Epopeya del idioma
Verdaderamente, lo m¨¢s expl¨ªcito de esta novela se reserva para el t¨ªtulo mismo y para las ultim¨ªsimas p¨¢ginas mientras que su andadura y el grueso de sus muchas historias se trenzan sin cesar y sin aviso, con los saltos de una narraci¨®n que acude a varios momentos -el presente de 1986, el pasado de 1963 y el origen en la Rep¨²blica y la guerra-. De eso se trata, de narrar la historia de un grupo numeroso de personas desde dentro, de cerca, escuch¨¢ndolos rumiar y murmurar, y contrastando las evocaciones del presente con las de lo vivido y lo contado como vivido: las rivalidades familiares que tendr¨¢n traducci¨®n pol¨ªtica tras la guerra, la traici¨®n de un general asistido por un comunista. As¨ª se traza el tejido apretado de vivencias y puntos de vista, de ni?os y adultos, de latifundistas y pobres, de coristas y conspiradores, para abrumar al lector con la simultaneidad de una colmena asfixiante y troceada en mil pedazos, donde nada est¨¢ completamente contado aunque pueda recomponerse con atenci¨®n a los m¨²ltiples di¨¢logos y una lectura que ha de ser muy exigente, muy minuciosa y atenta. De su eje sin embargo no escapar¨¢ ning¨²n lector dispuesto a atar tanto las piezas menudas como las muy menudas de cada fragmento o cada episodio: ese eje es el de la evoluci¨®n personal y familiar de quienes vivieron la Rep¨²blica y la guerra en zonas rurales y acabaron emigrando antes o despu¨¦s a la ciudad, Valladolid o Madrid, para volver o no volver pero en todo caso haber vivido la adaptaci¨®n a una vida que cambi¨®, y cambi¨® mucho.
NUESTRA EPOPEYA
Manuel Longares
Alfaguara. Madrid, 2006 424 p¨¢ginas. 20 euros
Puede haber sido muchas veces contado, todo eso, pero no hab¨ªa sido contado as¨ª por una raz¨®n principal que es la que dota de densidad ling¨¹¨ªstica y estil¨ªstica a esta novela: la extraordinaria riqueza del lenguaje empleado, al principio arcaico y en desuso, muy castellano y herrumbroso, y despu¨¦s fijado en los modismos y usos m¨¢s modernos, de los a?os sesenta y urbanos, quiz¨¢ la "vertiente cabal¨ªstica del fen¨®meno expresivo": "-Son ciento y la madre -y el primero api?¨® los dedos. -Nos copa la tropa. -Turur¨². Pero su importancia num¨¦rica no arrug¨® los ¨¢nimos ni influy¨® en la estrategia inmediata. -Al cobarde, el culo le arde. -El astado est¨¢ avisado. -Mu. Acordada la comparecencia en manifestaci¨®n, especularon entre consignas y s¨ªmbolos. -El pueblo unido jam¨¢s ser¨¢ vencido -y el primero cerr¨® el pu?o con cautela a la altura del bolsillo del pantal¨®n". El tratamiento de la lengua oral y el uso de los referentes populares escritos son el verdadero soporte literario del libro, mucho m¨¢s que una trama de venganzas aplazadas, que tambi¨¦n hay. La zarzuela, la canci¨®n y el teatro popular, la noveler¨ªa barata y la pura oralidad son materiales usados por novelistas como Mars¨¦ o Rabinad, aunque haya aqu¨ª rastros de Clar¨ªn, de Cela o de Valle-Incl¨¢n, pero es quiz¨¢ el uso espec¨ªfico y rico de estos registros lo que da la originalidad mayor a una novela fundada casi por entero en esa textura: la explotaci¨®n literaria y culta de los lenguajes populares.
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