Muy astutos

La casa de la m¨²sica, como la del Se?or, tiene muchas moradas y una de las m¨¢s confortables la ocupa, con todo merecimiento, el Cuarteto Kronos. Durante m¨¢s de treinta a?os ha sabido hacerse portavoz de una modernidad nunca demasiado conflictiva situ¨¢ndose en un cruce de caminos desde el que cualquier paisaje resulta bien visible. Digo el Kronos pero deb¨ªa decir mejor su repertorio, en el que -nobleza obliga- han entrado Alban Berg, Bart¨®k, Sallinen, Glass o Reich, pero en el que abundan m¨²sicas de esas que ya llegan precocinadas a su oyente, por no decir preconsumidas. M¨²sicas que triunfan y que revelan la cara m¨¢s simple de lo contempor¨¢neo.

Su concierto del lunes abund¨® en estas ¨²ltimas opciones, ayudado por una buena puesta en escena, y se centr¨® en obras de m¨¢s fachada que facundia, incluidos un interesante Riley -Venus upstream from sun rings-, una bella canci¨®n tradicional n¨®rdica -Tusen Tankar- y una bonita raga de Ram Narayan. Demasiado reiterativa la inspiraci¨®n de Gabriela Lena Frank en Inkarri, plet¨®rico de oficio Golijov en su Last andalusian sky, grato el tango de Troilo, aparatoso Potassium -las razones que el autor da de su t¨ªtulo son de una trivialidad aplastante- de Gordon y espectacular Camposanto, de P¨¦rez Santiago, un final necesario porque el p¨²blico no acababa de entregarse.

La interpretaci¨®n es siempre excelente, el buen uso de la electr¨®nica y la amplificaci¨®n potencia registros que parecen ins¨®litos en los instrumentos de cuerda y la viola, por ejemplo, acaba pareci¨¦ndose a la guitarra de Jimi Hendrix, que es de lo que se trata. Pero al final los originales -sea Hendrix o, qu¨¦ se yo, Tom Waits- son mejores. Este cr¨ªtico, de verdad, lleva a?os intent¨¢ndolo con el Kronos, tratando de encontrar en cada disco su verdadero genio, ¨¦se que vaya m¨¢s all¨¢ de su portentosa astucia. A la vista del ¨¦xito final de este concierto, que siempre se haya quedado con las ganas es, definitivamente y aunque tampoco sea tan grave, su problema.