Defunci¨®n aplazada
El funeral ten¨ªa d¨ªa y hora. El Madrid estaba hundido, desahuciado, con la desagradable perspectiva de quedarse sin t¨ªtulos y sin Euroliga, masacrado por mil y una cr¨ªticas de las que no se salvaba nadie. Llegaban a Barcelona a certificar el fracaso, y por si a alguien le quedaba alguna duda, una nueva baja, Hervelle, parec¨ªa confirmar que al Madrid no s¨®lo le faltaba equipo y ¨¢nimo, sino que hab¨ªa sido abandonado definitivamente por la suerte. Con estos antecedentes, el partido se presentaba como un mero tr¨¢mite que certificase lo visto con claridad meridiana en los dos primeros choques. Era un entierro programado.
Nada m¨¢s lejos de la realidad. Ese colectivo a los que todos hab¨ªamos certificado su defunci¨®n, se present¨® en el Palau totalmente desmemoriado, ajeno a los antecedentes, con una entereza tan sorprendente como digna de elogio. En su situaci¨®n, borrar todo tipo de recuerdos y sensaciones era la ¨²nica forma de intentar al menos un final digno. Cuarenta minutos despu¨¦s se fueron al vestuario vivitos y coleando, con un bot¨ªn mucho mayor en forma de victoria reivindicativa, totalmente justa y merecida pues teniendo mucho menos que el Bar?a, le sacaron mucho m¨¢s brillo.
Pens¨¢ndolo mejor, lo ocurrido tiene cierta coherencia. Desde hace m¨¢s de un a?o, el Madrid se escapa de cualquier razonamiento basado en par¨¢metros m¨¢s o menos normales. Gan¨® la Liga en el ¨²ltimo suspiro y contra corriente. El t¨ªtulo, anhelado desde hace a?os, no sirvi¨® para apuntalar la plantilla, sino todo lo contrario. Desde el principio de esta temporada y por razones de toda ¨ªndole, ha ido dando una de cal y tres de arena. Ha llegado a los playoffs en una mala posici¨®n y perdi¨® por K.O. los dos primeros asaltos. Pero cuando todos sus seguidores se hab¨ªan vestido de luto, dan lo mejor de lo que les queda y la serie cobra vida. Que alguien venga y lo explique. Y de paso y ya que estamos con misterios sin resolver, qu¨¦ me dicen de Sinamovic. ?D¨®nde ha estado este hombre? ?Por qu¨¦ no ha pisado la cancha hasta ayer? ?C¨®mo es posible que en el estado semicomatoso del equipo blanco no haya habido cabida para un tipo que supera los 220 cent¨ªmetros y sabe hacer cosas? ?Pero si hasta es capaz de meter un triple casi ganador!. Para aquellos que veneran a Maljkovic, ver¨¢n su inclusi¨®n como una genialidad. El resto de los mortales necesitamos que nos hagan un dibujo explicativo. El gigante fue decisivo, como lo fue Bullock, otro de los que est¨¢n bajo sospecha por su desaparici¨®n hasta ahora y que jug¨® un segundo tiempo fant¨¢stico. O el b¨²lgaro Videnov, todav¨ªa bastante perdido, pero que en el ¨²ltimo cuarto tuvo un par de acciones de letal tirador. ?Y el Bar?a? Pues mal. Cometi¨® el tremendo error de no apuntillar a su adversario en el primer cuarto, cuando lo tuvo a tiro. Los azulgrana sufrieron con la zona, pareci¨® que no esperaban tanta resistencia por parte del Madrid y siguen demasiado condicionados a los avatares del juego de Williams, que unas veces es soluci¨®n y otras problema. Se han complicado la vida y la apacible serie de repente parece otra cosa. Los muertos han resucitado, y como muy bien hemos visto en el cine, suelen dar miedo.
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