Horizontes turcos

Turqu¨ªa anda demasiado agitada, y la subida de la tensi¨®n pol¨ªtica no es buena ni para ella ni para sus vecinos. La semana pasada fue asesinado un juez del Consejo de Estado que confirm¨® las restricciones en vigor sobre el porte del velo, por ejemplo, en mujeres en el ejercicio de su cargo p¨²blico. Esta tensi¨®n se ha desplazado a la calle con manifestaciones en contra del avance del islamismo y a favor. El pasado fin de semana, el jefe del Estado Mayor, el general Ozkok, alent¨® p¨²blicamente a los manifestantes en defensa del laicismo frente a los intentos de avance del islamismo. El primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, tach¨® al general de "irresponsable", pero no lo destituy¨®. El Ej¨¦rcito, heredero de Ataturk, tiene a¨²n un peso en Turqu¨ªa que no se corresponde con los c¨¢nones democr¨¢ticos en Europa. Los militares temen que, cuando el Parlamento tenga que votar el a?o pr¨®ximo por un nuevo presidente de la Rep¨²blica, elija a Erdogan, con lo que el islamismo moderado podr¨ªa hacer saltar algunos vetos a medidas en vigor como la del velo.

Todo esto aleja a Turqu¨ªa de sus pretensiones de entrar en la Uni¨®n Europea. O tal vez sea al rev¨¦s: pese a las reformas que ya ha realizado Turqu¨ªa, la falta de decisi¨®n de la dividida Uni¨®n en las negociaciones con Ankara est¨¢ favoreciendo un retroceso de la sociedad turca que se a?ade a las dificultades econ¨®micas surgidas ¨²ltimamente. La Uni¨®n Europea ha asumido la responsabilidad de darle a Turqu¨ªa un horizonte claro. Debe cumplir. Y hacer que los turcos cumplan su parte.