Un general franc¨¦s se niega a declarar ante los jueces del 'caso Clearstream'
Nuevos documentos muestran que Chirac conoc¨ªa la campa?a contra Sarkozy
La pasi¨®n graf¨®mana del general Philippe Rondot sigue complicando la vida al presidente de Francia, Jacques Chirac, y al primer ministro, Dominique de Villepin. ?stos han declarado en varias ocasiones: "Nunca pedimos que se investigase a Sarkozy", ministro del Interior y favorito de la derecha para las pr¨®ximas presidenciales. El diario Le Monde ha publicado nuevas notas de Rondot, entre ellas una carta del general a Villepin en la que se habla de que conviene "actuar con prudencia, en un marco secreto y teniendo en cuenta eventuales manipulaciones pol¨ªticas, tal y como te ha dicho el presidente". Rondot se refiere tambi¨¦n a la supuesta cuenta corriente que Chirac tendr¨ªa en Jap¨®n.
El pol¨¦mico asunto est¨¢ envenenando la ya cr¨ªtica situaci¨®n pol¨ªtica de Francia
Ayer Rondot fue conducido por cuatro agentes de la polic¨ªa judicial ante los jueces que instruyen el sumario del llamado caso Clearstream. Se neg¨® a responder, porque los jueces instructores -Jean Marie d'Huy y Henri Pons- no admitieron la posibilidad de que lo hiciera como testimonio asistido por su abogado y "porque reh¨²san dejarme acceder al dossier" y "reencontrar esas notas que no he le¨ªdo desde hace dos a?os y medio".
Precisamente esas notas, sabiamente destiladas por el prestigioso rotativo Le Monde, son las que hunden, cada d¨ªa un poquito m¨¢s, el sistema de defensa de Dominique de Villepin y Chirac, a los que de nada sirve el gesto elegante del mutismo de Rondot, el superesp¨ªa que atrap¨® al famoso terrorista Carlos.
El general de los servicios secretos entretuvo ostentosamente su silencio ante los jueces con la lectura de Los siete pilares de la sabidur¨ªa, de su admirado coronel T.E. Lawrence, y salpic¨¢ndolo de un sistem¨¢tico "me niego a responder a su pregunta" dirigido a quienes pretend¨ªan interrogarle.
Para acabar de complicar la situaci¨®n de Villepin ayer tambi¨¦n el canal de televisi¨®n de informaci¨®n continua LCI anunci¨® que el primer ministro intervino, en marzo de 2004, para que liberasen a Imad Lahoud, el inform¨¢tico de quien se sospecha modific¨® los listados de Clearstream. Lahoud estaba en la c¨¢rcel precisamente acusado de estafa realizada gracias a la inform¨¢tica.
Hasta ahora, Villepin y Chirac han podido justificar su comportamiento irregular -utilizaci¨®n de los servicios secretos del Estado al margen de cualquier respeto de los procedimientos estipulados-, alegando que ellos mismo necesitaban saber qu¨¦ hab¨ªa de cierto en todo el caso Clearstream. Hasta aqu¨ª no hay delito, aunque s¨ª una evidente chapuza pol¨ªtica, pero los jueces investigan un caso de "denuncia calumniosa", es decir, voluntariamente falsa y que implica, sin que haya razones para ello, a Nicolas Sarkozy y a varios otros l¨ªderes de la izquierda con posibilidades de ser candidatos a la presidencia.
En varias fichas manuscritas, Rondot escribe "proteger D. de V.", o sea, al primer ministro. Y para el general, "la espada de Damocles" que pende sobre la cabeza de D. de V. aparece ligada "al papel de JLG" (Jean-Louis Gergorin, la garganta profunda que filtr¨® el listado de Clearstream) y al "interrogatorio de Imad Lahoud: ?qu¨¦ ha dicho?", se pregunta inquieto.
M¨¢s adelante, el mismo Rondot se hace a¨²n m¨¢s expl¨ªcito en esas notas al interrogarse sobre si "Lahoud sabe muchas cosas de JLG que impliquen a D. de V. y al juez VR".
En cualquier caso, el esp¨ªa con incontinencia de escritura se recuerda a s¨ª mismo que "hay que proteger a D. de V. y a PR" (presidente de la Rep¨²blica), con lo que implica directamente a ambos.
El llamado caso Clearstream est¨¢ envenenando la situaci¨®n pol¨ªtica francesa y ha justificado ya que los socialistas presentasen una moci¨®n de censura contra el actual Ejecutivo. Por primera vez en muchos a?os, la centrista y dem¨®crata-cristiana UDF (Uni¨®n por la Democracia Francesa) vot¨® la semana pasada junto con los socialistas por estimar que Chirac y Villepin ponen en peligro las instituciones de la V Rep¨²blica. Y lo que es m¨¢s grave: 200 diputados de la mayoritaria UMP (Uni¨®n para un Movimiento Popular), dirigida por Sarkozy, se ausentaron de la Asamblea Nacional en el momento del voto para no tener que respaldar expl¨ªcitamente a un Villepin que desear¨ªan ver cesado.
Chirac y Villepin, en varias oportunidades, han querido dar por cerrado el asunto, pero nuevos documentos escritos por el general Rondot y revelados por distintos medios de comunicaci¨®n han vuelto a relanzar el embrollo.
Una historia que tiene hartos a los franceses
La opini¨®n p¨²blica no se interesa por el caso Clearstream: demasiado confuso, demasiada politiquer¨ªa, imposible seguir el hilo. ?sa es la principal baza con que cuenta el primer ministro para que nadie le reproche las contradicciones en las que ha incurrido al intentar explicarse.
En realidad, al margen de una turbia operaci¨®n de espionaje destinada a manchar el buen nombre de varias personalidades, Clearstream comienza, en 1990, con las comisiones ocultas que pagaron las autoridades de Taiw¨¢n tras comprar una serie de fragatas y aviones franceses. Algunos militares de Taiw¨¢n ya fueron juzgados por haberse enriquecido gracias a ese contrato. Los nombres de los franceses implicados permanecen en la sombra.
El sistema Clearstream pasa por ser una red de blanqueo de dinero y evasi¨®n de capitales situada en Luxemburgo. El listado filtrado por Jean Louis Gergorin, antiguo n¨²mero dos de Airbus, implica sobre todo a personajes del mundo industrial y financiero. Los pol¨ªticos aparecen despu¨¦s, tras una grosera manipulaci¨®n inform¨¢tica. Pero a pesar de que muy pronto se descubri¨® que la inclusi¨®n de los pol¨ªticos era fruto de esa manipulaci¨®n, Dominique de Villepin pidi¨® al general Rondot que siguiese investigando "porque algo debe haber cuando toda esa gente tan importante se mueve y se inquieta". No pod¨ªa admitir que su gran rival pol¨ªtico, Nicolas Sarkozy, saliese libre de culpa.
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