Hab¨ªa una vez un circo
Bajo el leg¨ªtimo dolor por la muerte de Roc¨ªo Jurado, subyace la brutal competitividad de las cadenas para rascar unos puntos en la carrera por la audiencia con un circo necrol¨®gico. Las conexiones y los homenajes monogr¨¢ficos confirman lo anunciado por los te¨®ricos de la intimidad televisada: Richard Sennet diagnostic¨® el auge de la "vida privada p¨²blica" y Dominique Mehl de la "vida p¨²blica privada". No es una novedad. El precedente de la muerte de Carmina Ord¨®?ez ha sido superado por el seguimiento de la larga enfermedad de Jurado. Su situaci¨®n no era la m¨¢s id¨®nea para optar por la discreci¨®n. Su entorno familiar (ex yerno expulsado de la Guardia Civil reconvertido en bronco-tertuliano, hija con ambiciones de ser presentadora envuelta en un p¨²blico proceso de separaci¨®n, marido torero acosado en estaciones del AVE y otros lugares propensos a los abusos en nombre del periodismo) propici¨® una dependencia con el lado m¨¢s oscuro de los medios. Eso estableci¨® devociones sinceras, mitificaciones interesadas o resentimientos reactivos que tend¨ªan, como el estilo de la cantante, al histrionismo y a una explotaci¨®n de la fama que, en los ¨²ltimos a?os, tuvo mucho de culto a la personalidad.
Intromisi¨®n y abusos
?Se justifica el despliegue de ayer? Por la dimensi¨®n art¨ªstica de la cantante, en parte s¨ª. Lo que no se justifica es la intromisi¨®n en la intimidad que precedi¨® el fallecimiento, ni el abuso de planos funerarios y de pla?ideras en off, ni ese recurso tan extendido que consiste en que las presentadoras pretendan estar m¨¢s afligidas que los familiares, como si el dolor fuera la coartada para la falta de respeto. En una entrevista en Els matins de TV3, Fernando S¨¢nchez Drag¨® habl¨® de circo y de "la Espa?a de los cotillas carro?eros". Algo de eso hay. Ana Rosa Quintana, mientras tanto, dijo: "Estoy cansadita de que me den lecciones de ¨¦tica". No era un gag sino una reivindicaci¨®n de un g¨¦nero que, con ¨¦tica o sin ella, mezcla la informaci¨®n (ayer hubo mucha), el remunerado intercambio de intimidades-espect¨¢culos, el cotilleo frivol¨®n, la amplificaci¨®n irresponsable de rumores y la violaci¨®n del derecho a la vida (y la muerte) privada.
La contradicci¨®n salta a la vista: cuando lleg¨® la noticia, los reportajes hagiogr¨¢ficos y las an¨¦cdotas ya hab¨ªan sido emitidos en programas especiales de Salsa rosa, D¨®nde est¨¢s coraz¨®n, Ahora, A tu lado o Por la ma?ana. En el caso de CNN+, que cometi¨® el garrafal error de mentir al darla por muerta, ni siquiera las r¨¢pidas excusas compensaron las secuelas del morbo. Jurado no mantuvo su enfermedad lejos de las c¨¢maras. Quiz¨¢ por la especial relaci¨®n que los artistas establecen con su p¨²blico, habl¨® de su dolor en su ¨²ltima entrevista, la que le hizo Jes¨²s Quintero en TVE (recuperada parcialmente en Por la ma?ana). All¨ª dec¨ªa que cuando llegara su hora quer¨ªa estar en su casa y con los suyos. No pod¨ªa imaginar que su casa estar¨ªa rodeada de reporteros y unidades m¨®viles y que los suyos ser¨ªan permanentemente acosados y enfocados por las c¨¢maras.
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