Becerril pone sus condiciones

Es admirable la disciplina interna que rige en el seno del Partido Popular. Si no fuera as¨ª, ahora estar¨ªamos observando c¨®mo se tiraban los tratos a las cabezas con motivo de la elecci¨®n de los candidatos para las pr¨®ximas municipales. Nada de eso ocurre. Es sorprendente, por no decir que bochornoso, lo que est¨¢ sucediendo en Sevilla en donde los populares no hacen m¨¢s que marear la perdiz en torno a la persona que aspirar¨¢ a la alcald¨ªa de la capital andaluza. Animados por unas expectativas de superar a los socialistas, necesitan de un candidato que suponga una aportaci¨®n extraordinaria de votos y, con ello, conseguir los apoyos suficiente como para no verse desbancados por una coalici¨®n que podr¨ªa hacer fracasar sus planes.

Las encuestas apuntan a Soledad Becerril como la opci¨®n que cuenta con m¨¢s posibilidades. Se habla de que los populares tratan de convencerla para que vuelva a la pol¨ªtica local de donde huy¨® tras rechazar un pacto con el PA de Alejandro Rojas Marcos para mayor disgusto de los suyos y de los propios andalucistas que hasta entonces hab¨ªan sacado petr¨®leo a su condici¨®n de "partido llave" para la gobernaci¨®n de la ciudad. Dicen que se lo est¨¢ pensando, pero a tenor de la singular personalidad de Becerril, no es ella, precisamente, la que est¨¢ reflexionado sobre tal propuesta sino, m¨¢s bien, el mismo Javier Arenas, presidente del PP andaluz. Abiertamente hay que decir que no le hace ninguna gracia esta iniciativa y lo ha intentado todo para que sea otro el que asuma esta responsabilidad, tal y como lo evidencia la ex¨®tica idea para que fuera Carlos Herrera el escogido. Pero Mariano Rajoy quiere a los mejores y eso pasa por Becerril, con todos los problemas que conlleva. No es mujer que se deje manejar tan f¨¢cilmente por la direcci¨®n de su partido y menos por el propio Arenas. Es por eso que se entienda como l¨®gica su exigencia de reclamar, en caso de aceptar, una amplia autonom¨ªa para tomar decisiones y convertirse en un referente del PP, no s¨®lo en Sevilla sino, tambi¨¦n, del PP andaluz.

Ya ha demostrado durante su etapa como alcaldesa de Sevilla que no est¨¢ por la labor de admitir cualquier tipo de tr¨¢gala, de modo que si Arenas quiere que ella encabece la lista tendr¨¢ que dar garant¨ªas de que se cumplir¨¢n sus exigencias. As¨ª las cosas, no es que Becerril se lo est¨¦ pensando, quien se lo piensa y bien, es el mismo presidente del PP andaluz, formaci¨®n que, por lo dem¨¢s, est¨¢ demostrando la escasa estima que tiene por sus m¨¢s fieles, como ocurre con el actual portavoz y aspirante tambi¨¦n al puesto, Jaime Raynaud quien, no se olvide el dato, obtuvo m¨¢s votos que Becerril en las ultimas elecciones municipales. Ha aguantado el tipo asumiendo el desagradable papel de oposici¨®n, y para colmo, en las peores condiciones posibles, sin apenas apoyos y sin posibilidad alguna de socorrerse en otras instituciones como suced¨ªa antes con un gobierno central en manos del PP.

Puede que nada de eso le sirva a Raynaud, si se tiene en cuenta que la decisi¨®n a favor de Becerril parece ya tomada. S¨®lo es cuesti¨®n de estar atentos a las apariciones en p¨²blico de los populares esta semana para darnos cuenta de por d¨®nde apuntan los planes de un PP que ha fijado en el ayuntamiento de Sevilla uno de sus objetivos prioritarios.