Goles virtuales'

Electronic Arts tiene una dilatada experiencia en mundiales de f¨²tbol. Su t¨ªtulo Copa Mundial de la FIFA 2006 es el tercero, tras los juegos dedicados al mundial de Francia 98 y al de Corea-Jap¨®n. EA tiene la licencia de la FIFA, por lo que es la ¨²nica compa?¨ªa que puede usar los nombres oficiales de los jugadores, equipos y estadios que participar¨¢n en este mundial.

Los atractivos men¨²s permiten escoger entre 127 selecciones, entre las que se encuentran reproducidos con detalle unos 100 jugadores. No s¨®lo tienen un parecido f¨ªsico, sino que adem¨¢s ejecutan las habilidades propias de cada futbolista copiado.

La competici¨®n virtual se desarrolla en la r¨¦plica de los 12 estadios del torneo. La hinchada est¨¢ fielmente representada y se dedica a animar a los suyos con ensordecedores c¨¢nticos y exhibici¨®n de banderas. Todas las secuencias previas al partido son espectaculares, con primeros planos del salto al terreno de juego, c¨¢maras sobrevolando la grada, paseos por el banquillo donde se puede incluso reconocer al entrenador de la selecci¨®n, etc¨¦tera. Tampoco faltan los comentaristas, que en esta ocasi¨®n, Manolo Lama y Paco Gonz¨¢lez han sido sustituidos por Jos¨¦ Domingo Casta?o y Javier Laguna. La verdad es que en EA son especialistas en crear esta ambientaci¨®n antes del partido.

La pelota se pone en movimiento y tras los primeros minutos de adaptaci¨®n a los controles se disfruta de una experiencia futbol¨ªstica correcta, incluso divertida, si quien est¨¢ a los mandos es un usuario ocasional de videojuegos. El fan ac¨¦rrimo de los t¨ªtulos de f¨²tbol, pronto empezar¨¢ a notar defectos del juego. La sensaci¨®n principal es la de falta de libertad, casi todas las jugadas parecen predefinidas, llegando a extremos en que el bal¨®n modifica su trayectoria, irrealmente, para que la coja el jugador. La inteligencia artificial de los futbolistas del propio equipo puede llegar a desesperar por su falta de visi¨®n de juego y su poca capacidad de intuir los huecos. Corren continuamente, pero pocas veces en la direcci¨®n deseada.