertidumbre, carest¨ªa, hambre y necesidad de liberaci¨®n, la ¨¦poca fascista previa a la guerra y la guerra misma, vivida bajo una atroz atm¨®sfera de sufrimiento ("Roma oscilaba entre el odio y la cobard¨ªa"), la ¨¦poca en que, aliada con Alemania, Italia sufri¨® una cruenta extirpaci¨®n moral que dej¨® un pa¨ªs arruinado: "Ser italiano nunca fue una gran satisfacci¨®n, pero no serlo hac¨ªa da?o, era una herida en carne viva". La devoci¨®n a lo vivido se resuelve aqu¨ª en retribuci¨®n de una deuda con las figuras y hechos de la propia biograf¨ªa. Asor Rosa no se deja tentar por la semblanza, ni exhibe un escaparate de empalagosas admiraciones. Sin ambici¨®n ni ¨¦nfasis, logra restaurar aquella ¨¦poca con tan sorprendente veracidad que sin duda este libro quedar¨¢ como uno de los ejercicios m¨¢s portentosos de la funci¨®n contemplativa de la memoria.
Historias de animales y otras
vidas se inserta en la pura ficci¨®n, aunque la pluralidad del t¨ªtulo hace un flaco favor a la obra. No son historias, ni es un cuarteto de voces, como declara el texto editorial. La novela est¨¢ contada por un gato y una perra, que coinciden en una misma casa, habitada por un maduro intelectual y su mujer; es decir, la realidad humana vista desde el "punto de vista" del animal dom¨¦stico, con brillantes reflexiones de los animales que confrontan la autocomplacencia felina y la sobriedad canina con las complicadas y decepcionantes necesidades humanas. Este recurso a la sensibilidad no verbal, que no obstante debe expresarse mediante conceptos, corr¨ªa el riesgo de caer en la cursiler¨ªa -de la que no se libr¨® Virginia Woolf en Flush-, pero Asor Rosa sortea ese peligro dotando a las voces narradoras de una ir¨®nica visi¨®n filos¨®fica, que propende a la parodia y el escepticismo. La narraci¨®n resulta as¨ª un divertido y -hay que decirlo- enternecedor tratado sobre los afectos entre especies distintas que, a falta de otro modo de expresi¨®n, se comunican mediante una "fort¨ªsima carga de simpat¨ªa" o comunicaci¨®n telep¨¢tica, que Asor Rosa considera m¨¢s infalible y universal que la comunicaci¨®n verbal, a fin de cuentas equ¨ªvoca, enga?osa y limitada a los hablantes del mismo idioma. La telepat¨ªa, insiste Asor Rosa, se presenta siempre que "tropezamos con un interlocutor af¨ªn". Esta encantadora novela es, as¨ª, una defensa del pensamiento amoroso que brota de "un estado de disponibilidad y ausencia de impedimentos". Su lectura nos devuelve la mirada inexplicable de los seres vivos, antes de descubrir que hablar tambi¨¦n significa enga?ar. Un retorno al umbral de la raz¨®n humana.
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