El andaluz
En su carta (EL PA?S del 28 de abril de 2006) el profesor Javier Tajadura ironiza el proyectado art¨ªculo 183 del nuevo Estatuto de Andaluc¨ªa en el que se habla de la promoci¨®n, reconocimiento y uso de la "modalidad ling¨¹¨ªstica andaluza, en sus diferentes hablas" en los medios audiovisuales, etc¨¦tera.
El prop¨®sito del colega jurisconsulto no puede ser el de negar la existencia del habla andaluza con todas sus variantes, como no se puede negar la existencia de otras variedades del espa?ol, o sea, el asturiano, castellano, el riojano, el extreme?o, el murciano, etc¨¦tera, porque, como ha dicho Manuel Alvar, una de las grandes figuras de la ling¨¹¨ªstica espa?ola, el espa?ol es un sistema virtual que nadie habla; lo que se habla son las variedades que acabo de mencionar. El espa?ol es el registro escrito de todos los espa?oles, evidentemente, tambi¨¦n de los ciudadanos de Andaluc¨ªa.
Las caracter¨ªsticas del habla andaluza existen desde hace siglos, como existen desde hace muchos siglos los diferentes "dialectos" del alem¨¢n, para alegar una situaci¨®n ling¨¹¨ªstica comparable.
No veo ning¨²n motivo para que el proyectado art¨ªculo 183 del nuevo Estatuto de Andaluc¨ªa debiera producir "hilaridad" como "testimonio del particularismo m¨¢s exacerbado". Se trata, por el contrario, de un reconocimiento formal de una realidad. Hablar andaluz no tiene nada que ver con el particularismo constitucional; hablar andaluz, hablar "su" lengua, es un factor de identificaci¨®n y debe ser un factor de orgullo para los habitantes de Andaluc¨ªa. Hablar andaluz no amenaza en absoluto la unidad de Espa?a.
Mientras que haya moderadores ignorantes en la televisi¨®n que censuran a hablantes del andaluz por no hablar un "espa?ol correcto" me parece muy necesario fomentar el uso del habla andaluza. Sus "dialectos" y sus variantes constituyen una riqueza de la lengua espa?ola que no debe ser suprimida.
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