Todo es territorio
Ma?ana desfilar¨¢ por las calles de Valencia una parte de la ciudadan¨ªa preocupada, aquella que haya adquirido y quiera expresar su Comprom¨ªs pel territori. La cuesti¨®n urban¨ªstica (de la ordenaci¨®n o desordenaci¨®n de la faz de nuestras tierras, r¨ªos mares y aires) sigue siendo la m¨¢s manejada por comentaristas pol¨ªticos de toda condici¨®n para interpretar el cambio sorpresivo y circular que ten¨ªa lugar el lunes en el Consell de la Generalitat. Baile de asignaciones inmediatamente posterior a que el l¨ªder popular nos amenazara con que acaba de inaugurarse un largu¨ªsimo calendario pre-electoral. Por cierto que tambi¨¦n es curiosa la contradicci¨®n: Camps reconoc¨ªa, al comunicarla, que la remodelaci¨®n tiene que ver con la cita con las urnas a un a?o vista. Poco despu¨¦s, el presidente del Comit¨¦ Electoral Nacional Javier Arenas negaba esa relaci¨®n con vehemencia, asegurando que los cambios hay que estudiarlos "en clave de gobierno". Probablemente quer¨ªa evitar que se interprete como signo de debilidad y pavor, ante una posible p¨¦rdida de la mayor¨ªa, esta estrategia de lanzar tan pronto a los lebreles a la caza del voto.
Igual llamaba la atenci¨®n el "peque?o detalle" de que el presidente no haya aprovechado la movida para acabar de matar al padre. Quiero decir, para desembarazarse del ala zaplanista del gobierno, que tampoco es que se haya distinguido por su brillantez o eficacia. A lo mejor es que, con todo lo "tocado" que el cartagenero ex pueda estar por los ¨²ltimos descubrimientos relacionados con la corrupci¨®n, a su mando a distancia a¨²n le quedan las suficientes pilas como para, entre desplante y desplante, seguir proyectando la alargada sombra de aquella legendaria nariz sobre la pol¨ªtica valenciana.
Y si el propio Camps alude a las pr¨®ximas votaciones para explicar los trueques, ?quiere decir que pretende realmente mejorar sus pol¨ªticas urban¨ªstica, sanitaria y de comunicaci¨®n? ?O solo conf¨ªa en que este lavado de cara vaya a proporcionarle m¨¢s sufragios? ?Cu¨¢ntos de ellos aportar¨¢ Gonz¨¢lez Pons con su met¨¢fora hortofrut¨ªcola de urbanismo, sand¨ªa, verde por fuera rojo por dentro? Sin que la gesti¨®n en las otras ¨¢reas que entran en la mudanza sea para matr¨ªcula, hay quien considera la permuta solo una excusa para apartar a Rafael Blasco del ladrillo voraz. El que ha conseguido que Europa nos saque los colores, que pueblos enteros se horroricen y que gentes antes legas entiendan ya tanto de PAI y reglamentos, deslindes y recalificaciones.
Y es que realmente hemos presenciado h¨¢biles ejercicios de malabarismo, lo mismo da si se desarrollan sobre millones de metros cuadrados o si en el rinc¨®n de una cala. Recordemos aquella estrategia del hotel Atrium de La Vila Joiosa, haci¨¦ndonos ver que ha sido "rega?ado" y sancionado por pasarse un pu?ado de plantas de altura, cuando la pura verdad es que el desm¨¢n result¨® pr¨¢cticamente indultado despu¨¦s de que la empresa infractora ofreciera m¨¢s o menos el siguiente cambalache: "De once que me sobran derribo dos, pago sanci¨®n y me aceptas buitre como animal de compa?¨ªa...".
Lo privado es p¨²blico, proclamaban las feministas. Lo p¨²blico es privado, ejecutan los saqueadores. Los perros marcan la parcela de la que se quieren apoderar meando en las esquinas. Aqu¨ª se impregna de olor a podrido la actividad pol¨ªtica. Tambi¨¦n la municipal, incluso a veces la que se supone de izquierdas. Y luego se marcan l¨ªneas de negocio en el planeamiento de un pa¨ªs, el valenciano, que hace tiempo figura en rojo en los informes gubernamentales sobre la sequ¨ªa. (Mientras Camps agradec¨ªa los servicios prestados el lunes por la tarde, la ministra Narbona aseguraba aqu¨ª mismo que la excesiva construcci¨®n tiene mucho que ver con el cambio clim¨¢tico que nos aflige).
Hemos perdido mucho, y a menudo de forma irreversible. Sin embargo la depredaci¨®n ha tenido la virtud, con el tiempo y no poco trabajo de algunos grupos pioneros, de provocar una respuesta colectiva, la que se expresar¨¢ ma?ana en las calles de Valencia.
Pero cuidado, har¨ªa falta mucha ceguera para no ver que todo es territorio. Tambi¨¦n la Sanidad y la Comunicaci¨®n necesitan mucho comprom¨ªs. Que no se nos olvide.
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