El se?uelo de volar de pie
Hay algunas noticias, que llamar¨¦ bonitas, cuya trascendencia es escasa pero se sabe que tendr¨¢n un gran ¨¦xito entre los lectores. Son noticias amables y sorprendentes, tan deslumbrantes que a veces ciegan a los periodistas, incluso a los mejores. Cegados por una de ellas han quedado los responsables de The New York Times, que han tenido que admitir que una noticia preciosa que dio la vuelta al mundo, el dise?o de plazas de avi¨®n para transportar viajeros de pie, no es cierta.
El suplemento del diario neoyorquino que distribuye cada jueves EL PA?S incluy¨® en su edici¨®n del pasado d¨ªa 11 un art¨ªculo con este titular: "Las aerol¨ªneas estudian c¨®mo meter m¨¢s pasajeros". Lo ilustraba un gr¨¢fico que inclu¨ªa un dibujo de esos artilugios para volar de pie. En ¨¦l se apreciaba que el viajero iba sujeto por unos arneses. En una de sus columnas del domingo, Buenafuente defini¨® muy gr¨¢ficamente esas plazas como "clase Hannibal Lecter".
El art¨ªculo del Times traducido al castellano empezaba as¨ª: "Las aerol¨ªneas han dado una nueva respuesta a una vieja pregunta: ?cu¨¢ntos pasajeros se pueden apretujar en la clase turista? Resulta que muchos m¨¢s, en especial si en alg¨²n momento se resucitara una idea que en otro tiempo se plante¨®: una cabina con plazas s¨®lo de pie".
El texto precisaba: "En 2003 Airbus concibi¨® la opci¨®n de viajar de pie, pero la empresa afirma que la ha echado en saco roto. La propuesta consist¨ªa en que los pasajeros se apoyaran contra un tablero acolchado, sujetos con un arn¨¦s. Airbus asegura que no ha ofrecido esa opci¨®n a ninguna aerol¨ªnea".
?Qu¨¦ sentido tiene empezar un art¨ªculo por algo que sus promotores, Airbus, han descartado y no han ofrecido a nadie? Ninguno. Pero esta traducci¨®n no responde fielmente al texto del art¨ªculo original, publicado el 25 de abril, sino que recoge las correcciones de los errores aceptados por The New York Times sin cambiar la estructura del texto. De ah¨ª ese arranque tan extra?o.
La noticia original daba por hecho que la idea estaba vigente y precisaba que la compa?¨ªa europea Airbus estaba cautamente ofreciendo a compa?¨ªas asi¨¢ticas la opci¨®n de fabricar cabinas con plazas para viajar de pie.
Esta primera versi¨®n, que destac¨® The New York Times en su primera p¨¢gina, fue la que dio la vuelta al mundo y la que probablemente permanecer¨¢ en los cerebros de millones de lectores, porque no todos los diarios, revistas, televisiones, radios y p¨¢ginas web que la reprodujeron la van a rectificar. Adem¨¢s, aunque se rectifique el impacto de la correcci¨®n suele ser mucho menor que el de la noticia, sobre todo cuando es tan bonita como ¨¦sta.
Byron Calame, el Defensor del Lector del Times, abord¨® el tema el domingo pasado y uno de los aspectos que critic¨® fue la tardanza del diario neoyorquino en aceptar el error, lo que contribuy¨® a que la noticia se instalara como cierta en todo el mundo, pese al inmediato desmentido de Airbus. Subray¨® que el 1 de mayo, seis d¨ªas despu¨¦s de la publicaci¨®n de la noticia, las p¨¢ginas de Opini¨®n de su diario a¨²n incluyeron una vi?eta sat¨ªrica sobre el tema. La correcci¨®n definitiva no se public¨® hasta el d¨ªa 4.
La ¨²nica informaci¨®n sobre el tema difundida por EL PA?S es la citada traducci¨®n incluida en el suplemento de The New York Times. Pero los diarios no s¨®lo incluyen noticias. El 30 de abril se public¨® en el suplemento Domingo la columna de Buenafuente que conten¨ªa la referencia a la "clase Hannibal Lecter" y ayer mismo se aludi¨® al asunto en un art¨ªculo de opini¨®n publicado en la edici¨®n de Madrid.
Un p¨¢rrafo de este art¨ªculo da idea de c¨®mo la noticia bonita ha calado y los desmentidos, no: "La ¨²ltima aportaci¨®n de la industria aeron¨¢utica es la posibilidad de llevar a los pasajeros de pie. Airbus, con cierta cautela, comienza a ofrecer la opci¨®n de incluir una especie de camilla vertical con una leve inclinaci¨®n hacia atr¨¢s y un saliente a la altura del culo para apoyar el ¨ªdem. El sistema viene a ser como el que utilizaban anta?o los monjes cantores. Para sacar todo el rendimiento a su caja tor¨¢cica deb¨ªan cantar de pie, pero una peque?a repisa que acertadamente llamaron misericordia les permit¨ªa aliviar el peso de su cuerpo en el coro".
Calame describe en su columna del domingo pasado c¨®mo el texto que se public¨® el 25 de abril fue avanzando hasta llegar a la primera p¨¢gina del diario y pas¨® un control tras otro sin que nadie se percatara de que una afirmaci¨®n fundamental ("Airbus ha estado cautamente ofreciendo" cabinas con plazas para ir de pie) estaba hecha en el vac¨ªo, sin ser atribuida a nadie. El propio concepto de plaza para ir de pie estaba basado en tres fuentes que hab¨ªan visto dibujos en 2004 o antes, seg¨²n reconoci¨® con posterioridad el autor del art¨ªculo, que nunca pregunt¨® a Airbus con claridad sobre la vigencia de la idea.
Es significativo que uno de los editores que cita Calame recuerde que la pieza fue tratada como un reportaje ligero que parec¨ªa bastante inocuo. Coincidiendo con esta percepci¨®n, el texto no fue sometido al m¨¢s riguroso de los controles.
El arranque del art¨ªculo de Byron Calame es muy did¨¢ctico: "Como establece el viejo aforismo period¨ªstico, 'si tu madre dice que te quiere, verif¨ªcalo'. Y cuando surge una historia que probablemente haga que los lectores exclamen '?guau!', deber¨ªa verificarse dos veces". Tiene raz¨®n. Al fin y al cabo, las historias bonitas son las que el lector acaba recordando m¨¢s.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonear al n¨²mero 913 37 78 36.
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