De preludios, pr¨®logos, pre¨¢mbulos...
Si me preguntan por el escritor vivo espa?ol por m¨ª m¨¢s admirado, sin dudar dir¨¦ Rafael S¨¢nchez Ferlosio. Tras la lectura de su art¨ªculo en EL PA?S de 19 de mayo, mi admiraci¨®n baja muchos puntos.
Lo m¨¢s denigrante es el t¨ªtulo, Andazul¨ªa, una coz repulsiva contra una persona de alto nivel intelectual y pol¨ªtico, a quien debemos mucho los espa?oles y, por otra parte, excelente orador; puede percatarse S¨¢nchez Ferlosio a trav¨¦s de cualquier disquete o CD-R con discursos del presidente de mi partido.
Y el resto es err¨¢tico. Si parti¨¦semos de que los pre¨¢mbulos de los textos constitucionales y, hoy, de los Estatutos de nuestras comunidades aut¨®nomas son jur¨ªdicamente inanes, nos ahorrar¨ªamos mucho trabajo en criticarlos. Cierto es que esa consideraci¨®n llevar¨ªa a pedir que no se redactasen, justa medida que tom¨® nuestra Constituci¨®n de 1931, la Ley Fundamental de Bonn y que yo, modestamente, propuse para el proyecto de Constituci¨®n europea (libro Ex¨¦gesis, Tratados y Constituci¨®n europeos. Madrid 2005).
Todos sabemos que el de la espa?ola del 78 fue cortes¨ªa al profesor Tierno para compensarle de otras marginaciones. ?Qui¨¦n lo lee hoy? M¨¢s importante: no hay una sola sentencia del Tribunal Constitucional que se base en tal pr¨®logo. Recordemos al maestro Kelsen: "Si los pre¨¢mbulos fueren suprimidos, las Constituciones no cambiar¨ªan en absoluto".
Pero lo que no es v¨¢lido jur¨ªdicamente puede llegar a ser ¨²til pol¨ªticamente. Ante exigencias de autoafirmaci¨®n identitaria -ox¨ªmoron porque la identidad nos la prestan los otros- de ciertas comunidades aut¨®nomas, parece que no ha sido demasiado inh¨¢bil permitir que vayan al pre¨¢mbulo: los redactores, representantes parlamentarios elegidos, tienen derecho a proclamar lo que creen que sus electores consideran como propio. Es una apuesta: los refer¨¦ndums dir¨¢n si ten¨ªan raz¨®n o no. Pero al no introducir sus ret¨®ricas declaraciones en el articulado, tales textos respetan el de la Constituci¨®n espa?ola, y sobre todo su art¨ªculo 2: les auguro un reposado destino en las bibliotecas.
Los esfuerzos de Ferlosio por desmenuzar un enrevesado p¨¢rrafo de un texto inoperante son tan bald¨ªos como ¨¦ste: don Rafael pierde tiempo y desmerece ante sus fieles lectores.
?l, que ha bajado a menudo a la arena de la realidad con temas de alto calado sociopol¨ªtico -papel de las Fuerzas Armadas, terrorismo, consumismo-, podr¨ªa quiz¨¢ dedicar su atenci¨®n a criticar algunos trampolines para el nacionalismo rampante.
Por ejemplo, un sistema electoral por cuya virtud el PNV, con 417.154 votos tiene 7 esca?os, CiU con 829.046 disfruta de 10, mientras IU, con 1.269.532, se queda en 5 escu¨¢lidos asientos. Desproporci¨®n representativa por la que, aparte el orwelliano trato al ciudadano votante, los Gobiernos estar¨¢n siempre a merced de minor¨ªas nacionalistas.
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