Tres veces 's¨ª'
Despu¨¦s de meses de fragoroso enfrentamiento partidista, culminado el largo proceso de tramitaci¨®n parlamentaria, escuchados los argumentos y los exabruptos, corresponde ahora, finalmente, a la ciudadan¨ªa tomar la palabra y pronunciar su veredicto sobre el contenido del nuevo Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a.
Bien es verdad que si las voces de las entidades y las organizaciones sociales se hubieran hecho sentir con mayor contundencia en el periodo de elaboraci¨®n del texto, quiz¨¢ se habr¨ªan esquivado algunos errores. Quiz¨¢, tambi¨¦n, la imagen del debate habr¨ªa ganado en riqueza y perdido en carga partidista. Por razones diversas -la prudencia excesiva de unos, el escepticismo de otros, la desatenci¨®n de buena parte de los medios- no ha sido as¨ª. No es este, empero, el momento de llorar por la leche derramada. Es el momento en que la ciudadan¨ªa debe hablar y debe hacerlo claramente. Es el momento de decir tres veces s¨ª.
Las pr¨®ximas consultas electorales van a ser decisivas para Catalu?a y Espa?a en el siguiente cuarto de siglo
S¨ª, en primer lugar, al nuevo Estatuto. Un texto que contiene avances extraordinarios en el reconocimiento de los derechos y deberes de los ciudadanos, confiere m¨¢s competencias a la Administraci¨®n catalana y dota de mayores recursos a la Generalitat. Cierto es que el proyecto no colma las aspiraciones de todos, pero su contenido es tan notablemente mejor que el del Estatuto vigente que incluso quienes, desde posiciones catalanistas, han anunciado su voto negativo al texto desean fervientemente su aprobaci¨®n. Un s¨ª convencido, pues, en el refer¨¦ndum del nuevo Estatuto.
S¨ª, en segundo lugar, al Gobierno catalanista y de izquierdas. La trayectoria del Ejecutivo catal¨¢n en los ¨²ltimos dos a?os y medio ha estado marcada por la feroz presi¨®n exterior y por los propios errores. Su actuaci¨®n en los diversos campos podr¨¢ considerarse, sin duda, desigual. Pero la obra de gobierno de esta legislatura, en tantos aspectos turbulenta, es muy superior a la ejecutoria de cualquier Gobierno de las ¨²ltimas legislaturas de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Superior tanto por la ambici¨®n de sus acciones como por el alcance de sus resultados en t¨¦rminos de eficiencia econ¨®mica, sostenibilidad ambiental y cohesi¨®n social. No todos los que voten s¨ª en el pr¨®ximo refer¨¦ndum compartir¨¢n, l¨®gica y leg¨ªtimamente, este juicio. Somos muchos, sin embargo, los convencidos de que la mejor garant¨ªa para consolidar y desarrollar el nuevo Estatuto es volver a conseguir un Gobierno progresista en el Palau de la Generalitat.
S¨ª, finalmente, al presidente Maragall. Ni sus m¨¢s ac¨¦rrimos detractores niegan que la visi¨®n y la terquedad de Pasqual Maragall han sido claves para obtener el nuevo Estatuto. El tiempo vendr¨¢ a confirmar que esta visi¨®n, si las cosas no se tuercen, habr¨¢ permitido abrir una nueva fase en la estructuraci¨®n del Estado en Espa?a. Por otra parte, Maragall constituye la mejor garant¨ªa para la reedici¨®n, sobre nuevas bases, de una mayor¨ªa progresista y resulta el principal obst¨¢culo para la concreci¨®n de alianzas espurias como una coalici¨®n CiU-PSC. De aqu¨ª, precisamente, la presi¨®n casi obscena que se est¨¢ produciendo desde tantos frentes para propiciar ahora su sustituci¨®n.
En las pr¨®ximas semanas y meses la ciudadan¨ªa catalana est¨¢ llamada a pronunciarse en el refer¨¦ndum y en las elecciones auton¨®micas. Estas consultas, sin temor a exagerar, pueden considerarse decisivas para la evoluci¨®n de Catalu?a y Espa?a en el pr¨®ximo cuarto de siglo. En ellas hay que decir tres veces s¨ª, exactamente al contrario que san Pedro en la par¨¢bola evang¨¦lica: s¨ª al nuevo Estatuto, s¨ª a un Gobierno catalanista y de izquierdas, s¨ª al presidente Maragall. Y hay que hacerlo antes de que cante el gallo.
Oriol Nel¡¤lo es secretario para la Planificaci¨®n Territorial y miembro de Ciutadans pel Canvi.
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